Marcela Salles: talento salvadoreño que brilla en Nicaragua Diseña

Marcela Salles, una joven diseñadora salvadoreña que comienza a destacar en la escena de la moda centroamericana, brilló en Nicaragua Diseña 2025 con una propuesta llena de fuerza, color y autenticidad. Su historia es la de una creadora que convirtió la inseguridad en impulso y que hoy inspira a otros talentos emergentes a creer en sus sueños desde El Salvador hacia el mundo.

Desde niña, Marcela sintió una atracción casi instintiva por la creatividad. “Siempre me interesaba hacer cosas que tuvieran que ver con la creación”, recuerda. Al ver películas o series, su atención no se centraba en la historia, sino en los vestuarios que daban vida a los personajes. Esa curiosidad infantil se transformó con los años en un propósito claro: dedicarse a la moda.

De los bocetos infantiles al sueño hecho realidad

Egresada de la Universidad Francisco Gavidia en licenciatura en Diseño de Moda, Marcela encontró en el proceso creativo una manera de expresar lo que las palabras a veces no logran decir. Antes de llegar a la pasarela, pasó por el diseño gráfico, una etapa que —aunque no la llenaba completamente— le sirvió de base para entender la estética, el color y la composición. “Me di cuenta de que el diseño gráfico no era al cien por ciento lo que me llenaba, y así fue como llegué a la carrera de moda. Es lo que ahora realmente me mueve”, comparte.

El verdadero salto de Marcela comenzó cuando decidió participar en Manos a la Moda, un concurso salvadoreño que impulsa nuevos talentos en la industria local. Para ella, más que una competencia, fue un acto de valentía personal. “Lo que más me motivó a participar fue derribar miedos que yo sentía. El hecho de sentirme insegura, de no saber si estaba en el lugar correcto”, confiesa.

Envió su propuesta casi al cierre de inscripciones y, desde ese instante, sintió que ya había ganado. La experiencia la llevó a crear una colección cápsula con apenas 50 dólares —el reto que el concurso imponía a los participantes—, donde la creatividad debía sobreponerse al presupuesto. Su ingenio y compromiso la llevaron a destacarse entre los finalistas y, finalmente, convertirse en la diseñadora seleccionada para representar a El Salvador en la plataforma internacional Nicaragua Diseña 2025.

El oro del mar: fuerza, color y empoderamiento

Su colección, titulada Brío Marino, fue la carta de presentación que la llevó hasta Managua. Inspirada en los corales rojos —considerados “el oro del mar”—, la diseñadora exploró la analogía entre la fuerza de la naturaleza y el poder femenino. “Quería plasmar una analogía entre la fuerza de la mujer y la de los corales. Por eso utilicé telas como denim y mezclilla, que transmiten esa fortaleza”, explica.

Marcela tiene una visión artesanal y experimental del diseño. No se conforma con usar la tela tal como la recibe: le gusta intervenirla, transformarla. En Brío Marino tejió manualmente piezas combinando tonos de azul y rojo, creando un tejido propio con textura y movimiento. “Me gusta tratar las telas. No me gusta usarlas al cien por ciento como vienen. Prefiero intervenirlas y crear algo nuevo. Ese es el valor agregado de mi marca”, afirma.

El resultado fue una colección que conjuga estructura y fluidez, con bordados en forma de estrellas y una paleta que evoca la profundidad del océano. La propuesta de Marcela resuena no solo por su técnica, sino por su simbolismo: cada prenda refleja la resiliencia y el empoderamiento que definen su propio camino.

Un salto internacional desde el talento local

Nicaragua Diseña, la plataforma creativa más importante de la región, celebró su 14ª edición del 24 al 26 de octubre de 2025 bajo el lema “Talento que conecta, creatividad que transforma”. Con más de 50 diseñadores nacionales e internacionales, el evento se ha consolidado como un punto de encuentro para los nuevos talentos latinoamericanos y una vitrina de proyección internacional.

En ese escenario, Marcela Salles fue la única representante salvadoreña. Su paso por la pasarela del Centro de Convenciones Olof Palme no solo marcó un debut internacional, sino un reconocimiento a su autenticidad y determinación. “Recibí muy buenos comentarios y también consejos de diseñadores establecidos. Fue una experiencia enriquecedora, porque comprendí que este es un mundo competitivo, pero que vale más conectar que competir”, reflexiona.

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Esa idea de conexión —más que de rivalidad— la marcó profundamente. “Cada diseñador tiene su propia forma de crear y su público. No hay por qué intentar acapararlo todo cuando cada uno tiene su propia luz”, dice con convicción.

Moda que inspira y transforma

Tras su participación en Nicaragua Diseña, Marcela presentará nuevamente Brío Marino en el evento salvadoreño Moda por una Causa, un espacio que combina creatividad y responsabilidad social, que se realizará en próximo 13 de noviembre en el Centro Histórico de San Salvador.

Para Marcela, este ciclo de experiencias ha sido transformador. “Manos a la Moda significó mucho para mí, porque fue como dar un paso más en mi carrera profesional y también personal. Empecé derribando miedos, y eso me llevó a lograr algo que parecía inalcanzable”, comparte.

Su historia es la de una joven que decidió no dejarse vencer por la inseguridad ni por los recursos limitados. Su talento y su disciplina la han llevado a construir una identidad propia dentro de la moda salvadoreña, que apuesta por la innovación y el mensaje. Hoy, Marcela Salles encarna una nueva generación de diseñadores que miran hacia el mundo sin perder sus raíces.

Mirar hacia adelante

Cuando se le pregunta cómo se visualiza en los próximos años, Marcela no duda: “Sueño con ver mi marca vendiéndose a nivel nacional e internacional. Ya di el primer paso, y quiero seguir creciendo con autenticidad”.

Su historia refleja el espíritu de una juventud creativa que no teme comenzar desde cero, que encuentra en la adversidad una oportunidad para reinventarse y que, con perseverancia, convierte la moda en un lenguaje de esperanza.

Marcela Salles no solo diseña ropa: teje caminos, une emociones y demuestra que el verdadero estilo nace del valor de creer en uno mismo.