OMS respalda fármacos para diabetes como opción en casos de obesidad
La OMS recomendó el uso de análogos GLP-1 en adultos con obesidad, destacando su potencial para reducir riesgos de salud pese a dudas sobre costos y acceso.
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EFE
Publicado el 01 de diciembre de 2025
La OMS recomendó el uso de tres medicamentos originalmente creados para la diabetes tipo 2 semaglutida, liraglutida y tirzepatida como opción de tratamiento en adultos con obesidad. Estos fármacos ayudan a reducir el apetito y mejorar la regulación de la glucosa, pero su uso masivo ha generado debates por el desabastecimiento para pacientes diabéticos, su costo y el riesgo de agravar desigualdades. La recomendación es condicional por la falta de datos a largo plazo. La OMS advierte que sin políticas adecuadas el acceso seguirá siendo limitado y propone estrategias como compras conjuntas y precios escalonados para ampliar su disponibilidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) abrió un nuevo capítulo en el debate sobre el tratamiento de la obesidad al recomendar, por primera vez, el uso de tres medicamentos originalmente diseñados para la diabetes tipo 2: semaglutida, liraglutida y tirzepatida.
Estos análogos del GLP-1, que actúan reduciendo el apetito y mejorando la regulación de la glucosa, ganaron popularidad por su impacto en la pérdida de peso, pero al mismo tiempo despertaron controversias por el desabastecimiento que generaron y por interrogantes éticos sobre su uso con fines estéticos.
La nueva guía del organismo llega en un contexto en el que la obesidad afecta a 1.000 millones de personas en el mundo, cifra que podría duplicarse en cinco años. Para audiencias globales y salvadoreñas, la recomendación abre un debate clave: cómo integrar terapias innovadoras en sistemas sanitarios que enfrentan recursos limitados, sin perder de vista la equidad ni la sostenibilidad.
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Qué cambia con la recomendación de la OMS
La obesidad se ha consolidado como una de las mayores amenazas a la salud pública. La OMS la vincula a enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer y peores resultados ante infecciones. En 2024, esta condición estuvo asociada a 3,7 millones de muertes, y se espera que su costo económico alcance los 3.000 millones de dólares en 2030.
En este escenario, la recomendación de incorporar análogos GLP-1 en el tratamiento de adultos con obesidad por un periodo igual o superior a seis meses representa un giro importante. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, sostuvo que “aunque la medicación por sí sola no resolverá esta crisis sanitaria mundial, las terapias con GLP-1 pueden ayudar a millones de personas a superar la obesidad y reducir los daños asociados a ella”.
Estos medicamentos actúan imitando hormonas intestinales que retrasan el vaciado gástrico y prolongan la sensación de saciedad. Su eficacia en la reducción de peso está respaldada por múltiples ensayos clínicos, lo que llevó a la OMS a considerarlos una herramienta útil dentro de estrategias terapéuticas de largo plazo.
Sin embargo, el organismo matiza su postura. La recomendación es condicional, debido a la falta de datos sobre la seguridad y eficacia a largo plazo, así como a los altos costos actuales y a la limitada preparación de muchos sistemas de salud para incorporarlos.

Costos, acceso desigual y el riesgo de nuevas brechas sanitarias
La expansión del uso de semaglutida, liraglutida y tirzepatida fuera del ámbito de la diabetes generó problemas de abastecimiento para pacientes que dependen de estos fármacos para controlar su glucemia. Este aumento de la demanda también revivió el debate sobre su uso con fines estéticos y sobre el impacto que tienen sus precios en los presupuestos públicos.
La OMS advierte que, sin políticas específicas, estas terapias podrían profundizar desigualdades ya existentes. “Sin políticas adecuadas, el acceso a estas terapias podría agravar las disparidades sanitarias existentes”, señala la organización.
La proyección es preocupante: incluso con un incremento acelerado de la producción mundial, se estima que menos del 10 % de las personas que podrían beneficiarse de estos medicamentos los recibirán de aquí a 2030. Ese cálculo refuerza la urgencia de implementar estrategias para ampliar su disponibilidad, entre ellas compras conjuntas, precios escalonados y acuerdos de licencia que permitan a más fabricantes producir versiones autorizadas a menor costo.
Para países en desarrollo o con fuerte presión sobre sus sistemas públicos de salud, como las naciones de Centroamérica, estas recomendaciones ofrecen un marco para evaluar cómo integrar tecnologías farmacológicas sin comprometer la sostenibilidad financiera. También invitan a explorar alianzas regionales que faciliten el acceso a medicamentos que, por ahora, tienen un precio elevado.
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La importancia del acompañamiento integral
Aunque los análogos GLP-1 pueden convertirse en un apoyo relevante para las personas que viven con obesidad, la OMS recuerda que estos tratamientos no sustituyen la necesidad de un enfoque integral. La guía sugiere ofrecer a los pacientes intervenciones que incluyan una alimentación equilibrada y actividad física, aunque la evidencia disponible sobre la mejora de resultados combinados es baja.
También subraya que quienes suspenden el medicamento tienden a recuperar parte del peso perdido, lo que plantea desafíos para su uso a largo plazo y para la educación sanitaria de los pacientes.
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