El fantasma de la guerra nuclear se pasea por Ucrania

Mientras la idea de “una guerra flash” de Rusia en Ucrania se aleja más cada día, todas las partes involucradas coinciden en la idea de que  integran la idea de un conflicto prolongado. Sus consecuencias aparecen desde ahora: los combates siguen, las destrucciones en las zonas de las ofensivas son cotidianas, las tensiones internacionales crecen. El flujo de los refugiados alcanzó el millón y medio de personas que se fueron de Ucrania,  sobre todo a Polonia y Hungría. La Organización de las Naciones Unidas advirtió que podrían alcanzar hasta 4 millones de personas, teniendo Europa que prepararse en absorber ese nuevo choque humanitario.

La mayor consecuencia sigue siendo geopolítica: la lógica de bloques volvió a raíz del voto de la resolución de la Asamblea General de la ONU, el 2 de marzo pasado, que exigió que Rusia cese inmediatamente el uso de la fuerza contra Ucrania. Fueron 141 los países que votaron en favor, 5 en contra: con Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea  y Siria; 35 se abstuvieron, entre ellos Nicaragua, Cuba, El Salvador y Bolivia. Venezuela no tomó parte al voto, pero Nicolás Maduro reafirmó su apoyo a Moscú.

Las preocupaciones integran todos los aspectos del conflicto contemporáneo. Su dimensión nuclear no puede ser ocultada. Contiene dos aspectos: lo civil y lo militar. Como olvidar que Ucrania cuenta con 15 reactores nucleares civiles, siendo el octavo país productor de energía nuclear en el mundo. El ataque de la planta nuclear de Zaporiyia, el 4 de marzo pasado, recordó esta realidad que contiene un potencial peligro para todos. La Agencia internacional de energía atómica (AIEA) afirmó que dicho ataque ruso demostraba del carácter “precario” de las instalaciones nucleares presentes sobre teatros de guerra.

Zaporiyia es la mas grande planta nuclear en Europa , Ucrania contando 4 sitios contando con un total de 15 reactores: Rivne, Khmelnytskyi, y en Ucrania del Sur, en Yujnoukrainsk. Chernóbil cuenta con 4 reactores, parados desde la catástrofe del 26 de abril de 1986. La planta de Zaporiyia está a 80 kilómetros de Kiev y tiene estructuras de seguridad parecidas a las de Francia, que tiene el parque nuclear más importante del mundo. Los dos reactores de la planta de Rivne fueron construidos en los años 1970 y no tienen el nivel de protección de Zaporiyia. Las plantas constituyen una parte del capital nuclear al cual se debe agregar los residuos ubicados en varios sitios de almacenamiento. Hasta ahora, ningún conflicto militar tuvo una dimensión operacional cerca de las instalaciones, revelando la dimensión nuclear de esta guerra. El ataque de Zaporiyia llevó a la superficie un tabú: la preocupación sobre la posibilidad de los operadores en garantizar el enfriamento de los reactores.

La actualidad explica el hecho de que el propio director general de la AIEA haya propuesto efectuar una visita simbólica en Chernóbil para llamar la atención sobre esta preocupación de interés común Por supuesto, cuando hablamos de “nuclear “ vamos sobre la dimensión militar del potencial que tiene Rusia, uno de los  dos “grandes” en el mundo con los Estados unidos. La guerra es convencional y hoy en día limitada al nivel territorial, pero...

Obviamente, Rusia violó convenios y las reglas del derecho internacional, invadiendo otro país independiente. El conflicto tiene una dimensión fuertemente política y de comunicaciones. Una confrontación con un país europeo miembro de la OTAN, la famosa Organización del Tratado Atlántico Norte, creada en 1949 a raíz de la Guerra Fría, sería un grado último, haciendo entrar el conflicto actual en otra lógica.

Por lo tanto, el carácter “inflamable” de la guerra actual, en una región estratégica, explica la moderación para limitar cualquier posibilidad de confrontación directa entre la OTAN y Rusia. El artículo 5 de la Alianza occidental estipula que un ataque contra un país miembro involucra a todos, teniendo que adaptar las medidas adecuadas para contestar. Es decir la lógica mecánica que supone, volviendo de actualidad el tabú nuclear.

Por lo tanto, no se puede destacar un ataque contra la Lituania, por ejemplo, mientras enganches territoriales en las fronteras europeas de Ucrania o en el Mar Negro . El conflicto en Ucrania se endurece. Las consecuencias de esta realidad vuelven a la superficie de la realidad estratégica. La temática nuclear, fantasma o amenaza posible  ha vuelto en el centro de la guerra convencional en Ucrania.

Politólogo, especialista francés en relaciones internacionales, presidente de la Asociación Francia-América Latina (LATFRAN). www.latfran.fr