Estas son las 3 grandes ramas terapéuticas más actualizadas contra el cáncer de próstata

El robot Da Vinci, ultrasonidos de alta intensidad, crioterapia, braquiterapia, terapia vascular fotodinámica, láser térmico, radioterapia con acelerador lineal, terapia hormonal antiandrogénica conforman un ramillete terapéutico vanguardista contra el cáncer de próstata. Conócelos.

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A los 45 o 50 años de edad, la visita médica y el tacto rectal constituyen el primer paso firme para luchar contra el cáncer de próstata. / Foto Por EDH-Shutterstock

Por Agencias

2021-01-16 9:37:38

El cáncer de próstata es uno de los tipos más frecuentes de cáncer en los hombres. Por lo general, el cáncer de próstata crece lentamente y se limita inicialmente a la glándula prostática, donde puede no causar daños graves. Sin embargo, mientras que algunos tipos de cáncer de próstata crecen lentamente y pueden necesitar tratamiento mínimo o incluso ningún tratamiento, otros tipos son agresivos y se pueden diseminar rápidamente.

“El ideal médico es detectar a tiempo, en estadios tempranos o muy tempranos, las primeras señales tumorales de la enfermedad”, subrayó la jefa del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid; lo que permitirá un control oncológico con altas cifras de curación. Por este motivo es fundamental el cribado de la población masculina entre los 45 y los 50 años de edad.

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De acuerdo con el portal web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el tratamiento del cáncer de próstata suele depender de la etapa del cáncer. Esto se determina sabiendo cuán rápido el cáncer está creciendo y cuán diferente se ve el tejido alrededor de la glándula. Así que los procesos serán diferentes para cada caso.

Conoce tres grandes ramas terapéuticas que se utilizan en la actualidad para derrotar sin paliativos a las células cancerosas, minimizando o eliminando a la vez, cuando sea posible, ciertos efectos secundarios, como la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil.

Foto tema. Shutterstock

Tratamientos quirúrgicos
La cirugía de prostatectomía radical demuestra su eficacia, más aún con ayuda robótica, cuando el tumor está localizado, es decir, cuando ha sido descubierto en estadios primarios.

Además, la técnica robótica Da Vinci reduce el miedo que presentan los pacientes al enfrentarse a este cáncer en el quirófano. No en vano están en juego tanto su intimidad sexual como su imagen corporal, con todo lo que ello supone en sus relaciones de pareja o en su vida laboral, social y familiar.

“La cirugía laparoscópica auxiliada por el robot Da Vinci (desarrollado en el año 2000), muy popularizada en estos momentos, constituye hoy en día una herramienta tecnológica fundamental para disminuir la probabilidad de que aparezcan estos efectos tan devastadores en la calidad de vida del paciente: Hablamos de incontinencia urinaria y disfunción eréctil”, destacó la doctora y cirujana española Carmen González Enguita.

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Potencia en las fuentes de energía
La terapia focal proviene o nace del desarrollo y evolución de los estudios y técnicas de diagnóstico por imagen en la identificación tumoral: es el resultado de la fusión de la ecografía con la resonancia magnética nuclear, obteniendo la RNM multiparamétrica, que consigue un 85 % de diagnósticos positivos.

“El objetivo de la terapia focal es muy atractivo porque se dirige estrictamente a la lesión tumoral con diferentes tipos de energías; eso sí, en la confianza de que las zonas de la próstata sin tratar no contengan la enfermedad, o al menos no la contengan de forma clínicamente significativa”, puntualizó González Enguita.

La investigación ha puesto en la mano de la urología diferentes fuentes energéticas para intentar destruir las células tumorales malignas con terapia focalizada y evitar el desarrollo de la enfermedad sin afectar a los tejidos circundantes, por ejemplo: ultrasonidos de alta intensidad (HIFU), que destruye las células cancerosas de la glándula prostática mediante calor; la crioterapia, que utiliza temperaturas extremadamente bajas para eliminar las células cancerosas por congelación; la braquiterapia (RADT), que es una modalidad de radioterapia y láseres térmicos, que generan fotones de alta energía que se conducen por la uretra a través de una fibra y cortan, coagulan y vaporizan el tejido de la glándula prostática convirtiéndolo en dióxido de carbono y vapor de agua.

En esta enfermedad no se dejan de investigar nuevas opciones terapéuticas. Foto EDH / Shutterstock

Tratamientos en cánceres avanzados
El mundo está viviendo una gran revolución en las terapias antitumorales cuando el cáncer prostático se encuentra en estadios muy avanzados o se ha producido metástasis. Las opciones terapéuticas “se han incrementado y desarrollado mucho gracias al mejor conocimiento del comportamiento biológico de las células cancerosas”, recalcó la doctora González Enguita.

Entre estas destacan las terapias hormonales de deprivación androgénica (ADT), con antiandrógenos de nueva generación, se retarda el crecimiento del cáncer al conseguir que disminuyan los niveles de andrógenos (hormonas sexuales masculinas) o que estos lleguen hasta la próstata. Los radiofármacos (medicamentos radiactivos), que emiten directamente partículas de radiación a las células tumorales del cáncer de próstata diseminadas, por ejemplo, en los huesos, se destruyen los depósitos de células cancerosas, aunque sean depósitos diminutos. Y junto con la quimioterapia, fármacos únicos o combinados, que se emplean cuando existe metástasis o cuando la terapia hormonal no ha dado el resultado esperado.

“Diferentes fármacos con estrategias y técnicas diversas son capaces de curar o ayudar a prolongar la supervivencia de estos hombres con la mejor calidad de vida posible, por ello se necesita un equipo colaborativo de vanguardia”, añadió la especialista