Sabemos que los bolsos no son simples accesorios: son cofres del tesoro que cargan desde la billetera hasta ese labial que no has usado desde hace algunos años. Por eso, merecen cuidados VIP, dignos de spa de lujo. Pero, ojo, no todos los bolsos son iguales. El cuero no se lleva bien con el agua, el vinil odia el sol, y la tela... es un drama aparte.
Según el sitio bolsomio.com, para que tu bolso conserve su encanto por más tiempo, es esencial cuidarlo de acuerdo con su material. Ya sea de gamuza, cuero, tela, o cualquier otro tejido.
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Así que, si quieres que tu bolso se mantenga tan fabuloso como el día en que te enamoraste de él y lo compraste, te compartimos una guía infalible para cuidarlos según el material del que están hechos.

Cuero: clásico pero delicadito
El cuero es ese amigo elegante que siempre va bien vestido, pero que se pone sensible si lo tratas mal. Es resistente, sí, pero también necesita su dosis de amor.
Así como tu piel, el cuero necesita crema. Usa un acondicionador especial para cuero cada dos o tres meses, lo puedes hallar en el supermercado.
Evita exponerlo al sol directo o mojarlo. Si se moja, sécalo con un trapito suave y déjalo secar a temperatura ambiente (nada de secadoras ni microondas).
Mételo en una bolsa de tela y rellénalo con papel para que no pierda la forma.
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Vinil: brillante de bajo mantenimiento
El vinil es como ese amigo que siempre está listo para la fiesta. Es brillante, moderno y no le teme a la lluvia, pero sí a los arañazos y a la decoloración.
Usa un pañito húmedo con un poco de jabón neutro. ¡Nada de lejía o productos abrasivos!
Evita los roces salvajes. No lo metas en una jungla de objetos puntiagudos (como llaves o broches metálicos que lo puedan rayar).
Guárdalo lejos del calor. El vinil se derrite con el calor extremo. Así que nada de dejarlo a pleno sol.
Plástico: el rebelde sin causa
Los bolsos de plástico son los más rebeldes del grupo. Aguantan agua, polvo y casi una guerra nuclear... pero se rayan solo con mirarlos mal y se ven sucios rápido.
Usa toallitas húmedas para una limpieza rápida; son tus mejores aliadas.
No abuses del peso. Aunque parezcan indestructibles, el plástico puede deformarse si lo cargas como si fuera una mochila escolar.
Dales brillo. Si se ven opacos, puedes pasarles un poquito de limpiador de vidrios con un paño suave. Quedarán como nuevos.

Tela: la hippie complicada
Los bolsos de tela son relajados y versátiles, pero acumulan polvo y suciedad. Además, las manchas son sus enemigas.
Aunque la tentación de meterlo a la lavadora sea grande, evítalo. Mejor lávalo a mano con agua tibia y un poco de detergente suave.
Nada de colgarlo por las agarraderas. Sécalo en una superficie plana y con sombra para que no se deforme ni se destiña.
Si no lo usas seguido, guardalo en una bolsa de tela y ponle bolsitas antihumedad.
Gamuza: la diva de los materiales
La gamuza es hermosa, suave y fina... pero más delicada que una relación a distancia. Literalmente, una gota de agua puede dejarla traumada.
Para su cuidado, usa un cepillo de cerdas suaves para eliminar polvo y suciedad. Hazlo con cariño.
No lo mojes nunca. El agua mancha la gamuza, así que si llueve, ¡protégelo como a un recién nacido!
Usa protector de gamuza. Existen sprays especiales que lo protegen del polvo y la humedad. Rocíalo antes de salir a la aventura.
Materiales mixtos
Algunos bolsos son una mezcla loca de cuero, vinil, tela y hasta metal. Aquí toca ser diplomática y tratar cada zona según su personalidad.
Si tienes uno de esos bolso haz lo siguiente:
Limpia cada parte como si fuera única (porque lo es). Si es cuero y vinil, aplica productos distintos para cada uno.
Evita mezclar productos: nada de usar el mismo trapo para todo. Así evitas manchar o dañar alguna sección.
Dedícale una tarde al mes para mimarlo y ver si necesita retoques o limpieza.
¡Cuidalos bien!
Estos son algunos tips universales para todos los bolsos.
No importa si tu bolso es de cuero legítimo o de tela reciclada de mochilas viejas, estos consejos aplican para todos.
No lo sobrecargues: tus hombros (y el bolso) te lo agradecerán.
Rótalo: no uses el mismo bolso todos los días. Así prolongás su vida y mantenés tu estilo fresco.
Evitá colgarlo en ganchos afilados: mejor colocalo en superficies limpias o colgalo de forma suave.
Haz limpieza interna regularmente: bota tickets viejos, chicles caducados y todo lo que ya no ocupas.