IQ y EQ, ¿cuál es más importante? Depende...

La relevancia de las redes de amistad en el ámbito profesional es un factor de gran magnitud que no puede ser subestimado. A raíz de una reciente vivencia en una reunión entre amigos, se ilumina la importancia de nutrir relaciones cercanas que trasciendan lo meramente formal y que, al mismo tiempo, ejerzan un rol fundamental en los campos laborales y empresariales. Este tipo de conexiones requiere habilidad para comprender y manejar emociones de manera efectiva, lo cual es esencial en situaciones profesionales y personales.

Este episodio ha provocado una reflexión profunda sobre las dinámicas de las amistades y su influencia en nuestros círculos profesionales. Ciertamente, los amigos auténticos pueden contarse con los dedos de una mano, mientras que aquellos que llegan después, más allá de cierto número, podrían catalogarse como "cheros", un término utilizado en algunas culturas para describir relaciones menos cercanas, pero aún valiosas. Esta distinción subraya la noción de que existe un nivel de profundidad y compromiso diferenciado entre los verdaderos amigos y otros conocidos, donde la capacidad de comprender y gestionar emociones juega un papel fundamental.

Al examinar con detenimiento la diferencia entre amigos y "cheros", surge la observación de que mientras las conexiones con los "cheros" tienden a ser pasajeras y a situaciones específicas, como fiestas o eventos temporales, las relaciones amistosas se erigen como sólidas y perdurables a lo largo de las diversas etapas de nuestras vidas. Aquí, la habilidad de la Inteligencia Emocional para cultivar la empatía y la autenticidad cobra un protagonismo esencial.

Los amigos auténticos están a nuestro lado tanto en los momentos buenos como en los difíciles, ofreciendo un apoyo genuino sin importar las circunstancias. Esta lealtad es lo que los transforma en familia que hemos elegido, a veces incluso llegando a superar los lazos de sangre en términos de cercanía y dedicación. La Inteligencia Emocional juega un papel importante para cultivar relaciones significativas, fortaleciendo tanto los lazos personales como los profesionales.

Desde mi perspectiva personal, puedo afirmar con certeza la profunda influencia que las amistades han tenido en mi trayecto vital, haciendo énfasis en la perdurabilidad de este impacto. 

La historia que relato en este articulo acerca de cómo un amigo convirtió su red de apoyo en un recurso invaluable, tanto en su vida diaria como en su carrera empresarial, ejemplifica de manera clara cómo estas conexiones pueden desempeñar un papel crucial en la consecución de logros significativos.

Nuestro relato inicia con la madre de José María (Chema), un compañero de colegio cuya vida experimentó cambios profundos desde temprana edad. En forma de broma, él me comparte cómo su madre, adelantada a su tiempo en su visión, supo discernir la importancia de las relaciones de amistad mucho antes de que la era de internet y las redes sociales lo confirmara. Ella invirtió tiempo preciado en crear diversas experiencias educativas.

Este esfuerzo brindó a Chema la oportunidad de establecer vínculos variados a lo largo de diferentes etapas de su vida. Al ser inscrito por su madre en siete diferentes colegios en El Salvador y uno en los Estados Unidos, pudo entablar relaciones con amigos y compañeros de diversos estratos sociales y países. Estas relaciones jugaron un papel crucial en su desarrollo profesional a lo largo de su vida.

Chema, debido a su aguda Inteligencia Emocional, logró sobrellevar su inquietud en la infancia y adolescencia, desarrollando una habilidad sobresaliente en el manejo de las emociones. Su graduación de una Escuela Militar a sus dieciséis años es un ejemplo palpable de su capacidad de equilibrio emocional.

Un caso concreto que destaca cómo las relaciones, tanto personales como profesionales, impulsadas por la Inteligencia Emocional, beneficiaron a Chema en su carrera. Fueron precisamente estas relaciones las que lo llevaron a ascender rápidamente en el ámbito profesional. Iniciando como empleado en una empresa multinacional, también logró dirigir empresas a nivel nacional y regional. Chema me compartió que, aunque sus colegas y subalternos fueran intelectualmente brillantes, su habilidad para coordinar equipos diversos fue la clave de su éxito junto a excelentes profesionales.

Por otro lado, la historia de Chamba contrasta con la de Chema, que hace varios años lo encontré en la calle bajando de un autobús y me llamó la atención, pues Chamba demostraba una Inteligencia Intelectual sobresaliente desde temprana edad y tenía un historial académico impresionante, pero carecía por completo de Inteligencia Emocional. Era incapaz de expresar sus emociones, lo que dificultaba el mantenimiento de relaciones cercanas. Aunque sus promedios de calificaciones eran impecables, no logró cultivar amistades duraderas.

Chamba, a diferencia de Chema, se mantuvo como empleado a lo largo de su vida laboral, manteniendo un buen rendimiento en sus funciones. Sin embargo, su incapacidad para establecer conexiones personales significativas limitó su progresión en términos de liderazgo y crecimiento profesional. A pesar de su destreza académica, su falta de Inteligencia Emocional le impidió ascender más allá de su rol de empleado.

En contraposición, Chema, gracias a su habilidad para comprender y gestionar emociones, ha cultivado una red de amistades y conexiones a lo largo de su trayectoria, estableciendo vínculos con prominentes empresarios y colegas de alto nivel. Su red de apoyo se ha fortalecido con el tiempo, y algunos de sus antiguos compañeros de estudios se han convertido en colaboradores en esta nueva etapa de su vida.

Adicionalmente, Chema no solo fortaleció las relaciones existentes, sino que también forjó nuevas amistades con individuos inmersos en el conflicto armado de nuestro país, guerrilleros, militares, políticos, presidentes, gobernadores en México, así como empresarios, trabajadores de diversas áreas y profesiones. Asimismo, cultivó amistades con lustradores de botas, zapateros, meseros con los que trabajó cuando estudiaba en los Estados Unidos. Su Inteligencia Emocional le permitió conectar con personas de diferentes contextos y posiciones sociales, ampliando aún más su horizonte de relaciones y oportunidades.

La Inteligencia Emocional ayuda a considerar cómo las decisiones afectarán a las personas involucradas emocionalmente. La Inteligencia Intelectual proporciona el análisis y la lógica necesarios para evaluar las opciones desde un punto de vista racional.

Toda decisión en construir relaciones es esencial considerar tanto la Inteligencia Emocional como la Intelectual. Estas dos formas de inteligencia trabajan en conjunto para ayudarnos a abordar situaciones de manera equilibrada y exitosa, maximizando nuestras probabilidades de alcanzar nuestras metas y cultivar relaciones saludables y significativas.

Por ello, quiero aprovechar esta oportunidad para extender mi agradecimiento a mis amigos y compañeros de colegio, por permitirme formar parte de sus vidas. 

Por lo que anhelo que estas amistades perseveren a lo largo de mi camino vital, no importando sus IQ o EQ.

rpanzacchi@ezybeez.com

Management & Marketing

McCoy College of Business

Texas State University