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La semana de las cumbres

La semana que vivimos ha sido esencial para entender tanto cómo definir los términos de la organización mundial que se está definiendo, en términos políticos en un contexto internacional puesto bajo presión desde el principio del conflicto en Ucrania. Ilustraron la “guerra de trincheras” en la cual el mundo está entrando.

Por Pascal Drouhaud
Politólogo, presidente LATFRAN

En una semana ha tenido lugar varias cumbres fundamentales para los europeos tanto como para la seguridad y la estabilidad económica global. Primero, la cumbre europea en presencia de los 27 Jefes de Estado y de gobierno se reunió en Bruselas los 23 y 24 de junio pasados. Siguió el G7, representando las siete principales economías mundiales (Estados unidos, Canadá, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón) en Alemania. Hoy en día, representando casi la mitad del PIB mundial, pero no cuentan con China, India y Corea del Sur, que hacen parte del top 10 de las primeras economías. Fuente de debate, sobre todo en un contexto internacional puesto bajo tensiones desde el inicio de la guerra en Ucrania. En Madrid, los 28, 29 y 30 de este mes, la cumbre de la OTAN junta a los países miembros de la Alianza del Atlántico Norte. Ucrania es un eje central de discusión.


Todos los temas de actualidad están abordados: en la cumbre de Bruselas son el paso de mando de la presidencia francesa en favor de la República Checa, la aceptación de la candidatura de Ucrania para integrar en un futuro accesible, la Unión Europea, la consolidación del espacio común que fuese tanto en materia de defensa como de política exterior. En Múnich, el análisis de las perspectivas económicas del mundo: inflación, plan de infraestructuras para reducir unas fracturas mundiales, nuevas rutas energéticas. En Madrid, los medios para consolidar la Alianza del Atlántico Norte y para facilitar el reforzamiento del eje con Kiev, sin hablar de “puente aéreo” como lo había sido en 1948-1949 con Berlín en tiempos de la Guerra Fría (1947-1990), tantos temas que ilustran el clima internacional puesto bajo tensiones. ¿Otra demostración de esta realidad?


Es en medio de estas cumbres acumuladas que los líderes de los BRICS, países y mercados emergentes que representan la otra mitad de las económicas del mundo, se reunieron, virtualmente, para reafirmar su análisis de la situación global, reafirmar unas cooperaciones y recordar que se tenía que contar con ellos. Este mensaje tenía la vocación, con la prudencia de uso para algunos de ellos como India, de contrabalancear las cumbres de la OTAN y del G7, intentando encerrarlas en la imagen de reuniones “del Occidente” a pesar de la presencia de los presidentes de varios países, entre los cuales Argentina, Senegal, Indonesia demuestran lo contrario.

Las cumbres tienen lugar en medio de tensiones económicas, a consecuencia de la guerra en Ucrania: inflación, presión sobre el poder adquisitivo de los ciudadanos, reducción de las perspectivas de crecimiento, tantos aspectos de un horizonte que esta debatido por todos. Tantos “rendez-vous” que tienen un carácter de importancia en un contexto internacional complejo.

Con una presidencia rotatoria de seis meses, la Cumbre de los europeos en Bruselas permitió concluir los seis meses de la francesa, mientras los checos asumen la sucesión a partir del 1 de julio próximo. Se anunció de manera bastante consensual la decisión de otorgar a Ucrania el estatus de candidato a la membresía europea. Es una forma de reforzar una seguridad política y diplomática al país atacado por Rusia desde el 24 de febrero.


El presidente saliente del Consejo Europeo, Emmanuel Macron, Presidente de Francia, defendió una vez más su idea en crear “una comunidad política europea”, piedra angular de una consolidación frente a posibles agresiones. La guerra en Ucrania reveló a todos que no protege el único hecho de ser un gran espacio comercial.


El ataque ruso demostró que también se necesitaba tener una industria de defensa propia, ser independiente en términos energéticos, garantizar una coherencia social. Es la razón por la cual se llevó a cabo una reunión de trabajo con la presidenta del Banco Central europeo, Christine Lagarde, ex-directora general del FMI, sobre la cohesión entre los países europeos. Presidiendo la Cumbre de Bruselas, el líder francés sabía que tenía un carácter histórico: abriendo la perspectiva europea a una Ucrania bajo el fuego ruso, indica la determinación de los europeos de establecer nuevas fronteras en una lógica de bloques que volvió a la superficie a raíz de dicho conflicto.

Con una visita con el canciller alemán, Olaf Scholz, el Jefe del gobierno italiano, Mario Draghi, y el Presidente de Rumania, Klaus Iohannis, el 16 de junio pasado, quiso mostrar la unidad de una Europa que debe construir como entidad política. Ahora bien, esta voluntad no puede hacerse sin los pueblos actualmente, preocupados por las perspectivas económicas tanto como de identidad. Esta realidad se confronta al examen de las candidaturas de varios países de los Balcanes: Macedonia del Norte, Albania, Montenegro, Serbia, Bosnia-Herzegovina, Kosovo. Moldavia también depositó su candidatura.


No más se concluyó la cumbre europea se abrió la del G7 en Alemania. Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden; de Francia, Emmanuel Macron; los jefes de gobierno de Alemania, Olaf Scholz; de Gran Bretaña, Boris Johnson; de Italia, Mario Draghi; de Canadá, Justin Trudeau, y de Japón, Fumio Kishida, acordaron acciones por desarrollar a raíz de la guerra en Ucrania. Las sanciones tomadas desde febrero pasado dañan la economía rusa, pero provocan consecuencias globales: inflación con el aumento de los precios sobre unos productos de consumo corriente tanto como energéticos, riesgo de crisis alimentaria que preocupa a líderes africanos como el actual presidente de la Unión Africana, Macky Sall, que lanzó una alerta en una entrevista en El Diario de Hoy. Durante el G7, la propuesta de una iniciativa de infraestructuras de 600 mil millones de dólares, para los países a ingresos modestos tiene también como objetivo estratégico el de frustrar el proyecto chino “Belt and road”.


Para esta cumbre fueron invitados otros países, como el Senegal por presidir la Unión Africana; Argentina, por la comunidad de los Estados de América Latina/Caribe, tanto como India, Indonesia y África del Sur.


El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se dirigió a ellos recordando que los temas de seguridad y de defensa han vuelto centrales: las fórmulas para sostener a Ucrania, entre ellas la dimensión técnica de su armamento, para pasar de la era post-soviética a una compatibilidad con la tecnología occidental, tanto temas de mayor actualidad.


La semana que vivimos ha sido esencial para entender tanto cómo definir los términos de la organización mundial que se está definiendo, en términos políticos en un contexto internacional puesto bajo presión desde el principio del conflicto en Ucrania. Ilustraron la “guerra de trincheras” en la cual el mundo está entrando.


Politólogo, especialista francés en relaciones internacionales, presidente de la Asociación Francia-América Latina (LATFRAN). www.latfran.fr

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