Dientes limpios, mascotas felices y saludables

Muchos dueños no imaginan que una simple acumulación de sarro puede poner en riesgo la salud general de su perro o gato. En El Salvador, se estima que siete de cada diez mascotas presentan algún tipo de afección bucal si no reciben un cuidado adecuado. La limpieza dental no solo mejora su aliento o su sonrisa, también puede transformar su calidad de vida y alargar sus años a tu lado.

Según el veterinario Elmer Exaú Morán, de La Peterinaria Tuscania, una higiene dental deficiente puede desencadenar problemas como gingivitis, pérdida de piezas dentales, abscesos dolorosos e incluso enfermedades gastrointestinales o respiratorias si no se atiende a tiempo.

¿Cuándo comienzan los problemas dentales?

Las afecciones dentales pueden aparecer desde los primeros ocho o nueve meses de vida, sobre todo si el cachorro conserva dientes de leche que no han sido removidos a tiempo. Estos restos dentales dificultan una mordida sana y acumulan sarro, provocando la caída temprana de dientes definitivos.

Señales que no debés ignorar

El mal aliento es una de las primeras alarmas. Morán relata que algunos dueños lo describen como "olor a tragante". Al revisar la boca de la mascota, se puede observar una capa verdosa o café sobre los dientes, inflamación de encías, sangrado al comer o al beber agua, y hasta pérdida de apetito. Estos síntomas pueden indicar desde una gingivitis hasta la necesidad de extraer dientes por dolor o infección.

Consecuencias de no actuar a tiempo

Una enfermedad dental avanzada no solo reduce la calidad de vida de la mascota, sino que puede causar dolor crónico, infecciones graves o la necesidad de cambiar su dieta a alimentos blandos por pérdida total de dientes. En casos extremos, una infección puede derivar en complicaciones respiratorias o incluso la muerte.

Prevención desde casa

Cepillar los dientes de perros y gatos es altamente recomendable. La clave está en comenzar desde cachorros para que lo vean como algo normal. Usá cepillos y pastas dentales especiales para mascotas. También se puede usar gasa o cepillos de dedo, según el tamaño y la comodidad del animal. Siempre realizá movimientos suaves para no dañar la encía.

Otros cuidados en casa incluyen ofrecer agua potable filtrada, mantener limpios los bebederos y utilizar enjuagues especiales que se colocan en el agua. Además, existen galletas y snacks dentales que ayudan a prevenir la acumulación de sarro.

La importancia de la limpieza dental profesional

Morán recomienda realizar profilaxis dental profesional una o dos veces al año, dependiendo de cada caso. Algunas razas pequeñas, como los Yorkshire o Pomeranias, tienden a acumular más sarro y requieren mayor atención. La limpieza se realiza con anestesia general y equipos de ultrasonido que remueven el sarro sin dañar las piezas dentales.

Antes del procedimiento, se hacen exámenes preoperatorios para evaluar la salud del paciente. La anestesia está cuidadosamente controlada para evitar riesgos, incluso en mascotas mayores. “No es cierto que un perrito de 10 años ya no puede anestesiarse”, aclara el veterinario. Todo se evalúa individualmente, y el riesgo es muy bajo si se toman las medidas adecuadas.

Alimentación que protege

La dieta también juega un papel clave. Hay alimentos formulados especialmente para reducir el sarro, como los de marcas Proplan, Hills o Royal Canin. Evitá dar comida casera con alto contenido de almidón o azúcar, que contribuye al deterioro dental. Los juguetes dentales también son útiles, siempre que estén diseñados para este fin.

Rutina ideal para dueños responsables

Una buena rutina incluye revisar la boca de tu mascota al menos una vez por semana, levantarle los labios y observar si hay sarro o encías inflamadas. Cepillá sus dientes cada dos o tres días, ofrecéle snacks dentales de forma regular y consultá al veterinario si notás algo inusual.

Desmitificando la limpieza dental

Uno de los mitos más comunes es que las limpiezas dentales son peligrosas por la anestesia. Sin embargo, los riesgos son mínimos si se siguen los protocolos adecuados. Otro mito es que si la mascota ya está mayor, no vale la pena. Todo lo contrario: mientras antes se detecten los problemas, más posibilidades hay de preservar sus dientes y mejorar su bienestar.

El consejo más práctico

“Pensá cómo querés llegar vos a los 70 años, comiendo manzana, tortilla, queso. Igual deberíamos pensar en nuestras mascotas: que lleguen a viejitos con todos sus dientes y sin dolor”, dice Morán. Prevenir es más fácil que curar, y un poco de cuidado diario puede hacer una gran diferencia.

En resumen, cuidar la salud dental de tu mascota es una forma de amor que se traduce en más años de vida y mejor calidad. Con pequeños hábitos, visitas regulares al veterinario y una buena alimentación, podés asegurarte de que tu perro o gato siga mordiendo, jugando y sonriendo muchos años más.

Antes del procedimiento, se hacen exámenes preoperatorios para evaluar la salud del paciente. La anestesia está cuidadosamente controlada para evitar riesgos, incluso en mascotas mayores. “No es cierto que un perrito de 10 años ya no puede anestesiarse”, aclara el veterinario. Todo se evalúa individualmente, y el riesgo es muy bajo si se toman las medidas adecuadas.

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Alimentación que protege

La dieta también juega un papel clave. Hay alimentos formulados especialmente para reducir el sarro, como los de marcas Proplan, Hills o Royal Canin. Evitá dar comida casera con alto contenido de almidón o azúcar, que contribuye al deterioro dental. Los juguetes dentales también son útiles, siempre que estén diseñados para este fin.

Rutina ideal para dueños responsables

Una buena rutina incluye revisar la boca de tu mascota al menos una vez por semana, levantarle los labios y observar si hay sarro o encías inflamadas. Cepillá sus dientes cada dos o tres días, ofrecéle snacks dentales de forma regular y consultá al veterinario si notás algo inusual.

Desmitificando la limpieza dental

Uno de los mitos más comunes es que las limpiezas dentales son peligrosas por la anestesia. Sin embargo, los riesgos son mínimos si se siguen los protocolos adecuados. Otro mito es que si la mascota ya está mayor, no vale la pena. Todo lo contrario: mientras antes se detecten los problemas, más posibilidades hay de preservar sus dientes y mejorar su bienestar.

“Pensá cómo querés llegar vos a los 70 años, comiendo manzana, tortilla, queso. Igual deberíamos pensar en nuestras mascotas: que lleguen a viejitos con todos sus dientes y sin dolor”, dice Morán. Prevenir es más fácil que curar, y un poco de cuidado diario puede hacer una gran diferencia.

En resumen, cuidar la salud dental de tu mascota es una forma de amor que se traduce en más años de vida y mejor calidad. Con pequeños hábitos, visitas regulares al veterinario y una buena alimentación, podés asegurarte de que tu perro o gato siga mordiendo, jugando y sonriendo muchos años más.