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Millennials, inteligencia artificial y experiencia

Los muchos Baby Boomers que siguen activos, que cada vez con más fuerza decimos: “Aquí seguimos y seguiremos”. Debemos convertirnos en líderes del cambio, maestros del aprendizaje, promotores de la innovación

Por Edward Wollants
Médico y abogado

Al hablar de millennials sería injusto en este artículo dedicarlo expresa y exclusivamente a los nacidos entre 1981 y 1997, por lo cual también ampliaremos estas letras a los que demográficamente les siguen, que son la llamada generación Z o zoomers, sin llegar a la generación alfa, que aún no “muestra las uñas”.


A los millennials se les ha descrito como la primera generación global y que creció en la era de Internet, según Work-Life Matters: Crafting a New Balance at Work and at Home (p. 35). Están caracterizados por un uso elevado y familiaridad con Internet, dispositivos móviles y redes sociales, como bien lo apunta la Universidad de Bentley en su artículo “NowUKnow: los millennials lideran el camino en el futuro digital”. Y no sin razón, aunque si con exageración, han sido denominados nativos digitales.

Pero bien, ya sea porque estamos en la era del dominio tecnológico o porque la publicidad no para de promover que los jóvenes (los de las generaciones mencionadas) son los que deben tomar el control, estas dos generaciones han querido acelerar el paso y reclaman un supuesto derecho a “tomar control de todo”, hasta de dirigir los aparatos estatales, y tomar las decisiones que afectan la vida de todos a su alrededor.


La reflexión aquí viene a partir de una de sus cartas de presentación, quizá la más luminosa: La tecnología. Estamos en la época en que la inteligencia artificial (I.A.) ofrece un panorama en el cual cada vez con más celeridad y con mayor alcance, aparecen las computadoras capaces no solo de ganar en el ajedrez, sino en el Go, a través de un proceso de aprendizaje, de lo hecho por otros y de sus propios errores; software que ya no solo traducen pequeños párrafos de manera irregular, sino textos completos, con cada vez menos errores, producto de haber ido aprendiendo de sus propios errores y con la alimentación de las correcciones de quienes les utilizan; la computadora Watson de IBM que está realizando diagnósticos médicos, en base al análisis de más de un millón y medio de casos y dos millones de artículos científicos, con los errores incluidos. En otras palabras, estas súper computadoras, o los súper programas que cada vez están más al alcance de mayores grupos poblacionales, van volviéndose más y más “inteligentes”, porque van acumulando experiencia adquirida a través del tiempo, del cúmulo de información y de la repetición.


Pero continuando con la reflexión, ¿será entonces que las generaciones de los millennials y los Z, nacen con todo el conocimiento “bajo el brazo”? ¿No tienen que pasar ni por el estudio ni por la experiencia para saber “hacer”? ¿Será, como aspiran algunos universitarios, que al salir graduados ya pueden optar a cargos gerenciales (sin ser los hijos del dueño, claro)? ¿Estarán listos para pasar del pregrado a las maestrías? Aún en el caso de innovar, ¿cómo hacer esto sin el conocimiento detallado de lo que se quiere cambiar? O aún con más alcance: ¿Será que están preparados en automático para dirigir empresas? ¿Dictar leyes? ¿Dirigir emporios industriales? ¿Realizar operaciones de corazón abierto? o ¿regir los destinos de países? La respuesta más lógica, por más matices que le queramos poner es, con base en la premisa del aprendizaje que hasta la “inteligencia” artificial desarrolla: NO!


Si Alexa, Siri y Google, esos prodigios de la tecnología, necesitan aprender para ir siendo cada vez más capaces de satisfacer nuestras pequeñas órdenes y peticiones, con mucha más razón, fulano, zutano y perencejo, de veinte, treinta y tempranos cuarenta, también necesitan el proceso de aprendizaje y adquirir la experiencia de la repetición, de la equivocación, antes de estar listos para guiar, dirigir, regir y mandar. “No por mucho madrugar amanece más temprano”. Los millennials y los Z también necesitan de la experiencia, que solo se adquiere con el tiempo.
Hace unos años escuché en varias ocasiones a un empresario de la generación X, dirigirse a jóvenes universitarios, queriendo conectar con ellos a través del discurso que ellos eran los que debían “ya” tomar en sus manos la conducción del país. Creo que más allá de una dosis de populismo, era una garrafal equivocación.

Pero proveer esos espacios de experimentar, aprender, premiando el proceso y no el resultado; permitiendo las equivocaciones, sin castigarlas, sino redireccionándolas, eso es responsabilidad de todos los que somos esa gruesa generación X y los muchos Baby Boomers que siguen activos, que cada vez con más fuerza decimos: “Aquí seguimos y seguiremos”. Debemos convertirnos en líderes del cambio, maestros del aprendizaje, promotores de la innovación; abrir nuestra mente con una actitud de compartir los espacios, porque los que estamos no nos queremos ir y los que van llegando, lo hacen para quedarse, así que aprendamos a convivir propositivamente, porque los millennials y los Z, son nuestros hijos.

Médico Nutriólogo y Abogado de la República.

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Generaciones Inteligencia Artificial Opinión

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