Cochinita de Atiquizaya, un platillo típico con mucha historia
Este platillo de raíces afrodescendientes conquista desde temprano en la mañana. Su sabor intenso y preparación tradicional lo convierten en un tesoro culinario de El Salvador.
Por
Betty Carranza
Publicado el 26 de octubre de 2025
La cochinita, también conocida como lechona, es un platillo tradicional de Atiquizaya, en el occidente de El Salvador, con raíces afrodescendientes y una historia de más de dos siglos. Su preparación incluye carne de cerdo, especias como achiote y pepitoria, y se hornea lentamente hasta lograr una textura suave y desmenuzable. En Atiquizaya, la comunidad celebra este platillo con un festival donde las familias sirven desde las 5:30 a. m. Más que una receta, la cochinita es una expresión de identidad, sabor y memoria, ideal para quienes buscan reconectar con la cocina auténtica salvadoreña desde cualquier parte del mundo.
La cochinita, también conocida como lechona, es mucho más que una receta de lechón y especias. Es un legado culinario profundamente arraigado en Atiquizaya, un distrito de Ahuachapán Norte, del occidente salvadoreño, donde la cocina es vehículo de historia, identidad y orgullo cultural.
Con un sabor potente y una textura que se deshace con solo tocarla, este platillo tradicional ha sido conservado por generaciones, y hoy gana nuevos espacios como símbolo de las raíces afrodescendientes en El Salvador.
Un despertar con aroma a tradición
Cada año, las calles de Atiquizaya se llenan de vida y sabor gracias a una celebración que enaltece a la cochinita como uno de los platos insignia de la región. Familias enteras se preparan desde la madrugada para cocinar grandes cantidades de carne de cerdo, como parte de un esfuerzo colectivo por mantener viva una tradición que ha pasado de generación en generación.
A las 5:30 de la mañana, ya se forman filas de personas en busca de su porción, muchas de ellas atraídas por la promesa de ese sabor ahumado, especiado y profundamente hogareño que define a la cochinita.
Durante la más reciente edición del festival dedicado a este platillo, siete familias de la localidad prepararon más de 300 libras de carne, manteniendo vivas las técnicas ancestrales que dan vida a la receta. No se trata solo de cocinar, sino de honrar una herencia. La experiencia se convierte en una fiesta de sabores, pero también en una clase abierta sobre cultura, historia y comunidad.
Un legado afrodescendiente en el plato
El origen de la cochinita se remonta a más de dos siglos atrás, cuando comunidades afrodescendientes llegaron a la zona occidental del país, trayendo consigo conocimientos culinarios que transformaron la gastronomía local.
Estos saberes, combinados con ingredientes autóctonos como la pepitoria, el achiote y el chile guaque, dieron como resultado un platillo único, lleno de carácter, que se ha mantenido como una joya gastronómica poco explorada más allá de su territorio de origen.
La cochinita no solo alimenta el cuerpo, también cuenta historias. Representa la resiliencia de un pueblo que ha sabido conservar sus sabores frente al paso del tiempo. Su preparación artesanal y el uso de técnicas tradicionales la convierten en una opción gastronómica ideal para quienes buscan reconectar con la cocina auténtica salvadoreña.
Cómo preparar la cochinita en casa
Aunque probarla en Atiquizaya es una experiencia en sí misma, también podés replicar su sabor en casa con esta receta para cuatro personas:
Tiempo de preparación: 3 horas.
Ingredientes:
- 1 libra de posta de cerdo
- 4 tomates
- 7 chiles dulces rojos
- 2 dientes de ajo
- 1 cebolla pequeña
- 1 cucharada de mostaza
- 1 cucharada de salsa inglesa
- 1 cucharada de pasta de ajo (hecha con mostaza, salsa inglesa, ajo, sal y pimienta)
- Sal y pimienta al gusto
- 1 zanahoria
- 2 papas
Especias:
- 1/2 taza de ajonjolí
- 1/2 taza de pepitoria (semilla de ayote)
- 2 hojas de laurel
- 1 manojo de tomillo
- 1 trozo de chile guaque
- 4 cucharadas de achiote
Preparación:
Asá los tomates, los ajos, la cebolla y el chile dulce. Aparte, tostá las especias (ajonjolí, pepitoria, laurel, tomillo, chile guaque y achiote) hasta que liberen su aroma. Luego, licuá ambas preparaciones hasta obtener una pasta espesa. Aderezá la carne de cerdo con esta mezcla.
Engrasá un molde hondo y colocá la carne ya sazonada. Horneá durante tres horas a 350°F, volteando a la mitad del tiempo para que se dore de manera uniforme. A esa misma mitad de cocción, agregá la salsa licuada. Media hora antes de terminar, incorporá las papas y la zanahoria en rodajas.
El resultado es una carne suave, jugosa y profundamente aromática que se deshace con facilidad. Se sirve tradicionalmente con arroz y pan francés, aunque también podés acompañarla con tortillas hechas a mano y curtido casero para darle un toque aún más salvadoreño.
Receta tomada de Revista Buen Provecho.

Una invitación a reconectar con lo nuestro
En tiempos donde las tendencias gastronómicas buscan lo novedoso, la cochinita recuerda que lo auténtico sigue teniendo un lugar especial en la mesa. Este platillo no solo nutre, también emociona. Es una celebración de nuestras raíces y un homenaje a quienes, a través del tiempo, han cocinado con amor y memoria.
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Redescubrir la cochinita es redescubrir una parte esencial de la identidad salvadoreña. Ya sea que vivás en el país o en el extranjero, esta receta es una oportunidad de reconexión con lo que somos. Prepararla en casa o probarla en Atiquizaya es un acto que alimenta mucho más que el apetito: alimenta el alma.
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