El Salvador es de los pocos países en el mundo que ha obtenido un segundo compacto por parte de la Corporación Reto del Milenio (MCC por sus siglás en inglés) para financiar proyectos de desarollo a través del programa Fomilenio II.
Este segundo compacto por $277 millones fue aprobado en 2013 para ejecutarse en un plazo de cinco años y para obtenerlo el país tuvo que cumplir una serie de indicadores que le garantizaran a la MCC el respeto a la ley y un trabajo enfocado en mejorar indicadores sociales y económicos.
Al 30 de julio de este año Fomilenio ya había ejecutado el 74 % de esos fondos donados por Estados Unidos aunque a la fecha el porcentaje puede haber aumentado debido a que todavía no se tiene el cierre financiero definitivo.
Aún esta semana el programa todavía estaba ofertando plazas para ejecutar parte de los fondos asignados pues después del 9 de septiembre, los recursos que no se hayan asignado no se podrán usar si el Senado de los Estados Unidos no otorga una prórroga.
Paralelo a esta prórroga en la Asamblea Legislativa también se discute la asignación presupuestaria de una contrapartida del Gobierno por $70 millones que deben aprobarse para que se ejecuten antes de que venza el plazo del 9 de septiembre.
Según el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, sin este dinero están en riesgo al menos 38 proyectos del programa. El funcionario trató de excusarse de esta asignación al decir que ellos no serían culpables si no se da una prórroga pues “acabamos de asumir el gobierno”, señaló.
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Sin embargo la prórroga solo es para la continuación de la ejecución de los $277 millones donados por Estados Unidos pues la contrapartida era un compromiso que el Gobierno debió incorporar en el presupuesto de este año desde el inicio.
Este segundo compacto estaba enfocado en mejorar el clima de inversión, que se lograría a través de la creación de una Ley de Mejora Regulatoria y el desarrollo de asocios público-privados.
El primero de estos planes sí se ejecutó totalmente mientras que el de asocios aún tenía pendiente la ejecución de varios proyectos, entre ellos, el de la Terminal de Carga del Aeropuerto Internacional de El Salvador que aún no ha sido adjudicada.
Otro de los ejes principales del proyecto era el de capital humano que estaba centrado en mejorar la calidad de la educación y la capacidad técnica profesional.
Un tercer eje estaba centrado en la infraestructura logística en el que uno de los proyectos emblemáticos era la expansión de la Carretera del Litoral en La Paz.
Otros de los proyectos enmarcados en este eje eran la construcción de un nuevo puesto fronterizo en El Amatillo (La Unión) para facilitar el comercio transregional.
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