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¿Hasta dónde favorece al país el “libre comercio” con China?

El anuncio del acuerdo equivale a “mostrarles la lengua o el dedo” a Estados Unidos, una nación donde vive más de un millón de salvadoreños y en el cual hay más de más de doscientos mil amparados por el Estatus Temporal de Protección (TPS).

Por El Diario de Hoy |

Un tratado de libre comercio con China, anunciado hace muy pocos días por el régimen salvadoreño, encierra problemas que ni de lejos conviene tener a nuestro país, entre ellos los siguientes:


—el primero, el riesgo de un “dumping”, que consiste en inundar El Salvador con productos que China no necesariamente valora, producción industrial equivalente a desperdicios de fabricantes, lo que socios comerciales tradicionales de China no importan o descartan;


—el segundo, que el “dumping” puede competir con la producción local, con manufacturas hechas en nuestro país no solo por fabricantes independientes de artesanías, productos semielaborados, medicamentos, sino por maquileros que elaboran ropa y utensilios diversos que luego se exportan a Estados Unidos u otros países;


—lo tercero, el riesgo de que los chinos “triangulen productos” para evadir cuotas o controles en diversos países con los que comerciamos.


Dado lo poco que vendemos a China y lo mucho que de allá importamos, el “tratado” no favorece en nada a El Salvador, como tampoco fue en nuestro beneficio la destrucción de buena parte del Centro Histórico del país por obreros chinos siguiendo normas chinas y con equipos chinos.


El anuncio del acuerdo equivale a “mostrarles la lengua o el dedo” a Estados Unidos, una nación donde vive más de un millón de salvadoreños y en la cual hay casi doscientos mil connacionales amparados por el TPS.

Lo anunciado se suma a las numerosas cortinas de humo que semana a semana lanza el bukelismo para desviar la atención de graves problemas, entre ellos el pago de intereses a la enorme deuda causada por los préstamos del régimen y el cuestionamiento internacional a las violaciones contra los derechos humanos por el estado de excepción, que lleva más de 57,000 capturados —entre ellos, muchos inocentes, según han constatado organismos humanitarios—, así como más de 90 muertos entre los apresados.


Las ocurrencias son el camino para hundirnos en un lodazal


Como señaló en su columna la empresaria María Alicia de López Andreu, los nulpensantes son los mismos que en muchos países han entregado el poder a mercaderes de ilusiones, los demagogos de siempre, ante la indiferencia o inacción de los pensantes.


Demagogo es un término, concepto, derivado de la palabra usada en la Grecia de la edad de oro para designar al esclavo que llevaba los niños a la escuela…


Los nulpensantes son peor que los niños, que suelen pensar bien hasta que muchos sistemas “de enseñanza” los deforman, como sucedió en nuestro país cuando un italiano vino a forzar la eliminación de la enseñanza de lógica, moral, cívica e higiene.

El Dr. Picardo publicó una encuesta donde se muestra que pese a las claras prohibiciones constitucionales y a lo que el sentido común —cuando lo hay— dicta, una mayoría está a favor de la “reelección”, el estado de sitio o excepción, las capturas hechas a “la demonia” como cuando levantaron a una adolescente de 16 años embarazada para meterla en el infierno de las cárceles del régimen y le provocaron un aborto, según denunció su familia.


La dictadura hace caso omiso, ignora “olímpicamente” los señalamientos de violar derechos elementales de la población por entidades internacionales que velan por su cumplimiento…

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