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Médicos de antaño y sus anuncios

En las primeras décadas del siglo pasado los médicos y los químicos farmacéuticos acostumbraban anunciarse en directorios clasificados que aparecían en periódicos, revistas, semanarios y otras publicaciones locales

Por Rodolfo Chang Peña |

A fines del siglo XIX y principios del XX las ciencias medicas en general estaban en pañales y ello se reflejaba en la formación e información de los profesionales de la medicina, el ejercicio privado e institucional, en las Tesis Doctorales y trabajos de investigación que con raras excepciones eran incompletos, inconsistentes y con una metodología y redacción discutibles. Y naturalmente no escapaban de ese influjo los anuncios en que ofrecían sus servicios.

En la formación de los médicos predominaba la influencia francesa y tendía hacia el “Medico de cabecera” capaz de atender con solvencia una mujer embarazada, un adolescente con una conjuntivitis, un adulto con un esguince del tobillo, un paciente con malaria o intervenir un apéndice inflamado. Aunque la mayoría eran multifacéticos algunos se inclinaban mas por la maternidad, otros por la cirugía y no pocos por los niños o por un aparato o sistema especial.

Por esos tiempos eran elementales o no existían los recursos del Laboratorio Clínico, los estudios por imágenes, los procedimientos especiales para el diagnóstico, etc. de ahí que los facultativos le conferían una especial importancia a la historia clínica y a la exploración física. Una vez que diagnosticaban la enfermedad también tenían limitantes para el tratamiento, disponían de una farmacopea pobre y rudimentaria; escaseaban los equipos, instrumental y materiales. Característica de la época era el amplio uso de la hospitalización, por una neumonía el internamiento era de al menos 40 días, la extirpación de un apéndice 30 días en le mejor de los casos, una parturienta era dada de alta a los 10, talvez 12 días, etc.

En las primeras décadas del siglo pasado los médicos y los químicos farmacéuticos acostumbraban anunciarse en directorios clasificados que aparecían en periódicos, revistas, semanarios y otras publicaciones locales. A continuación, se presentan varios ejemplos de anuncios copiados textualmente de las fuentes antes citadas.

“NOVOA, Dr. Fidel Antonio, 7ª. C.O.  y 8ª. A.N. Farmacia Novoa del Dr. Fidel Antonio Novoa, Dr. en Medicina y Cirugía graduado en 1890. Tesis: La Influencia de la Prostitución en los Recién Nacidos”.

“ESCOTO, Dr. Adrián. Farmacéutico propietario de la Farmacia Santa Teresa, graduado en 1909. Fabricante de varios productos de su invención: EMULSION BALSAMICA para la tos y resfrío, SALUGENINA para la curación de la neuralgia, LICOR ODONTALGICO para el alivio instantáneo del dolor de muelas y PASTA DENTIFRICA SANTA TERESA”.

“LLERENA, Dr. José. Plaza San José. Médico y Cirujano. Notable facultativo guatemalteco radicado en El Salvador, catedrático destacado de la Escuela de Medicina y Cirujano del Hospital Rosales”

“MORA, Dr. Ciro. 4ª. C.O. No. 55. Médico y Cirujano. Educado en Universidad Nacional graduado en 1884. Tesis sobre el Cólera. Ha desempeñado varios cargos públicos y militares”.

“VELASCO, Dr. Luis V. 4ª. C.O. No.18. Médico y Cirujano, graduado en 1904 en la Universidad Nacional de San Salvador, profesor de Clínica y Medicina en el Hospital Rosales, miembro de la Sociedad Estudiantil de Medicina y Farmacia, ha escrito sobre la flora del país desde el punto de vista médico”.

“QUIÑONEZ, M. Dr. Alfonso. 6ª. C.O. y 7ª. A.S. En 1897 a la edad de 24 años recibió su titulo de Medico y Cirujano en la Universidad Nacional. El mismo año fue nombrado Médico Suplente del Hospital General, catedrático de Higiene y Terapéutica, Consejero Suplente de la Escuela de Medicina, Director de la Profilaxis Venérea, Director del Manicomio y Director del Asilo Sara”.

“LAINEZ, Dr. Adán. 10ª. A.N. No. 18. Médico y Cirujano. Jefe del Servicio de Consulta del Hospital Rosales, Médico Inspector Escolar, Médico de la Penitenciaria y Guardia Nacional”.

“CISNEROS, Dr. Luciano Milla. Gracias, Honduras. Medico y Cirujano. Educado en la Universidad Nacional de San Salvador, tesis: Tripanosomiasis Americana. Ex Externo del Servicio de Pensionistas, Ex externo del 5° Servicio de Cirugía y Deontología, Ex Primer Interno del Servicio de Pediatría del Hospital Rosales”.

“CHAVEZ, Dr. Alberto E. 6ª. C.P. No. 25. Médico y Cirujano. Entiende todos los ramos de su profesión y muy especialmente enfermedades de las vías genitourinarias. Atiende llamadas a toda hora del día y de la noche. Teléfono 178”.

Como el Hospital Rosales de principios del siglo XX era el mas completo, mejor dotado, equipado y moderno de la época, para los médicos era motivo de prestigio y respaldo científico citar en sus anuncios el desempeñar o haber desempeñado algún cargo en el citado nosocomio. Decir por ejemplo: “Cirujano del Hospital Rosales” era decir mucho, lo mismo: “Ex Interno del 2° Servicio de Pediatría del Hospital Rosales”, etc.

Además de señalar que habían trabajado en el centro asistencial más importante del país, consideraban que consignar el año en que se habían graduado, nombre de la Tesis Doctoral o de alguna investigación realizada y el haber impartido una catedra en la Facultad de Medicina, incrementaba y enriquecía su nimbo académico. En casi todos los anuncios la dirección del consultorio es incompleta, tampoco señalan el horario y días de atención al publico y muy pocos disponían de teléfono. Algunos decían “Escuela de Medicina” por Facultad de Medicina y otros: “Universidad Nacional de San Salvador” por Universidad de El Salvador.

En la actualidad los avances continuos de la medicina como consecuencia de la dinámica acelerada de la sociedad, el desarrollo incesante de las ciencias y el consumismo, han modernizado el ejercicio de la profesión medica a niveles nunca imaginados. Ahora existen métodos casi ilimitados para el diagnostico y tratamiento de las enfermedades. Al menos por el paciente de antaño se hacia todo lo que se podía con recursos magros y primitivos, en cambio ahora, el enfermo del siglo XXI a pesar de los adelantos de la medicina se enfrenta a las opciones siguientes: 1) Que le den cita para que lo atiendan en tres o cuatro meses, 2) Hacer onerosas e insufribles colas para recibir una atención de calidad discutible; 3) Aguantarse en su hogar con medicinas populares y caseras o 4) Rebuscarse para acudir a un consultorio privado.  Los signos de los tiempos se reflejan en los directorios profesionales: ahora el énfasis no recae en los datos personales y antecedentes del facultativo, sino en la descripción de la especialidad, horario de atención, dirección y teléfono.

Médico.

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