El Metaverso y sus dilemas

El metaverso viene, es una realidad indiscutible, se trata de un concepto de un nuevo universo en 3D que combina múltiples espacios virtuales diferentes; una versión futura del Internet que permitirá a los usuarios trabajar, reunirse, jugar y socializar juntos en estos espacios 3D.

El Virtual Human Interaction Lab de la Universidad  Stanford y el Tec de Monterrey han estado desarrollando experiencias educativas. Videojuegos, viajes y compras virtuales, NFT, criptoactivos, bolckchain, entre otras realidades que están configurando la antropología contemporánea en la llamada “segunda vida” (Second Life Milenials); esto es un fenómeno real, pero no es la realidad…

Una investigación de mi alma mater -Universitat Oberta de Catalunya- sobre la viabilidad del metaverso en la enseñanza concluye que se trata de “una tecnología de futuro que puede triunfar entre los jóvenes", teniendo en cuenta la gran cantidad de usuarios jóvenes que hay en las plataformas de videojuegos. Según estos resultados, el metaverso supondrá una auténtica revolución en las escuelas y universidades porque cambiará la metodología de enseñanza para favorecer un aprendizaje más inmersivo y más interactivo.

La primera víctima del Metaverso será el sistema educativo…; se están diseñando modelos, herramientas, plataformas y ecosistemas para utilizar la realidad virtual y aumentada para enseñar. Muchos expertos consideran que el metaverso puede mejorar la enseñanza-aprendizaje, pero que su uso requiere de perfeccionar la tecnología y no descuidar la humanidad de la plasticidad cerebral.

Algunos gurús están “diseñando” modelos educativos “multi” funcionales (multi certificados, multi salidas, multi segmentos, multi generacionales, multi task); inclusive estos modelos están simplificando todo el escenario educativo de modo minimalista; otros, más valientes, afirman que con tres meses de formación sobre la base del nuevo modelo educativo digital, será suficientes para certificar competencias.

Este panorama supera los paradigmas de Manuel Castells de la “sociedad en red” y refleja más bien la “Modernidad líquida” de Bauman, en donde predomina el hiperrealismo y la devastación emocional ocasionada por las redes sociales y los móviles inteligentes.

Un estudiante puede ser un “cliente” o “usuario”, pero ante todo es un sujeto que necesita aprender y se le debe tratar como tal, y esto supera la visión de negocios.

Los primeros resultados de los enfoques online multimodales pandémicos y postpandémicos son sumamente preocupantes; los estudiantes apenas han logrado un 20% de logros de aprendizaje; esto está comprobado por resultados de pruebas estandarizadas y otras investigaciones que hemos realizado recientemente.

Las tecnologías de la información, el internet y todos sus derivados artefactales o virtuales, son muy potentes y valiosos, pero tienen un “lugar” en la vida de la gente; sustituir la realidad con recursos virtuales -incluyendo Metaverso- puede ser muy riesgoso.

Quienes “venden espejos tecnológicos” en el mundo educativo probablemente no conozcan mucho de educación y de neurociencia; la importancia del gateo, del juego, del juguete, de la imitación y del dibujo no puede ni debe ser sustituida por una pantalla digital, de hacerlo habrá consecuencias en los sistemas predictivos, geométricos, cognitivos y emocionales; y en niveles más avanzados medios y superiores, necesitamos estudiantes, ingenieros y doctores con altas capacidades matemáticas y lógicas para seguir avanzando en el desarrollo científico y tecnológico.

Un curso o una certificación de tres o seis meses no logra las capacidades científicas ni las habilidades requeridas para responsabilidades profesionales; seguramente podrán garantizar “habilitación laboral” o ser influencers en redes sociales; no debemos confundir la gimnasia con la magnesia…

Desde hace varios años, muchos estudios concluyen -y cada vez con más intensidad- que nuestros estudiantes “conocen, pero no comprenden ni aplican lo que saben”, ya que estamos sometidos por un modelo pedagógico muy teórico y poco práctico. Necesitamos más laboratorios para tener más patentes, y si bien el metaverso nos puede aportar simuladores virtuales, estaríamos queriendo dar un salto al vacío fatal, al pretender impulsar modelos de realidad virtual o aumentada, sin haber dominado la realidad.

Necesitamos buenos ingenieros, programadores y matemáticos, para que participen en el diseño de soluciones tecnológicas, y no solo crear espacios para modas educativas y soluciones fuera de contexto. Al final el riesgo más importante será terminar como “consumidores de Metaverso”, algo a lo cual ya estamos mal acostumbrados.

Vamos treinta o cincuenta años atrás de los países desarrollados en materia científica y pretendemos incorporar “enlatados” tecnológicos con la supuesta intención de reducir las brechas, y esto es un grave error; no se trata de establecer una postura negacionista frente a la tecnología, sino un punto de vista realista.

Entonces ¿cuál es el camino?; 1) no podemos dar la espalda al Metaverso ni negarlo o excluirlo, debemos tomarlo como un referente para comprenderlo e investigarlo; 2) necesitamos formar ingenieros y programadores de primer nivel y esto implica una sólida base matemática, cosa que no ha estado sucediendo desde hace años; 3) es importante crear espacios experimentales con nuevas tecnologías, pero podemos confundirnos y creer que estamos listos para transformaciones digitales con nuevos modelos sin contar con laboratorios y científicos que den soporte; 4) estudiar y leer sobre el fenómeno de Metaverso y no creer que podemos transformar una universidad por una conferencia o ideas descontextualizadas de un gurú o experto que ni si quiera tiene una patente, aunque hable bien o tenga buenas láminas de Power Point; y 5) contar con un plan prospectivo o estratégico de largo plazo, con ideas claras y opciones de financiamiento.     

Debemos darle la bienvenida al Metaverso, pero con criticidad y los pies puestos en la tierra. Estamos en un país en vías de desarrollo, con 7.1 grados de escolaridad, con 11% de analfabetismo, y con limitados ingenieros y doctores. Cuidado con poner la carreta delante de los bueyes, así no se va a ningún lado.

El Metaverso no es esencial y filosóficamente una realidad, es una condición epistemológica creada por el ser humano para interactuar con personas, lugares y cosas que no existe pero que él necesita para sentirse mejor o realizado. Metaverso es un producto más del mercado en el marco de la transformación digital. El NFT “Bored Ape” (mono aburrido) que costó en su momento US$ 1.2 millones de dólares hoy vale US$ 69,000 dólares, aunque en realidad el valor de uso o de cambio puede ser cero. Puedes comprar terrenos virtuales en Paris, Tokio, Londres, Roma o New York, a través de Metaverso o Earth 2… A la gente se le engaña muy fácil…            

Tener diez mil amigos en Facebook, veinte mil seguidores en Twitter o en Instagram o cien mil vistas en YouTube puede ser relevante para marketing, pero no significa que seas un ser humano esencial para la sociedad o tu familia. No olvidemos que el “músico” y referente más importante de esta generación es Bad Bunny…

Disclaimer: Somos responsables de lo que escribimos, no de lo que el lector puede interpretar. A través de este material no apoyamos pandillas, criminales, políticos, grupos terroristas, yihadistas, partidos políticos, sectas ni equipos de fútbol… Las ideas vertidas en este material son de carácter académico o periodístico y no forman parte de un movimiento opositor.

Investigador Educativo/opicardo@asu.edu