La IA como herramienta para crear amistades y manejar la soledad

La soledad se ha convertido en uno de los grandes desafíos sociales y de salud de nuestro tiempo. En Estados Unidos, y cada vez más en distintas partes del mundo, surgen aplicaciones potenciadas con inteligencia artificial (IA) que prometen ayudar a formar amistades reales, no solo contactos superficiales en línea.

Un reciente reportaje de la agencia AFP muestra cómo plataformas como 222 y Kndrd buscan transformar la manera en que nos relacionamos, en un contexto donde la “epidemia de soledad” preocupa tanto como la obesidad o el tabaquismo.

El nuevo experimento social: cenas y yoga con desconocidos

La aplicación 222 funciona de forma distinta a las apps de citas tradicionales. Su propuesta es reunir a personas desconocidas en encuentros presenciales cuidadosamente organizados. Antes de asistir, los usuarios responden cuestionarios sobre sus intereses, valores y personalidad. Luego, la IA propone combinaciones de participantes para cenas, sesiones de yoga o salidas grupales.

JT Mason, un joven paramédico de 25 años en San Francisco, relató que lo que más le atrajo fue la sensación de estar frente a “seres humanos reales”, en lugar de perfiles digitales editados para impresionar.

El creador de la aplicación, Keyan Kazemian, ex empleado de Match Group (empresa matriz de Tinder y Hinge), explicó que su meta es ayudar a las personas no solo a conocerse, sino a construir relaciones duraderas. “Las aplicaciones de citas tradicionales se enfocan en deslizar a la derecha o izquierda, no en formar comunidad”, aseguró.

Soledad: un riesgo para la salud comparable al tabaquismo

La preocupación de fondo es seria. En 2017, Vivek Murthy, actual cirujano general de Estados Unidos, calificó la soledad como una epidemia. En un informe publicado en 2023, advirtió que la desconexión social aumenta el riesgo de mortalidad tanto como fumar 15 cigarrillos al día y más que la obesidad o la inactividad física.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) respaldó en 2023 esta alerta al incluir la soledad dentro de sus prioridades globales, señalando que contribuye al deterioro cognitivo, depresión y enfermedades cardiovasculares.

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La American Psychological Association también ha documentado cómo el aislamiento social crónico incrementa la ansiedad y reduce la esperanza de vida, subrayando que el problema afecta tanto a jóvenes hiperconectados como a adultos mayores.

Un cambio cultural: del “deslizar” al “conocer”

El atractivo de estas aplicaciones es que no buscan mantener a los usuarios pegados a la pantalla. Según el inversionista Felix-Olivier Ngangue, de Convivialite Ventures, el modelo de negocio depende de que la gente realmente se encuentre en persona y forme lazos, no de que pase horas conectada.

Esto supone un giro respecto a redes sociales y apps de citas que monetizan la atención prolongada, incluso a costa de aumentar la sensación de vacío. Un estudio de la Universidad de Pensilvania, publicado en la revista Journal of Social and Clinical Psychology, mostró que reducir el tiempo en redes sociales a 30 minutos diarios disminuye significativamente la soledad y la depresión entre jóvenes.

Historias personales que inspiran

El caso de Isabella Epstein ilustra cómo la necesidad de conexión puede transformar vidas. Al mudarse a Nueva York en 2021, probó aplicaciones y clubes sin éxito. Terminó abordando a desconocidos en cafeterías y calles con pequeños gestos como un cumplido o una pregunta. Con el tiempo, organizó encuentros informales y creó su propio círculo de amigos.

Esa experiencia la llevó a fundar Kndrd, una aplicación dirigida a mujeres menores de 40 años en Nueva York que ya reúne a unas 10.000 usuarias. Kndrd se basa en un principio simple: proponer actividades y encontrar compañía para realizarlas. Al igual que 222, su meta es traducir la conexión digital en experiencias reales, desde happy hours hasta partidos de pickleball.

El panorama global: un mercado en expansión

La soledad no es solo un problema en Estados Unidos. En Japón, por ejemplo, el gobierno creó en 2021 el cargo de “ministro de la soledad” para enfrentar el aislamiento social. En Reino Unido, desde 2018 existe una estrategia nacional para combatirlo, con programas comunitarios y apoyo a la salud mental.

El mercado de aplicaciones sociales con enfoque en bienestar está creciendo rápidamente. Según la consultora Market Research Future, se espera que el segmento de apps impulsadas por IA en el ámbito social y emocional alcance un valor de más de 2.000 millones de dólares en 2030.

Servicios como Timeleft, Plots y Realroots, mencionados en el reportaje de AFP, también apuestan por encuentros reales y están ganando terreno en ciudades globales.

¿Puede la IA entender la química humana?

Aunque algunos usuarios como Mason creen que falta mucho para que un algoritmo comprenda la verdadera química entre personas, admiten que la tecnología puede ser el primer paso para acercar a desconocidos. Investigadores de la Universidad de Stanford sostienen que los algoritmos de emparejamiento funcionan mejor cuando combinan datos objetivos, como intereses y valores, con información subjetiva derivada de la interacción real.

Esto sugiere que la IA puede ser útil para romper el hielo, pero la construcción de vínculos depende de la experiencia compartida y de la autenticidad de los encuentros.

Un futuro con más comunidad

El avance de estas aplicaciones refleja una tendencia: la búsqueda de vínculos más humanos en un mundo hiperconectado pero paradójicamente aislado. Aunque no son una solución mágica, pueden ser herramientas valiosas para enfrentar un problema que la OMS y la comunidad científica ya reconocen como crítico.

En palabras de Murthy, la soledad no debe verse como una debilidad individual, sino como un desafío colectivo que requiere soluciones creativas y comunitarias. Las apps con IA parecen estar dando un paso en esa dirección: menos “likes” y más abrazos en la vida real.