Por qué llorás cuando cortás cebolla y cómo evitarlo fácilmente

Cortar cebolla es una tarea esencial en la cocina, pero pocas cosas resultan tan molestas como las lágrimas que provoca. Lejos de ser una cuestión emocional, este fenómeno tiene una explicación científica y, por suerte, también soluciones prácticas para evitarlo. Según explican especialistas citados por el portal Infobae, lo que sucede al cortar una cebolla es una reacción química natural que se activa cuando la estructura interna del vegetal se rompe. Esto libera compuestos de azufre que reaccionan con las enzimas de la cebolla y generan un gas volátil conocido como sulfóxido de tiopropanal, o "factor lacrimógeno".

Este gas, al entrar en contacto con la humedad de tus ojos, se transforma en una leve solución ácida que irrita las terminaciones nerviosas de la córnea. En respuesta, las glándulas lagrimales producen lágrimas como mecanismo de defensa. Es decir, no llorás por la cebolla en sí, sino porque tu cuerpo está reaccionando a un agente externo que intenta proteger tus ojos.

El portal especializado Live Science detalla que esta reacción es más intensa con algunas variedades de cebolla, como la amarilla y la roja, que poseen mayor concentración de compuestos sulfurados. En cambio, las cebollas dulces o blancas tienden a ser menos agresivas con los ojos. Además, el tipo de corte influye: cuanto más agresivo y rápido es el corte, mayor cantidad de células se rompen y más gas se libera.

Una defensa natural de la planta

¿Tiene esto algún sentido desde el punto de vista de la naturaleza? En realidad, sí. Como explican en Britannica, esta reacción es un mecanismo de defensa de la planta para ahuyentar a depredadores o insectos. Es decir, la cebolla "se defiende" liberando sustancias que resultan irritantes para quienes la atacan.

Ahora bien, ¿cómo podés reducir o evitar estas lágrimas? Acá te compartimos algunos consejos prácticos que podés aplicar en tu cocina:

Consejos prácticos para cortar cebolla sin llorar

• Usá un cuchillo bien afilado: un corte limpio rompe menos células y por tanto libera menos gas. Evitá los cuchillos dentados o sin filo.
• Refrigerá la cebolla antes de cortarla: colocarla en el congelador por unos minutos o mantenerla en la heladera ayuda a que los compuestos se liberen más lentamente, como sugieren los especialistas de Infobae.
• Cortá bajo agua corriente o sumergila parcialmente: esta técnica ayuda a disolver el gas antes de que llegue a tus ojos.
• Encendé la campana extractora o trabajá cerca de una ventana: ventilar el espacio permite que el gas se disperse rápidamente.
• Dejá la raíz para el final: según Wikipedia, la parte de la cebolla que está más cerca de la raíz contiene mayor cantidad de compuestos lacrimógenos. Cortarla al final puede reducir el efecto.
• Respirá por la boca y sacá la lengua ligeramente: una técnica curiosa pero efectiva que ayuda a desviar los gases hacia la boca en lugar de los ojos.

Menos lágrimas, más disfrute en la cocina

Incorporar estas estrategias puede transformar una tarea molesta en una experiencia mucho más llevadera. Cocinar debería ser un momento de disfrute, y pequeños gestos como estos suman calidad a tu tiempo en la cocina.

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Si te gusta preparar platos caseros y amás el sabor que aporta la cebolla a tus comidas, vale la pena dominar estas técnicas. Como sucede con tantos detalles en la gastronomía, entender el "por qué" de las cosas también mejora el "cómo". Y en este caso, menos lágrimas significan más alegría a la hora de cocinar.