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Looks de Tierra Azul, Anihra y Luna Azul se complementan con accesorios de Chiboleta, Handma y Ávalos, destacando la innovación artesanal en la pasarela del añil en Suchitoto.

Pasarela del añil en Suchitoto: moda salvadoreña con identidad

El Festival del Añil en Suchitoto convirtió su pasarela en un escenario donde artesanía y moda se unieron para mostrar al mundo la creatividad salvadoreña.

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Por Betty Carranza
Publicado el 01 de octubre de 2025

 

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Durante el Festival del Añil en Suchitoto, la pasarela se convirtió en el corazón del evento, mostrando cómo la moda salvadoreña se reinventa desde la tradición. Quince diseñadores y artesanos presentaron colecciones trabajadas con técnicas como batik, shibori, crochet y macramé, teñidas con pigmentos naturales como añil, cúrcuma y achiote. Propuestas que fueron desde prendas urbanas hasta vestidos de cóctel, además de joyería en madera y metal que reinterpretó el petate. La pasarela reflejó una identidad cultural fuerte y un futuro prometedor para la moda local, que fusiona sostenibilidad, innovación y raíces ancestrales.

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La moda hecha en El Salvador está escribiendo una nueva historia. Durante el Festival del Añil y el Festival Arte y Diseño El Salvador, realizado el 27 y 28 de septiembre en el pintoresco pueblo de Suchitoto, la pasarela principal se transformó en un espacio de encuentro entre tradición y modernidad, donde el añil y otros tintes naturales fueron protagonistas.

Este desfile, que reunió a 15 diseñadores y artesanos, fue una muestra clara de cómo el diseño salvadoreño evoluciona sin perder sus raíces.

La pasarela del añil no fue solo un desfile, sino una narrativa visual que habló de identidad y pertenencia. Cada diseñador presentó colecciones inspiradas en técnicas ancestrales, reinterpretadas con una mirada contemporánea.

Entre las propuestas destacaron piezas teñidas con jiquilite, cúrcuma y achiote, que llenaron el escenario de tonos azules profundos, amarillos cálidos y naranjas vibrantes. Marcas como Tochico, Kimimi, Luna Azul y Tierra Azul sorprendieron con prendas creadas íntegramente con tintes naturales, mostrando que la moda sostenible puede ser también sofisticada.

Look de Añil de la Vega, Tierra Azul con bolso de Ávalos y accesorios de Granalla, y Bismuto junto a Handma, deslumbraron en la pasarela del añil en Suchitoto.
Look de Añil de la Vega, Tierra Azul con bolso de Ávalos y accesorios de Granalla, y Bismuto junto a Handma, deslumbraron en la pasarela del añil en Suchitoto. / Fotos cortesía de Conamype

Cada diseñador llevó a la pasarela un relato único:

  • Ávalos: piezas en palma tejida que rescatan técnicas tradicionales como el calado, el trenzado y el corazón piqueado. Sus tonos neutros, combinados con flecos en crudo y negro, logran un estilo atemporal que se adapta con naturalidad a cualquier look.
  • Handma: bolsos de macramé elaborados con múltiples nudos y fibras naturales. Destacan las aplicaciones de flecos en hilo crudo y delicados detalles en beading con cristales, entre ellos una pieza concebida íntegramente con esta técnica, que revela maestría artesanal.
  • Sandra Funes / Ecosistema: prendas teñidas con hojas y pigmentos naturales en una paleta de cafés, verdes y crudos. Cada diseño transmite un diálogo íntimo con el entorno vegetal y una estética profundamente conectada con la naturaleza.
  • Anihra: diseños en añil trabajados con batik e inspirados en formas marinas como el nautilus. Las reservas crean dobles fondos y efectos de profundidad que evocan el misterio de los océanos.
  • Bismuto: propuestas experimentales con bleaching en tonos naranjas sobre base negra, junto a técnicas de ice-dye y shibori. Sus piezas recuerdan la textura mineral de las geodas, generando un impacto visual vibrante y contemporáneo.
  • Arte Añilero: reinterpretación del tejido ojo de perdiz sobre textiles previamente teñidos. El resultado son irregularidades y un efecto jaspeado que se trasladan a siluetas dinámicas, con un aire urbano y moderno.
  • Tierra Azul: exploraciones en añil y crochet en hilo crudo que evocan el lenguaje de los granny squares irregulares. Sus prendas destacan por cuellos, aplicaciones y el uso creativo de hilos flotantes, que aportan un carácter único a cada pieza.
  • Luna Azul: piezas teñidas en añil y otros tintes naturales, en tonos amarillos y blush. Trabajadas con la técnica shibori en estilo cielo, se complementan con botones tallados en jade que elevan la silueta a un nivel de sofisticación artesanal.
  • Añil de la Vega: casa referente en el uso del añil, presentó batik en composiciones orgánicas inspiradas en el movimiento del mar. Sus propuestas aplicadas a prendas de cóctel resaltan por su elegancia y fluidez.
  • Granalla: joyería contemporánea que reinterpreta el tejido de petate a través de la metalurgia. Sus cinturones, collares, aretes y piezas en oro rosa aportan un lujo sutil con raíces culturales.
  • Chiboleta: joyería en madera llevada al terreno del lujo. Sus anillos de carácter escultórico, collares en capas y juegos de pulseras transforman cualquier vestuario en una declaración audaz de estilo.
Moda masculina en la pasarela del añil: Añil de la Vega con bolso de Ávalos, camisa con collar de Chiboleta y un entrizo de Luna Azul con visera de Ávalos y collar de Granalla.
Moda masculina en la pasarela del añil: Añil de la Vega con bolso de Ávalos, camisa con collar de Chiboleta y un entrizo de Luna Azul con visera de Ávalos y collar de Granalla. / Fotos cortesía de Conamype

Una curaduría pensada para trascender

La curaduría del desfile estuvo a cargo del diseñador y catedrático Alejandro Handal, quien resumió el espíritu del festival en una frase clara: “El mayor valor de una comunidad nace en su artesanía y en la manera en que esta evoluciona”.

Su visión guió el trabajo junto al equipo de CONAMYPE, los pasantes y los artesanos locales. Sobre la propuesta general, Handal subrayó que “la artesanía habla de un pueblo entero, de su historia y de su identidad”, recordando que el diseño es también una forma de narrar quiénes somos.

El styling fue desarrollado por estudiantes del Diplomado en Fashion Styling del Instituto Haute Couture Lesli Martel y Vanessa Saavedra, aportando frescura y profesionalismo al montaje final.

Moda como identidad cultural y proyección internacional

El color azul del añil fue más que un pigmento: se convirtió en un símbolo de creatividad y orgullo salvadoreño. En cada pieza se vio reflejada la historia de un pueblo que, a través de su artesanía, logra abrir nuevos caminos en la escena del diseño regional.

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La pasarela en Suchitoto mostró que la moda puede ser una herramienta de transformación social y cultural. Al combinar tradición con innovación, el talento salvadoreño tiene la capacidad de posicionarse en escenarios internacionales, no solo como proveedor de artesanía, sino como creador de propuestas de autor con valor global.

Un festival que une comunidad, arte y futuro

El Festival del Añil fue mucho más que un desfile. El Parque Central de Suchitoto vibró con talleres, exhibiciones artísticas y actividades culturales que acercaron al público a las raíces del jiquilite. La entrada gratuita permitió que tanto locales como turistas se sumaran a esta experiencia, generando un ambiente inclusivo y participativo.

El evento confirmó que la moda salvadoreña está en plena evolución: busca la innovación sin perder el respeto por sus raíces, promueve el consumo responsable y fortalece la economía local al abrir plataformas de visibilidad para diseñadores emergentes y artesanos.

La pasarela del añil dejó un mensaje poderoso: la moda salvadoreña no es solo vestimenta, es memoria, innovación y orgullo. Y ese es el futuro que desfila con fuerza desde Suchitoto hacia el mundo.

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