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La “religión” de un charlatán puede llevar a la muerte a personas inocentes

Es válido predicar, difundir el Evangelio y las enseñanzas cristianas, alentar la hermandad y la convivencia, pero siempre ajustándose a lo racional, lo moral y lo que aporte a mejorar la propia vida y la de quienes nos rodean

Por El Diario de Hoy |

Un sujeto se acercó a Voltaire para proponerle “fundar una nueva religión”, a lo que éste le respondió que eso era muy fácil: que predicara, hiciera que lo persiguieran y crucificaran, que resucitara tres días más tarde y, ¡presto!, ya tenían una nueva religión…


Pero en nuestros días cualquier charlatán puede alegar que “dios” le ha encargado salvar almas y cuidar cuerpos, aunque eso lleve a la muerte a una persona prohibiéndole ir a un médico puesto que para salir del trance debía “orar mucho para curarse”, como aquellos que rehúsan hacer transfusiones de sangre a niños y adultos que las necesitan, ya que en la Biblia, versículo tal y cual, se ordena no derramar sangre o lo que sea, lo que ha forzado a jueces a obligar a los pobres ilusos llevar a la persona a un hospital para hacerle la transfusión para salvar su vida.


Hace muchos años conocimos a una persona que era inteligente y muy a favor de las sociedades libres, pero que andaba descalza mostrando llagas en su pantorrilla y rehusaba ir a un dermatólogo, ya que con “oraciones” “su buen dios” (en minúscula) iba a sanarla.


Regularmente un grupo dice haber hablado con “dios”, que “dios” les ordenó tal o cual cosa, lo que les faculta ordenar a pobres incautos, como en un lugar de África recientemente, comer muy poco para luego irse al paraíso, lo que hizo que las autoridades de ese país lo apresaran para sacarlo de circulación.


El “reverendo Jones” les revolvió la cabeza a 800 pobres seres a quienes llevó a una de las Guyanas y forzó a envenenarse, incluyendo muchos niños, en 1978, como en su momento sucedió en Waco, Texas, en un similar horror con el “reverendo” David Koresh en 1993.


Toca a nuestras autoridades buscar al charlatán y ocuparse de que no siga haciendo daño, e inclusive formular cargos penales –aunque sean “culposos”, es decir, no intencionales o menores– por la muerte de la pobre mujer, que deja a un niño en la orfandad…


Es válido predicar, difundir el Evangelio y las enseñanzas cristianas, alentar la hermandad y la convivencia, pero siempre ajustándose a lo racional, lo moral y lo que aporte a mejorar la propia vida y la de quienes nos rodean, partiendo del buen principio de “no hacer a otros lo que no quieres que te hagan a ti”, una postura que evitaría la muerte de personas buenas y positivas, como la lideresa de Sonsonate, Rosa Elvira Flores, que fue asesinada y a sus familiares se les prohibió velarla, pese a lo cual muchos miembros de su comunidad llegaron a rendirle homenaje.


Hay que difundir la “buena enseñanza”, la que busca cuidar bien alma y cuerpo
Como predicó San Juan en el Apocalipsis, al lado de lo bueno, lo noble, lo que compagina con la enseñanza de Nuestro Señor Jesucristo, siempre asoma lo infernal, el horror, aquello que todos debemos combatir pero que, al dividirse nuestras sociedades entre mayorías buenas y apacibles al lado de minorías belicosas y malvadas, se debe luchar para que prevalezca el bien, que reine “el sentido común”, la sensatez, contribuir a que los enfermos y los que sufren busquen un socorro bondadoso que les auxilie y sane sus cuerpos y sus almas.

Así como en el lado malo hay charlatanes detrás de los diezmos y el sometimiento sicológico y fanatismo de sus fieles, en el lado bueno hay congregaciones como la que preside el pastor Mario Vega, de la Iglesia Elim, dedicada a la difusión del Evangelio, la tolerancia, la justicia y el bien común.

Hay que apoyar y difundir “la buena enseñanza”, la prédica tranquila que busca engrandecer a la persona, a cuidar su alma, su cuerpo y su entorno…

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Cristianismo Opinión Valores

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