Oyentes en la cumbre
Nuestros daños ambientales solamente nos repercuten gravemente a nosotros mismos y dañan nuestra calidad de vida año con año, y nos damos cuenta siempre que suceden desgracias que cobran vidas. Nuestra contribución al cambio climático global es mínima, pero a nosotros mismos el daño es grave e irreversible
El Salvador es un país con acciones negativas con el medio ambiente tales como: uso indiscriminado de los recursos naturales, deforestación, una agricultura poco amigable con el medio ambiente, degradación de los suelos, crecimiento demográfico, alta demanda de vivienda cuyos proyectos irrumpen o vulneran las áreas protegidas, proyectos turísticos que vulneran áreas de reserva natural protegida, tráfico colapsado y, por ende, contaminación atmosférica, contaminación plástica del océano por los famosos microplásticos. A pesar de esas actividades nocivas para el medio ambiente y los seres humanos, el aporte de El Salvador es pírrico (no hace ni cosquillas) al cambio climático y calentamiento global.
Tenemos una pésima educación con respecto al medio ambiente y propiciamos una cultura del desorden, individualista y egoísta, donde es evidente poca noción de la limpieza y es normal que la gente desde las ventanas de los buses lancen basura a la calle, desechando botellas y latas, creando o fomentando basureros ilegales; arrojamos cualquier cantidad de basura a los cauces o alcantarillas. A pesar de eso, el aporte que puede hacer El Salvador al cambio climático global es mínimo.
No nos morimos de frío en el invierno, no necesitamos explotar carbón, ni nuestra economía se sostiene en la dependencia del gas natural, o tenemos grandes reservas de petróleo en el subsuelo para que la maquinaria de la industria petrolera genere enorme contaminación. A lo que llegamos es a que vengan las empresas mineras canadienses a querer envenenar nuestros afluentes con respecto a la extracción de metales preciosos, pero nuestra Ley (hasta el momento) nos protege. A pesar de eso el aporte del país al cambio climático global es mínimo.
Y aunque no existan políticas tan remarcadas y vinculadas al tema ambiental y de mitigación, existan alcaldes poco comprometidos y con visión depredadora del medio ambiente, aun así El Salvador no es determinante en atizar más el cambio climático global.
Con todo y ríos contaminados como el Acelhuate, Tomayate, Sucio, Grande de San Miguel, Sensunapán y peligrosamente el Lempa, además la saturación turística del lago de Coatepeque y la inminente contaminación donde ya se han detectado haces fecales en el agua, y que se puede convertir en un inmenso inodoro sin echar el agua, aun así las contribuciones de El Salvador al cambio climático son mínimas.
Frente a los grandes contaminadores y colosales aportadores al calentamiento global por la mano del hombre, China y Estados Unidos, nosotros somos un pequeño puntito casi imperceptible.
Nuestros daños ambientales solamente nos repercuten gravemente a nosotros mismos y dañan nuestra calidad de vida año con año, y nos damos cuenta siempre que suceden desgracias que cobran vidas, desastres naturales como: terremotos, tormentas tropicales, fuertes vientos, maremotos, olas de calor o frío, etc. Nuestra contribución al cambio climático global es mínima, pero a nosotros mismos el daño es grave e irreversible.
Nuestra presencia en un evento como el COP28, celebrado el pasado noviembre en Dubái, no es que sea irrelevante, pero como Centroamérica contamos con la representación de Costa Rica, la cara más visible en esa cumbre y ejemplo a seguir. Un país con 51,100 Km2 y uno de los 25 países con mayor biodiversidad del planeta, la voz de Costa Rica hace eco en esas cumbres del clima ya que es una nación que es un ejemplo a seguir.
Eso hace que la participación de El Salvador sea de oyente más que de protagonista, presente informes y rellene los espacios en esa importante cumbre, busque aportar con novedades y alcances del compromiso de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC). Aunque los avances sean lentos y cuenten con distractores, exista poca voluntad e interés de los sectores, debemos creer firmemente que de no fomentar acciones y mitigación la población está vulnerable y ante peligro inminente todo el tiempo. Un nuevo año ha llegado y es importante reevaluar las metas y las acciones que tenemos como país, los compromisos adquiridos, el futuro ambiental cercano es importante.
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