Errores que debés evitar al usar paraguas en días de lluvia

Durante el período lluvioso en El Salvador, que va aproximadamente de mayo a octubre, el paraguas se convierte en un compañero imprescindible. Sin embargo, muchas veces no nos detenemos a pensar en cómo lo usamos ni en el impacto que puede tener en quienes nos rodean. Desde golpear sin querer a un peatón hasta dejar charcos que provocan resbalones, un paraguas mal utilizado puede causar más problemas de los que resuelve.

Hablar de etiqueta del paraguas no es una exageración, sino una invitación a vivir la ciudad con respeto, empatía y atención a los demás. Aplicar algunas buenas prácticas puede hacer que los días lluviosos sean más llevaderos para todos.

Respetá el espacio de los demás al caminar

Una de las reglas fundamentales es tener conciencia del espacio que ocupás. Cuando usás un paraguas, tu silueta se amplía y puede obstruir el paso de otras personas. Es recomendable elegir paraguas plegables o de tamaño mediano, que sean fáciles de manejar y no invadan el camino.

Según la Etiquette School of New York, al abrir un paraguas podés duplicar tu volumen corporal en el espacio, lo que dificulta la circulación en aceras transitadas. Si ves que alguien se acerca, levantá o incliná ligeramente tu paraguas para evitar choques entre varillas o salpicaduras.

Además, si compartís un espacio con otras personas bajo la lluvia, como filas o pasajes peatonales, asegurate de mantener el paraguas alineado a tu cuerpo y no extendido hacia los lados.

Abrilo con cuidado y cerralo con atención

Un error común es abrir el paraguas sin verificar quién está cerca. Esto puede causar golpes accidentales o salpicaduras molestas. Tal como lo explica el sitio The Week en su guía urbana, es importante observar el entorno antes de desplegarlo, especialmente al salir de un lugar techado hacia la calle.

Esperá hasta estar completamente afuera para abrirlo, y hacelo con movimientos suaves. Al cerrarlo, sacudí ligeramente el exceso de agua en una zona segura, sin mojar a otras personas. Guardá el paraguas cerrado con la punta hacia abajo y alejado del paso para evitar tropiezos.

Este tipo de gestos simples contribuyen a una mejor convivencia y muestran consideración hacia quienes comparten el espacio con vos.

Evitá los charcos invisibles dentro de edificios

Cuando entrás con un paraguas mojado a una oficina, tienda o vivienda, es común dejarlo en el primer rincón que encontrás. Pero esa agua acumulada puede crear un peligro para otros. Según el sitio especializado Advanced Etiquette, lo ideal es colocar el paraguas en un porta paraguas o en una funda impermeable que evite que gotee sobre el suelo.

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Si no hay un lugar específico, apoyalo verticalmente en un rincón donde no estorbe el paso. Además de evitar resbalones, esto ayuda a mantener el espacio limpio y seco, lo cual es especialmente importante en lugares con alto tráfico peatonal.

Revisá el estado del paraguas antes de usarlo

Más allá de lo estético, un paraguas en mal estado puede representar un riesgo. Las varillas rotas o sueltas pueden enganchar ropa, arañar a alguien o romperse por completo en medio de una tormenta.

La guía Quick and Dirty Tips recomienda revisar periódicamente que el paraguas abra y cierre bien, que la tela esté firme y que las puntas no estén expuestas. Es mejor invertir en un modelo duradero que funcione bien durante toda la temporada, en lugar de uno barato que se dañe con facilidad.

Si el viento es muy fuerte, lo más seguro es cerrar el paraguas y resguardarse hasta que amaine. Forzarlo a funcionar en condiciones extremas solo aumenta las posibilidades de que se dañe o cause un accidente.

Usá el sentido común en espacios compartidos

Aunque no existan reglas formales, el sentido común es la mejor guía. Si vas caminando con alguien más bajo que vos, asegurate de que también esté cubierto. Si compartís el paraguas, caminá a un ritmo constante para que ambos se mantengan secos.

En pasajes cubiertos o aceras con protección, es innecesario seguir usando el paraguas. Guardarlo no solo evita incomodidades, también mejora la circulación.

Tal como se señala en KatarinaEtiquette.com, los tres pilares básicos son: respetar el espacio ajeno, abrir el paraguas con cuidado y evitar dejar charcos. A partir de ahí, podés construir un comportamiento más considerado en los días lluviosos.

Elegí un paraguas que se adapte a tus necesidades

Elegir un buen paraguas no es solo cuestión de gusto. Invertir en uno de calidad puede ahorrarte incomodidades y hacerte la vida más fácil en la temporada de lluvias. Según Umbrellas-Factory.com, una de las fallas más comunes es que las varillas del paraguas sean débiles. Por eso, se recomienda buscar estructuras reforzadas, con varillas de fibra de vidrio o metal resistente.

Wired.com sugiere que el tamaño de la cobertura también importa. Un buen paraguas debe cubrirte completamente sin ser difícil de manejar. Si lo vas a llevar con frecuencia, buscá un modelo plegable que quepa en tu bolso o mochila. Además, asegurate de que tenga un sistema de apertura suave, un mango ergonómico y una tela impermeable y duradera.

UVUmbra.com destaca que es clave saber para qué lo vas a usar: si es para caminatas diarias, para esperar en exteriores o solo para emergencias. Cada uso requiere un tipo de paraguas distinto. También es recomendable que el color sea visible para mejorar tu seguridad en condiciones de baja luz.

Por último, Better Homes & Gardens aconseja mantenerlo seco y limpio. No lo guardés mojado ni lo dejés expuesto al sol de forma permanente, ya que eso deteriora el material.

En El Salvador tener un paraguas adecuado y usarlo con cortesía no solo te protege a vos, también mejora la experiencia urbana para todos.

Desde cómo lo abrís hasta dónde lo colocás cuando está mojado, cada acción cuenta. Incorporar estas normas de etiqueta es una forma sencilla de demostrar respeto, empatía y sentido común. Y eso, sin duda, hace más llevadera la temporada de lluvias para toda la comunidad.