Conocé el Ponche Brujo, una bebida icónica de Izalco
En Izalco podés probar el Ponche Brujo, una propuesta que mezcla el sabor tradicional de una receta creada en 1980 con un menú lleno de ingenio, en presentaciones calientes o heladas.
Por
Leidy Puente
Publicado el 30 de octubre de 2025
En Izalco, el Ponche Brujo combina tradición, humor y creatividad en una bebida que ha conquistado a locales y turistas. Creado por doña Rosa Emilia Velázquez en los años 80, este ponche casero se transformó en un emprendimiento familiar liderado hoy por su hijo Emilio Velázquez, quien innovó con versiones frappé y temáticas como Amarre, Cadejo Arriba y Abajo y Agua de Calzón. Elaborado con leche y huevo, el ponche puede servirse con o sin licor. Desde 2022, cuentan con local propio en el Pupusódromo Izalqueño, donde mantienen viva una tradición que “hechiza” por su sabor e historia.
En el distrito de Izalco hay un lugar donde el ponche no solo se toma… también “hechiza”. Ponche Brujo de Izalco se ha ganado un espacio en el gusto de turistas locales y extranjeros por combinar el sabor casero con la picardía popular que tanto caracteriza al pueblo.
Su menú temático es una de las razones por las que esta bebida ancestral despunta. Los nombres de sus preparaciones hacen referencia a creencias y relatos que han pasado de generación en generación en Izalco, un lugar históricamente asociado con brujos y curanderos.
Quien llega por primera vez se sorprende al leer las opciones:
- Amarre: preparado con todos los licores disponibles. "La recomendación perfecta si querés que esa persona especial ya no se te escape".
- Agua de Calzón: mezcla de licores oscuros que guiña a las famosas “pócimas del amor”.
- Cadejo Arriba y Abajo: combina dos licores, uno al fondo y otro encima del ponche, en honor al personaje más travieso de las leyendas salvadoreñas.
- La Cuyancúa: mitad ponche y mitad licor, como la mítica serpiente a la que hace referencia.
- Sin Ponche: para los más atrevidos, porque lleva apenas 3 onzas de ponche y el resto licor.

Juego: Descubre qué tan valiente eres con las comidas más exóticas de El Salvador
Todas las bebidas pueden servirse calientes o heladas, y aquí aparece la parte más innovadora del emprendimiento: el ponche estilo frappé, una idea de Emilio Velázquez, actual propietario, basada en la receta original de su madre. Se prepara con ponche tradicional y se complementa con mermeladas de tamarindo, chocolate o piña colada. Lleva piquete solo si el cliente lo pide.
Con esta innovación, Emilio participó en un concurso nacional de emprendimiento de Conamype y obtuvo capital semilla para potenciar el negocio. “Queríamos hacer algo diferente, que no existiera en el país”, cuenta orgulloso.

¿Cómo nació el Ponche Brujo?
Aunque ahora cuentan con este toque moderno, todo inició como una forma de subsistir. La historia del Ponche Brujo comenzó en los años 80, cuando doña Rosa Emilia Velázquez decidió dejar la venta de los granos básicos y probar suerte con algo distinto. Nadie le enseñó, un día hizo ponche “para ver si funcionaba” y encontró el camino. La bebida gustó tanto que se convirtió en su sostén diario.
Ese esfuerzo le permitió sacar adelante a su hijo como madre soltera. Con disciplina y trabajo en ferias, fiestas patronales y eventos de diciembre —donde, aseguran, el ponche se vende hasta que se acaba—, doña Rosa logró que Emilio estudiara hasta la universidad. Hoy él es licenciado en periodismo por la Universidad de El Salvador.

Te recomendamos: Así luce el nuevo Parque Recreativo Costa del Sol
Emilio aprendió el oficio a los 15 años porque, como le decía su mamá, no se sabe lo que la vida traerá más adelante. “Ella me enseñó todo y yo seguí sus pasos”, relata. Con el tiempo, la bebida se volvió identidad familiar y en 2017 la marca Ponche Brujo quedó registrada en el CNR como única en su categoría a escala nacional.
Desde 2022 cuentan con un local propio en el Pupusódromo Izalqueño, donde atienden de miércoles a domingo, de 4:00 p. m. a 10:00 p. m. También participan en ferias y en la temporada navideña, cuando más demanda tienen. Según cuentan, en fiestas grandes llegan a preparar hasta siete u ocho cubetas de ponche durante la jornada.

Pero más allá del sabor y el “hechizo”, Emilio insiste en recordar que el ponche no es una bebida alcohólica: el licor simplemente es opcional. La base es leche y huevo, y forma parte de esas preparaciones nutritivas que en muchas familias se guardan como una tradición. De hecho, durante años fue considerada una bebida capaz de “dar fuerza” a personas con anemia o falta de energía.
Doña Rosa, pese a sus 77 años, todavía colabora en la cocina para asegurar que cada lote mantenga la esencia que los caracteriza. “Yo todavía hago el ponche caliente. Ya lo preparo con los ojos cerrados”, dice con humor y orgullo por el legado que deja.

Emilio, mientras tanto, agradece tener la oportunidad de seguir creciendo junto a su mamá y su comunidad. “Nos llena de alegría poder compartir esto que nació aquí en Izalco, para que la gente se lleve una parte de nuestra tradición”, afirma.
Ponche Brujo es una muestra del ingenio salvadoreño: tradición y creatividad que se transforman en identidad local y en un negocio que conquista paladares. Así que si vas por Izalco, ya sabés, podés elegir si querés un Amarre, una Agua de Calzón o un Sin Ponche.

TAGS: Bebidas | Brujos Izalco | Izalco
CATEGORIA: Turismo | Sabores de El Salvador
