El accidente cerebrovascular o ictus es uno de los motivos más frecuentes de asistencia neurológica urgente. Ocurre cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se interrumpe o reduce, privando al tejido cerebral de oxígeno y nutrientes esenciales, según la Clínica Universidad de Navarra.
El papa Francisco padeció de un ictus de alta incidencia y prevalencia, lo que le causó un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible.
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De acuerdo a su historial, Francisco había padecido un episodio de insuficiencia respiratoria aguda por una neumonía bilateral microbiótica, así como una bronquitis múltiple, hipertensión y diabetes, informó el Vaticano.
El ictus no se da al azar, ya que se vienen dando una serie de condiciones y concluye en una obstrucción o una hemorragia en los vasos del cerebro, detallan los expertos.
"Es una de las causas más importantes de incapacidad permanente del adulto y la segunda causa de muerte (la primera en mujeres). Además, puede provocar secuelas que afecten de manera importante la calidad de vida", detalla la institución médica española.

Claves de este padecimiento
El ictus puede producirse tanto por una disminución importante del flujo sanguíneo que recibe una parte del cerebro como por la hemorragia originada por la rotura de un vaso cerebral.
Ictus isquémico: Son los más frecuentes (hasta el 85% de los casos) y su consecuencia final es el infarto cerebral, situación irreversible que lleva a la muerte a las células cerebrales afectadas por la falta de aporte de oxígeno y nutrientes transportados por la sangre.
Ictus hemorrágico: menos frecuente, pero su mortalidad es considerablemente mayor.
2. Factores de riesgo:
Hay algunos que no se pueden prevenir, pero otros sí, con hábitos de vida saludable.
- Edad: el riesgo de padecerlo crece de forma importante a partir de los 60 años.
- El género: en general se produce más entre los hombres que entre las mujeres, aunque la mortalidad es mayor en ellas.
- Haber sufrido un ictus con anterioridad.
- Hipertensión arterial.
- Padecer enfermedades cardíacas, como angina de pecho o infarto de miocardio.
3. Prevención
- No fumar, ni beber alcohol.
- Controlar el colesterol y por tanto los niveles elevados de grasas en sangre.
- Hacer ejercicio de forma regular huyendo de la vida sedentaria.
- Obesidad y sobrepeso.
- Estrés y ansiedad.
4. Señales de alarma
Acudir cuanto antes a un centro médico es fundamental con el fin de recibir un tratamiento cuanto antes que mejore el pronóstico y disminuya las secuelas. Síntomas:
- Dolor intenso de cabeza.
- Visión afectada en uno o los dos ojos.
- Dificultad a la hora de hablar y entender.
- Pérdida brusca del equilibrio.
- Pérdida de fuerza en manos, brazos y piernas, generalmente de un lado del cuerpo.
5. Tratamiento
Según el tipo de ictus, isquémico o hemorrágico, se valoran tratamientos encaminados a recuperar la reperfusión vascular, mediante trombolisis o trombectomía, y en algunas ocasiones se recurre a la cirugía.
6.- Rehabilitación
Entre un 40 % y un 60 % de los pacientes que sobreviven a un ictus quedan con algún tipo de secuela. Recibir rehabilitación es imprescindible para la recuperación.
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