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l enrojecimiento ocular no siempre indica una infección contagiosa; identificar el tipo de conjuntivitis es clave para un tratamiento adecuado.

Todo lo que debés saber sobre la conjuntivitis no contagiosa

Tener los ojos rojos no siempre significa tener conjuntivitis, y no todas las conjuntivitis se contagian. Aprendé a reconocer los síntomas y protegé tu salud visual sin alarmarte de más.

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Por Betty Carranza
Publicado el 03 de noviembre de 2025


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Cuando notamos los ojos irritados o enrojecidos, lo primero que pensamos es en una posible conjuntivitis. Sin embargo, no todas las conjuntivitis requieren tratamiento con antibióticos ni representan un riesgo de contagio. Esta realidad nos invita a revisar nuestras creencias y a cuidar nuestros ojos con información precisa y buenas decisiones.

La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, la delgada membrana que recubre el globo ocular y el interior de los párpados. Esta afección puede generar enrojecimiento, lagrimeo, secreción y una molesta sensación de cuerpo extraño. Pero es importante destacar que no siempre que vemos un ojo rojo estamos ante un caso de conjuntivitis. Según explica el portal especializado All About Vision, existen muchas otras causas del ojo rojo, como sequedad ocular, cuerpos extraños o incluso el uso prolongado de pantallas.

Tipos de conjuntivitis: no todas son contagiosas

Existen diferentes tipos de conjuntivitis, y comprenderlas es clave para actuar de manera adecuada. La conjuntivitis infecciosa puede ser de origen viral o bacteriano. Los virus, especialmente los adenovirus, son responsables de muchas conjuntivitis contagiosas. Estas suelen comenzar en un ojo y luego afectar al otro, acompañadas de secreción acuosa, lagrimeo excesivo y sensibilidad a la luz. Por su parte, la conjuntivitis bacteriana, aunque también contagiosa, genera secreciones más espesas y amarillentas. Ambas se transmiten por contacto con superficies o secreciones contaminadas, según información del portal de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, CDC.

En cambio, la conjuntivitis alérgica o la conjuntivitis por irritación no son contagiosas. La primera se produce por alérgenos como el polvo, el polen o el pelo de mascotas, mientras que la segunda suele deberse al contacto con humo, cloro, cosméticos o lentes de contacto mal higienizados. Ambas generan picazón, enrojecimiento y lagrimeo, pero no representan riesgo de transmisión a otras personas. El sitio CinfaSalud aclara que estos tipos no requieren medidas de aislamiento ni el uso de antibióticos.

Antibióticos y remedios caseros: errores frecuentes

Un error frecuente, y muy arraigado en nuestros hogares, es el uso de remedios caseros como la manzanilla para tratar la conjuntivitis. Aunque muchas personas recurren a esta infusión por su fama de calmante natural, los oftalmólogos alertan sobre los peligros de aplicarla directamente en los ojos. Como explica un artículo publicado por El Espectador, la manzanilla no está esterilizada, puede contener restos de polvo, bacterias o incluso provocar una reacción alérgica, empeorando el cuadro inicial.

Evitar remedios caseros y consultar al especialista son pasos esenciales para cuidar la salud visual ante síntomas como picazón, lagrimeo o irritación ocular.
Evitar remedios caseros y consultar al especialista son pasos esenciales para cuidar la salud visual ante síntomas como picazón, lagrimeo o irritación ocular./ Shutterstock

Otro error común es pensar que cualquier caso de conjuntivitis requiere el uso de antibióticos. Como aclara el portal All About Vision, los antibióticos solo son efectivos en casos de origen bacteriano. En casos virales o alérgicos, no solo no ayudan, sino que su uso innecesario puede generar resistencia ocular y dificultar tratamientos futuros. Por eso, antes de automedicarse, lo mejor es consultar con un especialista.

Cuándo consultar al oftalmólogo

¿Cuándo deberías acudir al oftalmólogo? Si presentás dolor ocular, sensibilidad extrema a la luz, visión borrosa, secreciones abundantes o si el enrojecimiento se extiende rápidamente de un ojo al otro, es momento de buscar atención profesional. Además, si usás lentes de contacto y tenés cualquiera de estos síntomas, deberías suspender su uso de inmediato y consultar. El sitio Guía ABE indica que los usuarios de lentes de contacto son más propensos a complicaciones si continúan usándolos durante una infección ocular.

Los cuidados diarios también cuentan. Lavarse las manos frecuentemente, no compartir toallas ni cosméticos, evitar frotarse los ojos y desinfectar superficies comunes son medidas efectivas para prevenir el contagio en casos de conjuntivitis infecciosa. Si hay niños en casa, es importante enseñarles estos hábitos desde pequeños.

Hábitos que protegen tu salud visual

Según el sitio web del Hospital La Antigua, mantener una buena higiene ocular, usar gafas de sol cuando haya viento o polvo y evitar la exposición prolongada a pantallas también ayuda a prevenir irritaciones. Además, las lágrimas artificiales pueden aliviar molestias leves causadas por sequedad o irritantes ambientales.

En conclusión, la clave está en informarse y actuar con responsabilidad. No todas las conjuntivitis se contagian, y muchas pueden prevenirse o aliviarse sin necesidad de alarmarse. Escuchar a tu cuerpo, observar los síntomas y acudir al especialista en caso de duda te permite proteger tu visión sin caer en excesos ni descuidos. Cuidar de tus ojos es una forma de autocuidado que impacta directamente en tu calidad de vida. Hacelo con inteligencia, con calma y con la certeza de que, cuando se trata de salud visual, la mejor decisión es siempre la que se toma con información y confianza.

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