Recuperando el sentido de “comunidad”

Cada vez que recorremos un lugar desconocido caminamos con precaución. Esto se debe en parte a que existe una relación profunda entre apego del lugar y sentido de seguridad. Vivir en un lugar por mucho tiempo nos lleva a desarrollar un vínculo emocional (apego), construimos lazos con las personas que ahí viven y generamos sentido de comunidad: pertenencia, confianza y seguridad. El sentido de comunidad es un pilar fundamental si lo que deseamos es caminar hacia ciudades más seguras.

El Proyecto “IMAGINA” de Glasswing International y de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) con el apoyo de otros donantes ha emprendido esta tarea de mejorar este sentido de comunidad en los vecindarios aledaños al Parque Cuscatlán. Es así como las experiencias de IMAGINA nos permiten reflexionar sobre la relación entre espacio público, comunidad y seguridad.

La Comunidad Asunción se encuentra a una cuadra del Parque Cuscatlán. El equipo del Proyecto IMAGINA se aproximó inicialmente con el objetivo de mejorar las aceras que les conectan con el Parque, pero para los habitantes era más importante mejorar un pequeño espacio frente a la casa comunal. A raíz de esta petición se colocaron juegos para niños, columpios que a la vez funcionan como asientos para platicar, una cubierta para que el espacio tuviera sombra durante el día; además, se intervinieron sus nueve pasajes y las fachadas de las casas.

La iniciativa ayudó a potenciar la organización comunitaria ya existente y, si bien la comunidad ya se percibía como segura, la intervención de las aceras y la iluminación mejoraron la percepción de quienes transitan por la zona, fortaleciendo el orgullo de sus habitantes, uno de los componentes del proyecto.

Un segundo caso: la Comunidad Papini. Esta comunidad carecía de una organización comunitaria clara, se encontraba dividida en zona norte y sur y la mayoría de las decisiones recaían en una sola persona, quien había asumido el liderazgo. A diferencia de Asunción, Papini no era una comunidad percibida como segura por sus mismos habitantes. A pesar de los retos que esto implicó, el equipo de IMAGINA realizó talleres de consulta, en los cuales surgió la necesidad de un espacio público comunitario. La intervención final incluyó mejoramiento de fachadas, iluminación, juegos para niños, bancas, juegos de mesa, un mural, un parque de bolsillo e incluso un huerto comunitario. En la actualidad, Papini ha reconstruido el sentido de comunidad que había perdido, las madres se sienten más seguras de que sus hijos jueguen afuera y los habitantes están más organizados. Antes consideraban que llamarse “comunidad” era denigrante; sin embargo, ahora reconocen que su nombre refleja los lazos que les unen.

Si bien el Parque Cuscatlán fue el catalizador de las intervenciones mencionadas y se ha convertido actualmente en un referente de seguridad y apropiación, intervenir los espacios públicos de escala barrial sigue siendo esencial para fortalecer el sentido de comunidad, la confianza y la seguridad. Son este tipo de procesos participativos y de organización, en el corazón de los barrios y las comunidades, los que tienen el potencial de devolvernos eso que hemos perdido y que tanto necesitamos: la capacidad de vivir en armonía.

Arquitecta, Magíster en Arquitectura y candidata a Doctora en Desarrollo Urbano y Regional. Actualmente colabora con Glasswing International.