¡Adopta, no compres!: el mensaje clave en el Día Mundial del Perro

Adoptar un perro puede ser una de las experiencias más enriquecedoras en la vida de una persona. Lejos de ser solo un acto de amor hacia un animal sin hogar, la adopción tiene efectos positivos comprobados en la salud emocional, mental y social del adoptante, además de representar un gesto de responsabilidad hacia la comunidad. Así lo confirman especialistas en psicología y organizaciones dedicadas al bienestar animal, quienes destacan que la compañía de un perro no solo alegra la vida, sino que transforma actitudes y promueve un sentido profundo de empatía.

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Varios estudios en psicología clínica y emocional destacan los beneficios que tienen los perros en la salud mental de las personas. La psicóloga española Laura Palomares, especialista en psicoterapia, afirma en una entrevista para El País que “el vínculo que se genera con un perro ayuda a reducir la ansiedad, mejorar el estado de ánimo y combatir la soledad, especialmente en adultos que viven solos o atraviesan momentos difíciles”.

Los perros fomentan rutinas saludables como paseos diarios, actividades al aire libre y momentos de juego, lo que genera la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores relacionados con el bienestar. En personas con depresión o cuadros de ansiedad, la presencia de un perro puede convertirse en un motivo de fuerza para levantarse, cuidar y responsabilizarse de otro ser vivo.

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Además, según la psicóloga clínica Emma Kenny, colaboradora del National Health Service del Reino Unido, "las personas que adoptan o conviven con perros muestran mayores niveles de resiliencia emocional y de empatía social. Los perros no solo ofrecen compañía incondicional, sino que ayudan a canalizar el afecto y fortalecer vínculos humanos, porque promueven la apertura emocional y la expresión afectiva".

La satisfacción de ayudar

La adopción no es el único camino para transformar vidas. Muchas personas que no pueden llevar un perro a casa encuentran satisfacción emocional al colaborar mediante donaciones o apadrinamiento de animales en refugios. Estos actos no solo son de ayuda directa para los perros necesitados, sino que brindan una profunda satisfacción personal.

Según la psicóloga y especialista en bienestar María Asunción Llácer, “la sensación de contribuir a una causa mayor, como la protección animal, genera un impacto positivo en la autoestima y en la percepción de uno mismo como parte activa del cambio”. Apadrinar un perro —contribuir económicamente a su cuidado en un refugio— o donar insumos, tiempo o recursos a organizaciones es una forma valiosa de sumarse al movimiento de protección animal, incluso si no se puede adoptar.

Estos gestos también fortalecen los lazos comunitarios y fomentan una cultura de solidaridad. La gratificación de ayudar y la conciencia social que se despierta al colaborar con refugios o campañas de adopción repercute en el bienestar emocional y el sentido de propósito de las personas.

Impacto social: frenar la sobrepoblación

La adopción de perros también tiene un efecto directo en el control de la población canina. En países como El Salvador, se estima que decenas de miles de perros viven en las calles expuestos al maltrato, enfermedades y accidentes.

Adoptar en lugar de comprar contribuye a frenar el comercio informal de animales y combate prácticas como la cría indiscriminada o la explotación de hembras reproductoras. Además, al adoptar de refugios o fundaciones, se libera espacio para que otros perros en situación de calle puedan ser rescatados.

Las campañas de adopción responsable buscan crear conciencia sobre la necesidad de esterilizar a las mascotas y sobre el compromiso que implica integrar un perro a la familia. Este compromiso, cuando se asume de manera consciente, mejora la convivencia social, ya que disminuye los casos de abandono y favorece la integración de comunidades más empáticas y responsables.

En palabras de la Fundación Internacional World Animal Protection, “la adopción salva vidas y contribuye al equilibrio social al promover prácticas de respeto y cuidado animal, lo que repercute directamente en sociedades más justas y solidarias”.

Hacer una elección responsable

Aunque los beneficios de adoptar son múltiples, es esencial recordar que la adopción debe ser un acto meditado y responsable. Traer un perro a casa no es solo una experiencia emotiva, sino un compromiso de vida.

Antes de adoptar, es importante considerar:

Tiempo disponible: Un perro necesita atención, cuidado diario, ejercicio y afecto constante.

Condiciones del hogar: Espacio adecuado, seguridad y un ambiente donde el perro pueda desarrollarse y estar a salvo.

Situación económica: Los gastos veterinarios, alimentación, vacunas y otros cuidados representan una inversión permanente.

Compromiso a largo plazo: Los perros pueden vivir entre 10 y 15 años, y su bienestar depende de la dedicación constante de sus dueños.

Conocer al perro antes de adoptarlo: Cada perro tiene su carácter, sus necesidades y su historia; es ideal informarse y conocerlo antes de tomar la decisión.

Lugares en El Salvador en donde puedes adoptar un peludito:

Asociación Milagro de Amor

Instagram: @milanguitos

Facebook: Asociación Milagros de Amor El Salvador

Adoptame SV

Instagram: @adoptame.sv

Facebook: adoptame.sv

FHMD CatDog El Salvador

Instagram: @fhmdcatdogsv

Facebook: FHMD CatDog El Salvador

Paraiso 503

Intagram: @paraiso_503

Facebook: Paraíso de los animales

Patitas unidas Ilopango

Instagram: @patitas_ilo

Facebook: Patitas unidas Ilopango

Dame tu Pata

Instagram: @dametupatasv

Facebook: Dame tu pata - El Salvador

Gioysumanadadepeluditos

Instagram: @gioysumanadadepeluditos

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Patitas de esperanza

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Perritos & Huellas Adopta

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Sitio web: www.adopte.org

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