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El pastel de Chocolate y la corrupción

El gran fracaso del socialismo y comunismo es mantener vigente el esquema paternalista del Estado sobre la gente, regalar insumos, canasta básica, salud, educación y vivienda. En donde lo público es peor que lo privado. Además de destruir los medios de producción  y ofrecer en sangriento sacrificio a los "opresores del pueblo"  los empresarios. Y lo que sucede en estos países, su famosa hipocresía, donde lo mejor se lo llevan sus líderes y círculos cercanos y el bagazo es para la gente.

Por Carlos Francisco Imendia

Una sociedad asistida estará viciada y mal acostumbrada, incapacitada, eso es lo peor que nos puede suceder, así como ocurre en Cuba o Venezuela, donde te regalan comida a costa de humillaciones en una inmensa fila, con una mugrosa  y desgastada cartilla donde te dan alimento pero no el que tú quieras.

Regalar es la acción más malévola del populismo barato, hay que diferenciar que una cosa es dar, regalar y otra cosa es donar (como lo hace la comunidad internacional) con el fin de mejorar las condiciones de vida de la gente, incentivar el desarrollo de las comunidades, el enseñar a pescar como se le conoce comúnmente. Relanzar una biblioteca nacional con fondos del país cooperante (en ese caso China Popular) con el fin de servir a la población, a la juventud y a la niñez (Dejando a un lado la diversión y las luces) y que sea un imán que despierte el interés por la innovación, por investigar y despertar la curiosidad científica, académica, etc. Y no que los cipotes busquen solo diversión en los video juegos, sino que ese germen de invención  y de hambre  de ciencia, crezca lo más pronto posible en la actual generación.

El gran fracaso del socialismo y comunismo es mantener vigente el esquema paternalista del Estado sobre la gente, regalar insumos, canasta básica, salud, educación y vivienda. En donde lo público es peor que lo privado. Además de destruir los medios de producción  y ofrecer en sangriento sacrificio a los "opresores del pueblo"  los empresarios. Y lo que sucede en estos países, su famosa hipocresía, donde lo mejor se lo llevan sus líderes y círculos cercanos y el bagazo es para la gente.

El endeudamiento es el gran negocio de los bancos, pero el endeudamiento racional  que como nación  hacemos préstamos (Organismos internacionales)  para fortalecer lo social, la salud, la educación, la infraestructura, etc.  En nuestro país se enfatizó más en la seguridad el último quinquenio.  Lo que obtendríamos en teoría es mejorar la calidad de vida de las personas, mejorar  la producción, la formación profesional, etc.  Por otra parte, fomentar la inversión internacional en nuestro país, es otra palanca fundamental, aparte de sobrevivir de las remesas de nuestros hermanos que viven en la gran nación del Norte.

La corrupción  es el gran flagelo  en la blanda espalda del pueblo,  que con cada latigazo, se salpica y desangra, destructora del desarrollo, impide que el pueblo reciba lo que necesita,  la malvada corrupción priva al pueblo de lo necesario y de buenas cosas, de dignificar la calidad de vida de las grandes mayorías.

Un ejemplo: La  corrupción es cuando en una fiesta infantil  se mira llegar al papá del festejado con un gran caja de pastel , al sacar el pastel , una inmensa torta de chocolate, ponen las velas, cantan al cumpleañero y parten el pastel, en buenas rebanadas, unos se repiten, pero cuando te toca reclamar tu porción , el pastel ya se acabó.

La cuestión no era que se repartiera equitativamente sino que se favorecieron algunos con una doble porción. Lamentablemente los que no recibieron el pedazo de pastel, son aquellos inmigrantes que  se irán  y trataran de buscar el sueño americano, en el viacrucis desértico en medio de coyotes, mareros y narcos. Buscando encontrar una ventana, una grieta por donde colarse en la gran Nación del Norte.

“Sin producción no hay riqueza” decía un reconocido empresario a un medio internacional cierta vez, también si no hay inversión no hay riqueza  y hay menos oportunidades.

No la mayoría pero muy pocos empresarios son insensibles, o poco interesados, no quieren arriesgar inversión en su propio país, no buscan innovar , impulsar los empleos verdes por ejemplo, la pujante industrial del reciclaje y de los empaques biodegradables, apostarle al tema de la biodiversidad, la reforestación, etc.  Además, no rescatan a esa clase social víctima del populismo barato, del engaño, de las falsas promesas, de la inflación y la cruda realidad económica. No deberían muchos hermanos nuestros pasar penurias en esos crueles caminos, en Guatemala y finalmente México por falta de oportunidades en estos países centroamericanos, cuando ha habido fondos suficientes para apoyar a muchos jóvenes y familias en nuestro país.

En manos de pocos está el destino de crear oportunidades laborales y productivas para la juventud, en las manos de la gente está también el poder de exigir a los gobiernos que los préstamos de los cooperantes lleguen a transformar las comunidades y proteger el medio ambiente, de arrancarle a los corruptos lo que no les corresponde.

En X @Chmendia

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