Aún se practica la eugenesia

La eugenesia se deriva de la teoría equivocada de higiene racial. Es el estudio de la mejora hereditaria de la raza humana con base en el control y la supervisión selectiva de la mejor mezcla genética en la reproducción humana. Todo con el fin de evitar la proliferación de crías con anomalías físicas, raciales o psicológicas.

Según la Enciclopedia del Holocausto, la eugenesia prevaleció entre la comunidad científica internacional en las primeras décadas del siglo XX. Fue apadrinada tanto en EEUU, en Inglaterra, y especialmente implementada en Alemania. El término “eugenesia” (del griego “buen nacimiento o estirpe”) fue acuñado en 1883 por el naturalista inglés Sir Francis Galton. Los alemanes adoptaron la “higiene racial” (Rassenhygiene), con el economista alemán Alfred Ploetz en 1895. En el centro del sistema de creencias del movimiento eugenésico estaba el principio de que la herencia humana era fija e inmutable.

En la práctica, la eugenesia fue la teoría que utilizó Hitler para tratar de acabar al pueblo judío y destruir a todas las personas con enfermedades mentales (como síndrome de Down, o algún tipo de retraso cerebral), a las personas con defectos físicos o discapacitados, a las personas consideradas feas o cuyos rostros no son simétricos o no son visualmente gratos, a las personas indígenas, morenas o de color no blanco. Finalmente, incluía erradicar a los pobres (se consideraba a la pobreza como resultado genético) y a todos aquellos cuyos ancestros representaban algún tipo de actividad no grata para la sociedad como ser descendiente de prostitutas, de alcohólicos, de criminales, esquizofrénicos o de cualquier otro considerado como “anormal improductivo”.

Los eugenistas argumentaban que había un vínculo directo entre la capacidad mental disminuida por un revoltijo racial genéticamente inadecuado y la depravación, la pobreza, la promiscuidad y la criminalidad. Creían que estos grupos ponían en peligro a la comunidad y sobrecargaban financieramente a la sociedad. Así que había que erradicarlos.

Para estos grupos “genéticamente defectuosos” se prohibió legalmente su reproducción a través de la esterilización obligatoria. Durante la década de 1930, alrededor de 400,000 personas fueron esterilizadas en nombre de mejorar la nación alemana y purificar el linaje racial “ario”. También se realizaron esterilizaciones a miles de reclusos judíos de campos de concentración en la década de 1940.

Por desgracia la eugenesia no solamente se quedó en Hitler y los nazis. Algunos miembros de la nobleza europea aún la practican, y son muy estrictos al respecto. Estos reyes y reinas se percataron que seguirse mezclando entre los de su mismo linaje en Europa, les estaba causando generaciones con muchos problemas, especialmente de carácter físico y mental. Consecuentemente, su misión actual es encontrar pareja para sus príncipes y princesas fuera de las casas reales. La eugenesia ha sido entonces adoptada como una manera de filtrar a los futuros cónyuges consortes de sus hijos.

Por lo anterior, me atrevo a afirmar que la eugenesia aún se practica y no solo en las casas reales, sino en familias aristocráticas o poderosas, quienes siguiendo el ejemplo de la nobleza europea están continuamente buscando elevar le mezcla genética con la cual nacen sus sucesores. No solo se trata de que sus futuros retoños hereden rasgos físicos encantadores, sino que sus descendencias no posean ningún tipo de enfermedad enumerada en la teoría de la eugenesia.

El problema con la eugenesia radica en lo siguiente: es puro vil racismo, es un crimen del entorno holocáustico, disfrazado de “perfeccionamiento racial”. No hay una correlación directa científica que implique que la herencia genética es inmutable. Cualquiera que practique la eugenesia es igual o peor que Hitler o cualquier criminal nazi condenado en Núremberg.

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