Trabajar desde casa representó una gran oportunidad en la primera etapa de la pandemia pues no solo evitó que miles de personas se contagiaran de COVID-19 sino que además ayudó para que los padres compartieran más con sus hijos y lograran una mayor armonía.
Sin embargo, cinco meses después y pese a que la economía ya se reactivó, muchas empresas han mantenido esta modalidad y los colaboradores ya comienzan a resentir el estrés de conectarse a reuniones virtuales, atender las asignaciones y lavar la ropa al mismo tiempo.
“Trasladarme del trabajo a la casa me permitía hacer desconexión en el camino. Problemas del hogar, o emocionales, se quedaban fuera de mi área y horario de trabajo. Ahora es más difícil hacer esa transición. De hecho, tuve un momento en que me sentí agotado anímica y creativamente”, cuenta Antonio Terezón, un joven que pese a señalar las ventajas de trabajar desde casa también ha enfrentado dificultades.
Francisco Calderón, psicólogo y docente universitario, explica que el teletrabajo cambió la estructura a la que la mayoría de salvadoreños está acostumbrado. “Una cosa que el trabajo nos facilitaba era que nos daba una estructura primero por el horario e incluso dentro del trabajo había una estructura de reuniones. Ahora, fuera de la oficina, ya no existe esta estructura y creo que este es uno de los puntos importantes. Quienes antes estaban acostumbrado a esto, han aprendido a estructurar su horario, pero los que tuvieron que hacerlo por la crisis, han visto su estructura modificada”, explica el experto.
Además, Calderón explica que nuestra sociedad es muy vertical. “Estamos acostumbrados a tener orden, tener una jerarquía y no estamos acostumbrados al dejar hacer. Esto es algo muy implícito en nuestra estructura social”, afirmó.
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“Síndrome del quemado”
Otro de los problemas que están enfrentando los colaboradores a través del teletrabajo es el llamado “síndrome del quemado” o “burnout”, en el que el colaborador ya tiene un agotamiento emocional y una baja realización y motivación laboral.
Calderón explica que esto es producto de un exceso de absorber muchas responsabilidades al mismo tiempo. “La persona hoy tiene doble o triple jornada”, explica el profesional, al referirse a que muchas de las personas que hacen teletrabajo también deben atender a sus hijos y realizar los quehaceres del hogar.
Su jornada, además, se desarrolla a solas, mientras que dentro de una empresa, la interacción con otras personas ayuda a disminuir las ansiedades ocasionadas por el trabajo.
Además es producto de estar constantemente alerta. “Si antes enviaba un informe y no me lo regresaban a determinada hora, sabía que lo verían al siguiente día, pero trabajando desde casa, me mantengo en un constante estado de alerta, de atención y eso es vinculante del síndrome del quemado”, afirma.
Pero aunque no hay una receta específica para adaptarse a este nuevo cambio laboral, Calderón afirma que cambiar de rutina, tomarse unos días libres y tener el apoyo y sentimiento de seguridad de los jefes o coordinadores puede aminorar un poco los efectos de cansancio que pudiera generar el teletrabajo.
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