Salvadoreño retornado con cáncer busca ayuda ante falta de medicamento en hospitales

“El medicamento que me recetaron no hay en el país, el médico me dijo que el tiempo está corriendo”, detalló Carlos Ernesto Chacón, paciente oncológico que también es uno de los salvadoreños que decidió regresar al país después de 20 años debido a la inestabilidad política y la persecución contra los migrantes en Estados Unidos. 

Su lucha contra el cáncer inició de forma repentina y sin previo aviso a mediados de junio de este año, cuando se encontraba trabajando en la instalación de equipos electrodomésticos industriales presentó dolor y sangrado al orinar. 

Carlos tuvo que ser trasladado de emergencia a un hospital acreditado que atendía a personas indocumentadas mediante un programa estatal en Los Ángeles. “Ese día me hicieron varios exámenes: sangre, orina, ultrasonografía y un TAC. Ya en la madrugada, el médico fue directo conmigo y me dijo que tenía un cáncer maligno en el riñón, que se creció y había afectado uno de los pulmones”, relata Carlos con serenidad, pese a la gravedad del diagnóstico.

Dicho panorama cambió completamente los planes de viaje para Carlos debido a que había invertido todos sus ahorros en comprar una casa en El Salvador y esperaba reunir dinero antes de viajar.

La noticia le llegó cuando su seguro médico ya no estaba vigente y con pocas alternativas en un país que recrudece su política migratoria, por ello decidió regresar a El Salvador el 4 de julio. 

“Allá el programa que me cubría ya no iba a seguir. Si me quedaba, me iba a morir esperando una llamada que nunca llegaría”, argumentando que “me agarró desprevenido y me cambió la vida prácticamente, y yo ya no podía levantar nada, me dijeron que mi trabajo era pesado”.

Aunque parezca difícil de creer Carlos explicó que decidió viajar el 4 de julio en horas de la madrugada, esperando que al momento de abordar el avión no fuera detenido por las autoridades migratorias. ya que corría el riesgo de ser encarcelado.

Tras su retorno, se contactó de inmediato con un oncólogo privado que lo remitió al Hospital Nacional Rosales. 

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Carlos sostiene que los especialistas han sido muy atentos en su caso y la atención ha sido rápida, pero el medicamento que necesita, Sorafenib, una terapia dirigida contra el cáncer de riñón avanzado, no está disponible, ni en farmacias privadas ni hospitales públicos.

En su lugar, le han administrado un tratamiento provisional con inyecciones de Interferón alfa 2b, que si bien ayudan a contener el avance del cáncer, provocan efectos secundarios severos como fiebre, escalofríos, fuertes dolores de cabeza y mareos. “Me dura hasta el día siguiente. A veces no puedo contestar ni el teléfono”, confiesa.

Carlos actualmente vive con su familia en Mejicanos donde su padre puede acompañarlo a las sesiones de quimioterapia, ambos agradecen la rapidez con la que fueron atendidos en el Hospital Nacional Rosales.

¿Qué es el cáncer de riñón?

El cáncer de riñón, también conocido como carcinoma de células renales, es una enfermedad en la que las células del riñón comienzan a multiplicarse sin control y forman un tumor maligno. En etapas avanzadas, puede extenderse a otros órganos como los pulmones, lo que complica significativamente el tratamiento y el pronóstico. 

Aunque algunos casos pueden detectarse de forma incidental en etapas tempranas, cuando el tumor aún no ha generado síntomas, otros pacientes, como Carlos, descubren la enfermedad tras señales evidentes como sangre en la orina, dolor en el costado o fatiga persistente.

El tratamiento varía según la etapa y el tipo de cáncer. Para casos avanzados se recomiendan terapias dirigidas como Sorafenib, que actúa directamente sobre las células cancerígenas y retarda su crecimiento. 

Sin embargo, este tipo de medicamentos suelen tener un alto costo y disponibilidad limitada en países como El Salvador.

Pese al diagnóstico, Carlos no se resigna. Su objetivo es acceder al tratamiento que podría salvarle la vida y, para ello, ha comenzado a buscar ayuda solidaria y orientación oficial sobre cómo gestionarlo internacionalmente el tratamiento.

Carlos espera que, al contar su historia, alguna institución pública o privada pueda ayudar a facilitar el acceso al tratamiento de 120 cápsulas mensuales.

“No necesariamente tiene que ser el gobierno, aunque sería muy bueno, pero siempre hay personas altruistas”, afirma esperanzado. “Si me hubiera quedado allá, me muero”, esperando la siguiente cita hospitalaria. 

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Mientras tanto, se aferra cada día a las opciones disponibles incluyendo tratamientos naturales para aliviar el dolor convencido de que aún puede superar la enfermedad con apoyo solidario.

Su historia no solo refleja el drama de miles de migrantes sin cobertura hospitalaria en un país extraño, sino también la urgencia de fortalecer las capacidades de atención oncológica en el sistema de salud salvadoreño.

Solicitud de ayuda

Si alguna persona o institución desea colaborar, puede contactar directamente al número 7767-3960 con el padre de Carlos quién se está encargando de sus cuidados y buscar ayuda médica. 

Solicitud de información

Se buscó establecer comunicación con las autoridades del Ministerio de Salud para conocer los motivos por los cuales este tratamiento no está disponible, a que responde el retraso en la adquisición y si existe algún protocolo institucional o mecanismo oficial para gestionar la adquisición extraordinaria de este medicamento cuando es prescrito por oncólogos de la red pública.
Hasta el cierre de esta nota no se ha obtenido una respuesta al respecto.

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