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Otra elección sin paridad

Los puestos de “relleno” o de suplencia son los que sirven para poder cumplir la cuota de género, pero queda claro que una vez más las mujeres salvadoreñas que representamos más del 50% de la población no estaremos en los puestos ganadores o de toma de decisiones.

Por Keyla Cáceres
Activista social

En cada inicio del período electoral en El Salvador aparece el tema de la representación de las mujeres, por ley, los partidos políticos tienen que cumplir la cuota de género del 30%. Muy pocos partidos incumplen está cuota, sin embargo, en los últimos años me he cuestionado ¿Ha sido suficiente solo cumplir con el 30%?


Me ha quedado claro que no. Por ejemplo, en las elecciones del 2021 se cumplió la cuota, sin embargo, hasta la fecha se ha evidenciado que las mujeres no somos las que estamos tomando decisiones en la Asamblea Legislativa o en los gobiernos locales. El 1 de mayo del 2021 asumieron 28 alcaldesas, de esas hay una que está en un proceso judicial acusada de diversos delitos asociados a la corrupción. En el caso de la Asamblea Legislativa tomaron posición 23 diputadas, de estás una no ejerció su cargo, un curul vacío que lo ganó una mujer. Otro partido de oposición por su parte ganó 4 curules de los cuales 3 son ocupados por mujeres, pero el único hombre electo ejerce el cargo de jefe del grupo parlamentario.


El domingo 9 de julio se llevó a cabo la presentación de fórmulas presidenciales y el partido del oficialismo además realizó sus elecciones internas, los resultados no difieren de la propuesta anterior que presentaron como partido, de 44 propuestas para los gobiernos locales solamente hay 8 propuestas de candidatas alcaldesas. En el caso de las candidatas a diputadas propietarias han quedado electas en las internas de NI solamente 17 de 60 propuestas. En el departamento de Chalatenango no hay ni una propuesta de mujeres, ni como propietaria ni como suplente. En el caso de Sonsonate, La Paz, Cabañas Morazán y La Unión, no hay una solo candidata como diputada propietaria.


En los otros partidos que poco se ha conocido de las elecciones internas y que en su mayoría son listas únicas, se apuesta a la cumplir la cuota del 30% para no tener problema de inscripción en el Tribunal Supremo Electoral, NI presenta como casilla 1 en los departamentos de La Libertad, Cuscatlán y Usulután. Los puestos de “relleno” o de suplencia son los que sirven para poder cumplir la cuota de género, pero queda claro que una vez más las mujeres salvadoreñas que representamos más del 50% de la población no estaremos en los puestos ganadores o de toma de decisiones.


Quiero agregar a esta reflexión que parece ser la misma de siempre, un llamado a la oposición. Las planillas únicas al parecer no están encaminadas a ser planillas con una paridad de género y además de eso, el interés de poder intercalar los puestos, para que las mujeres no queden en puestos perdedores, pareciera que la oportunidad de ganar para las mujeres cada vez se aleja más. En una coyuntura de crisis política, la oposición sigue pensado que la representación de las mujeres no es una prioridad.

Me puedo imaginar algunas de las respuestas, y estoy segura de que muchas de ellas tienen que ver con la doble jornada laboral que les toca realizar a la mayoría de mujeres, la falta de financiamiento y por supuesto todo el temor que genera hoy por hoy competir en una elección con un partido que está dispuesto a irrespetar la constitución u otros hechos lamentables como lo vimos en la elección pasada, todo con tal de ganar. No quisiera que estas excusas sean las respuestas, porque si existe un principio ético, para dejar los espacios a las mujeres, se pueden buscar las respuestas a esas inquietudes que impiden la participación de las mujeres.


La mayoría de partidos políticos tienen en la toma de decisión a hombres. Por supuesto, si estos hombres no tienen un interés por la paridad justificarán la falta de participación de las mujeres como un problema de las mujeres y no como un problema que viven los partidos políticos a la hora de crear y abrir los espacios de participación política de las mujeres; además, es oportuno recalcar que, con la reducción de municipios y legisladores no solo se reduce la representación de partidos políticos pequeños, sino también la reducción de la participación de las mujeres, población LGTBIQ, indígenas, personas afrodescendientes, en fin los marginados de El Salvador.

Quiero cerrar está columna haciendo un llamado a la base de los partidos políticos de la “oposición”: cuestionen la representación de las mujeres, pero sobre todo cuestionen la falta de oportunidades para participación de las mujeres. No podemos seguir eligiendo a personas que no responden a las necesidades de las mujeres salvadoreñas que representamos el 50%, ni por estar en una crisis política ningún partido buscó presentar una mujer como candidata a presidencia de la República.

Activista feminista

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