WhatsApp y la amistad juvenil, riesgos en los chats digitales

La forma en que los jóvenes construyen y mantienen sus amistades ha cambiado radicalmente con el uso intensivo de aplicaciones como WhatsApp, Messenger, Telegram o similares. Aunque permiten estar más conectados que nunca, también introducen riesgos que pueden afectar la calidad de los vínculos.

Así lo advierte el estudio “Jóvenes y amistad”, elaborado por las fundaciones Fad Juventud y SM, que explora cómo la tecnología influye en la vida social de adolescentes y jóvenes, según publicó la agencia de noticias EFE recientemente.

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Según el informe, los chats cumplen múltiples funciones: ponerse al día, resolver asuntos prácticos, fortalecer la relación o simplemente desahogarse. Pero a pesar de estas ventajas, la mediación tecnológica trae consigo ciertos desafíos que vale la pena reconocer para evitar que las amistades se debiliten con el tiempo.

1. Malentendidos digitales

Uno de los riesgos más frecuentes es la confusión sobre el tipo de relación que se tiene. Puede parecer que existe una gran cercanía con alguien solo porque se mantiene contacto constante por mensajes, aunque no haya una conexión real fuera del entorno virtual. Este fenómeno puede provocar espejismos, desencuentros o decepciones, especialmente cuando una de las partes interpreta la relación de manera distinta.

2. Comodidad que enfría el vínculo

Enviar un mensaje o dejar un audio es más sencillo que organizar un encuentro presencial. Esta facilidad genera lo que los autores llaman una tendencia al acomodamiento. Al no requerir tanto esfuerzo, la amistad corre el riesgo de quedarse en lo superficial, sin la profundidad que requiere el vínculo ideal: confianza, reciprocidad y presencia.

3. Saturación y ansiedad por responder

El exceso de mensajes puede llegar a saturar. La presencia constante, combinada con la expectativa de responder rápido, genera silencios incómodos y malentendidos. Si alguien no contesta pronto, puede interpretarse como desinterés o molestia, lo que añade tensión a la dinámica. Esta presión por estar disponible siempre también se asocia con sentimientos de ansiedad.

4. Rutinas reforzadas

Los jóvenes suelen mantener más contacto digital con las personas que ven a diario. Esta práctica reafirma círculos ya establecidos y puede limitar la expansión de nuevas amistades. Aunque fortalece los lazos existentes, reduce la diversidad en las relaciones y perpetúa dinámicas cerradas.

5. Falsa percepción de la realidad

En los grupos de mensajería surge la sensación de que “no se puede no estar”. Quien mantiene un perfil bajo puede enfrentar cierto distanciamiento del resto. Además, la comparación entre lo que ocurre en distintos grupos —los planes, lugares y experiencias compartidas— puede generar frustración, envidia o inseguridad. Todo esto construye una ilusión de realidad que no siempre refleja lo que realmente se vive.

Claves para cuidar la amistad más allá del chat

• Usá las notas de voz para conectar de verdad, no solo por salir del paso.
• Proponé un café, una caminata o una videollamada sin prisas.
• No confundás rapidez con cariño: cada quien responde a su ritmo.
• Dales espacio a los silencios. Desconectarse también es saludable.
• Si algo te incomoda, hablalo con respeto y, si podés, cara a cara.