Carta a exguerrilleros y exmilitares: Los pueden fregar

Estimados amigos:

Emitieron orden de captura contra Eduardo Sancho, más conocido como Fermán Cienfuegos, quien fue miembro de la Comandancia General del Frente y firmante de los Acuerdos de Paz.

¿De qué lo acusan? Del asesinato de una pobladora de Cabañas en 1989, supuestamente a manos de guerrilleros de la Resistencia Nacional. Y a Fermán Cienfuegos le aplican las asunción de que como jefe de esta guerrilla fue responsable.

Con esta construcción jurídica, pueden acusar de asesinato a cualquier persona que durante la guerra civil haya ejercido comando militar, tanto en el Frente como en la Fuerza Armada. Se abre una puerta muy peligrosa.

A todos los acusados, incluyendo a Cienfuegos y varios dirigentes comunales de Santa Marta, los acusan además de pertenencia a una ‘agrupación ilícita’. La ‘agrupación ilegal’ sería la guerrilla. Obviamente durante los años de guerra, los respectivos gobiernos declararon ‘agrupaciones ilegales’ a los insurgentes. No eran legalmente constituidos, actuaron militarmente y por tanto eran perseguidos – por medios legales y extralegales.

El de Bukele es primer gobierno de la posguerra que a pesar del proceso de paz y de la legalización del Frente como partido político, vuelve a tratar a los guerrilleros como "agrupación ilícita". Con este concepto pueden acusar y capturar a cualquiera que haya pertenecido o apoyado a la guerrilla durante la guerra civil.

El poeta Eduardo Sancho, convertido en el comandante Fermán Cienfuegos, ha sido durante toda la guerra uno de los dirigentes que han buscado abrir caminos para una solución política al conflicto. Ha sido no sólo firmante de los Acuerdos de Paz, sino promotor activo de las negociaciones que llevaron a esta firma en el Castillo de Chapultepec en México.

En las posguerra, ha sido promotor de la democratización del país – y cuando las actitudes dogmáticas de la dirigencia del partido FMLN se volvieron obstáculo para esto, se separó. No participó de los dos gobiernos del FMLN, ni mucho menos de la corrupción que permitieron. Se dedicó a un trabajo académico. Incluso, cuando se instaló el gobierno actual con sus prácticas antidemocráticas, Eduardo Sancho no regresó a la palestra política, no se convirtió en voz de la oposición. Estaba convencido de que esto les tocaría a otras generaciones.

¿De dónde viene entonces la decisión, obviamente política, de perseguirlo? Como hemos señalado en repetidas ocasiones, la represión que ejerce el Bukelismo es selectiva. Pega a algunos, para que se callen los demás. Y funciona: Si a un hombre tan pacífico, en el cual se ha convertido Eduardo Sancho durante la posguerra, de repente le inventan cargos tan absurdos y le emiten orden de captura, ¿qué pueden esperar todos los ex insurgentes si vuelven a activarse para defender los logros que alcanzaron mediante los Acuerdos de Paz?

Igual los militares que participaron de la guerra y que ven con espanto la nueva politización de la Fuerza Armada, su regreso a la seguridad y la represión. Lo que están aplicando ahora a Sancho/Cienfuegos, mañana lo pueden aplicar a cualquier militar que haya tenido mando en una zona conflictiva. En cualquier caso que puedan abrir por cualquier civil muerto a manos de la Fuerza Armada pueden aplicar responsabilidad a cualquier oficial. Así que, el mensaje es: “Quédense quietos, tanto ex militares como ex guerrilleros, nosotros ya tenemos el instrumentario penal para fregar a cualquiera de ustedes...”

¿Será que lograrán neutralizar a toda la generación combativa de nuestro pasado reciente? No me lo puedo imaginar...

Saludos... Paolo Lüers