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Un mundo depresivo

Debe ser el cuido de la salud mental una prioridad pues estamos regando una semilla que nos dará excelentes frutos o estamos ante una semilla que, si no se le da los cuidos necesarios, será una generación quien sufrirá de una enfermedad mental que lo puede llevar hasta el cometimiento del suicidio. Y mientras, la vida del paciente como de la familia será un verdadero calvario.

Por Ricardo Lara
Médico

¿Cómo el mundo pudo llegar a estar poblado por infinitos casos de ansiedad, depresión, trastornos para conciliar el sueño, adicciones, ideas suicidas, deseos de vivir y perder el placer de esta vida?
Se puede entender que personas de mediana edad o los de mayor edad atraviesen por un cuadro depresivo sea por ver su futuro laboral sombrío y quizá el encarecimiento de la vida pueda ser un agente que se agrega a nuestra calidad de vida, pero las salas de espera de los profesionales de la salud mental están a reventar y no son personas mayores sino jóvenes que a sus escasos menos de treinta años sienten cargar un mundo a cuestas, que les resulta difícil la convivencia con otros y, quizá, convencidos de que en su palma de la mano disponen del mundo a sus pies llega ese duro momento donde entienden que ni son jóvenes y mucho menos tienen el mundo a su servicio.
Como se lee textualmente el testimonio de una joven española que dice: “A quienes nacimos entre 1995 y 2010 se nos llama blandos, vagos, delicaditos. Paralelamente tenemos más, ansiedad, depresión y Burnouts" (tomado de un texto del periódico El País)..
¿Qué narices nos pasa? Parece ser que la depresión y la ansiedad no es exclusiva de un sector etario o de personas con elementos estresores en su vida sino que jóvenes en todas partes del mundo adolecen de tales patologías; los gimnasios lucen abarrotados, las clases de yoga son una moda, ya salir al campo es un viaje especial y que, por sus altísimos costos no lo puede hacer cualquier persona.
El objetivo de este artículo es encender esa luz de alarma para que estemos pendientes de cambios que se presenten en la conducta de nuestros hijos.
Los suicidios en países de primer mundo encabezan la lista.
Según un artículo titulado “Suicidios en Europa”, “en 2018, último año del que hay cifras completas en España, las personas que acabaron con su vida fueron mas de 3,500”.
En Europa, un informe de Eurostat relativo al año 2015 señala que los suicidios representan un 1.1 % de las muertes que se producen en la Unión Europea.
Con los datos desglosados por países, el informe desvela que Lituania, con diferencia, es el país de la Unión Europea con una tasa de suicidio más alta, con 30 muertes por esta causa por cada 100, 000 habitantes. Le sigue Eslovenia (21), Letonia (19) y Hungría (19). Si analizamos estas frías estadísticas vale la pena preguntarnos ¿por qué en los países donde el nivel de vida es mejor al nuestro suceden tantos suicidios? ¿Cuántas personas que intentaron suicidarse o consumaron el acto, adolecían de un cuadro depresivo? ¿Cuántas personas recibían algún tipo de atención médica o apoyo psicológico?
Escribir sobre temas tan delicados y duros busca que los mayores estemos pendientes de alguna señal de peligro que pueda presentar un amigo, un hijo, un padre de familia; queda claro que el mundo atraviesa por una crisis en la salud mental y, según el comentario de esa joven española, hay un grupo etario que es el más propenso para adolecer de cuadros depresivos y cuadros de ansiedades y lamentablemente son los adolescentes y adultos jóvenes quienes nacieron con el táctil bajo el brazo.
Es importante definir aquellos grupos que se han clasificado por haber nacido en determinado período en el tiempo: Tenemos la generación X que corresponde a todas aquellas personas que antes del 2019 tenían una edad menor de 22 años y se les llama la generación Z; anteponiéndose a ese grupo etario tenemos a los ya conocidos Millennials cuyas edades oscilan entre los 23 y 38 años y lo más reciente es la generación Alfa, y es Alfa porque con la generación Z se ha terminado el alfabeto latino y comienza el griego.
Debe ser el cuido de la salud mental una prioridad pues estamos regando una semilla que nos dará excelentes frutos o estamos ante una semilla que, si no se le da los cuidos necesarios, será una generación quien sufrirá de una enfermedad mental que lo puede llevar hasta el cometimiento del suicidio. Y mientras, la vida del paciente como de la familia será un verdadero calvario.
Debemos todos hacer ver que el táctil no es la “solución” a sus problemas y quizá se deban cargar los dados a la parte espiritual y religiosa de la familia como razón de ser de una sociedad. Esta columna nace de la edición de este matutino de fecha 2 de julio titulado “De cada diez adolescentes cinco sufren de ansiedad ”

Médico.

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Depresión Opinión Suicidio

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