El teletrabajo desafía la productividad de las empresas después de seis meses de pandemia

En la primera etapa de la crisis por la pandemia, las personas mostraban optimismo por trabajar desde casa, pero varios meses después se acumulan factores como el síndrome del quemado y no hay balance trabajo-familia.

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Foto EDH / Shutterstock

Por Karen Molina

2020-09-11 8:00:13

El teletrabajo se convirtió este año en la modalidad de empleo más conveniente para cientos de empresas que han buscando mantener sus operaciones y evitar el coronavirus.

Según estimaciones del Organismo promotor de Inversiones de El Salvador (Proesa), que promovió una ley de teletrabajo a inicio de año, unas 20,000 personas se han beneficiado de esta modalidad.

Sin embargo, este tipo de trabajo se ha vuelto desde hace unos meses en un nuevo desafío para la productividad de las empresas que están decidiendo mantenerlo de forma permanente pues tras varios meses así los colaboradores ya resienten cansancio, “síndrome del quemado” y resienten la conversación con los demás colegas, factores que también podrían incidir en la creatividad, eficiencia y productividad de las empresas.

Basándose en diversos estudios, Diego Benitez, director de Empodérate, afirma que al inicio de la pandemia las personas que se fueron a trabajar desde su casa se mostraban motivadas y con mucha creatividad, lo que permitió que muchas empresas aumentaran su productividad.

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“Han existido diferentes curvas, porque al principio teníamos distintos escenarios: unas personas motivadas por el hecho de poder trabajar desde casa, lo cual incidió en una mejor productividad. Sin embargo, ya después de varios meses hemos visto que hay factores que afectan la productividad y esto se refleja en los estudios hechos a los colaboradores, donde se menciona que dedican más tiempo desde casa, así como, los impactos emocionales”, explica.

“No hay balance. En la casa uno tiene que ver de todo”, afirma Ivania Chacón, quien se desempeña en el área administrativa de una entidad financiera.

Cuidar de sus dos hijas, ayudarles con las clases virtuales, hacer comida, lavar ropa y atender las reuniones de trabajo se le ha hecho cada vez más pesado.

Aunque al inicio de la pandemia Ivania estaba muy contenta con pasar más tiempo con su familia, ahora resiente el estrés del trabajo.

“Trasladarme del trabajo a la casa me permitía hacer desconexión en el camino. Problemas del hogar, o emocionales, se quedaban fuera de mi área y horario de trabajo. Ahora es más difícil hacer esa transición”, relata Antonio Terezón, un joven que labora para un centro de pensamiento y análisis.

Benitez explica que, pasado un tiempo, el teletrabajo para algunas personas ha representado una carga de estrés adicional, porque distorsionó su rutina y más para los trabajadores que son padres de familia y sus hijos también se encuentran en casa.

“Se percibe mayor agotamiento entre los colaboradores, porque pocos han logrado hacer la separación de su vida personal y laboral”, menciona.

Los constantes correos y las llamadas fuera del horario de trabajo, así como las reuniones virtuales a las que se les añade una tecnología deficiente, incrementan el estrés.

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Incentivar la autogestión y motivar al empleado

Para Benitez, aunque la distancia sea un reto es necesario que la empresa fortalezca algunas habilidades de los colaboradores como la independencia, la autogestión y la administración del tiempo. Además, sugiere crear espacios de convivencia entre sus equipos de trabajo donde puedan compartir e integrarse de manera remota y algunas dinámicas que generen el sentimiento de que siguen siendo parte de un equipo.

“La empresa debe mantener las iniciativas de felicitación a los colaboradores, celebración de cumpleaños, entre otros”, señala.

La tecnología juega en contra

Otra de las trabas que ha afectado el pleno desarrollo de las funciones durante el teletrabajo ha sido la calidad de la conectividad.

Samuel Salazar, director de la sección de Proinnova en la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), apunta en una oportunidad que la banda ancha del país no es suficiente para que las empresas sean eficientes y ofrezcan todos sus productos y servicios de una manera más ágil.

Estas mismas dificultades incrementan el estrés que un trabajador podría tener solo con el hecho de no interactuar personalmente con sus colegas.