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Dispositivos electrónicos, las nuevas niñeras

Si las madres y los padres lograran reducir el uso de pantallas y a la vez mejorar la calidad de las interacciones con sus hijas e hijos, podrían generar un cambio de comportamiento significativo en sus hijas e hijos.

Por Mirella Schoenenberg de Wollants
Nutrióloga y abogada

Madre 1: Mi hijo de un año ya sabe usar bien el teléfono… bien pasa los videos de YouTube…

• Madre 2: Sí, pero, ajá...cuando le quitó el teléfono es un gran berrinche y no tengo otra manera de calmarlo, solo así se calma…

• Madre 3: El mío ya tiene dos años y él solito usa el celular, hay que prepararlos para la tecnología…

• Madre 2: Si, pero…pero en el kínder la Miss me ha dicho que tiene problemas de concentración, que quizás no duerme bien porque llega bastante violento

• Madre 1: Y además ya aprendió nuevas palabras, se sabe los colores, se sabe los números

• Madre 3: Si, ajá, me han contado en el kínder que le cuesta socializar un poquito y que cuando las cosas no salen como él quiere, tiene unas crisis emocionales bien fuertes

• Madre 4: Yo a mi niño desde que era bebé le puse el teléfono…

• Madre 1: Aja, solo que ahorita no habla, casi no habla, y no señala...cuesta un poquito comunicarse con él…

• Madre 5: Mi hijo es buenísimo con la tecnología…él me gana, la sabe usar mejor que el teléfono y la tablet…

• Madre 4: Sí, pero cuando llegan sus primos a la casa, casi no quiere jugar con ellos, prefiere estar en la tablet, o cuando vamos a un lugar así como de restaurante y hay juegos, mi hijo prefiere quedarse sentado con su tablet…”

Papás, démonos cuenta, la tablet y el teléfono son una gran herramienta a corto plazo porque le hacen de niñera y les entretiene mientras tú necesitas hacer algo, necesitas relajarte; pero a largo plazo, las consecuencias están comprobadas científicamente…”

Este monólogo es parte del video de “aprendercongaby” y “happymovers.sv” donde la actora hace consciencia de los efectos negativos de entregar dispositivos con pantallas a los menores de edad, especialmente, a aquellos de menos de cinco años.

De acuerdo con “Datos.Mundial.com”, el Cociente Intelectual (IQ) promedio de los salvadoreños es de 72, versus 106 en los habitantes de Hong Kong y Japón. SegúnWiseVoter.com, es de 62.1.

La investigación de Velasco Rust y Almeida Monge en 2018 mostró una relación entre el tiempo de exposición a pantallas y el desarrollo del IQ en infantes entre 12 y 48 meses de edad, siendo que el 42% de ellos evidenció mayor deficiencia en el IQ cuando el inicio de la exposición se dio entre los 6 meses y los 2 años.

La adquisición de dispositivos electrónicos con pantallas fue un boom al momento de su aparición en el mercado y continúa este fenómeno, en todo el mundo, ¿por qué? Según algunos analistas, porque ayuda enormemente a resolver necesidades de tipo variado y acelera procesos; otros opinan que es un símbolo de estatus social, a todo nivel.

En el 2018, Waisman y cols. encontraron en su estudio que entre niñas y niños de 6 meses a 5 años, antes de los 2 años el 80,3 % de los participantes miraba televisión y el 37,4 % utilizaba pantallas táctiles con asistencia.

Otro hallazgo interesante de este estudio es que las madres que cuentan con estudios superiores prefieren dedicarle mayor tiempo a la lectura.

Christakis y cols. en el 2004 demostraron que la exposición temprana a la televisión va aparejada con problemas de atención en los años siguientes. Li y cols. lograron asociar el uso excesivo de pantallas en niñas y niños con indicadores de salud física, conductual y psicosocial en el 2020.

Debe explicarse que el cerebro demora al menos 18 meses en desarrollarse para poder comprender que los símbolos de la pantalla tienen un equivalente en el mundo real. Durante los primeros años de vida se da la fase de desarrollo sensoriomotor, en la cual la comprensión del contenido bidimensional que aportan las pantallas está limitada.

Antes de los 2 años de edad, aún no se ha alcanzado la madurez suficiente en términos de control atencional y pensamiento simbólico como para poder transferir los conocimientos adquiridos a través de una pantalla a su aplicación en la vida real, que se desarrolla en tres dimensiones.

Esto significa que si las madres y los padres lograran reducir el uso de pantallas y a la vez mejorar la calidad de las interacciones con sus hijas e hijos, podrían generar un cambio de comportamiento significativo en sus hijas e hijos.

He tomado mucha de esta información del artículo de investigación hecho por Ofelia Rodríguez Sas y Lorena Cynthia Estrada de Sas de la Universidad de Flores (Argentina), publicado en la Revista de Psicología UNLP, publicado el 24 de marzo del 2021. En la siguiente publicación continuaré con el tema. ¡Hasta pronto!

Médica, Nutrióloga y Abogada
mirellawollants2014@gmail.com

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