Plaza Universitaria está sobre restos de antiguo convento en el centro de San Salvador
Los trabajos de investigación arqueológica se realizaron en 1994 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, en conjunto con el Consejo Nacional para la Cultura y el Arte de la época.
Trabajadores públicos, privados y municipales afinan los últimos detalles de una blanca estructura que combina arcos y columnas con paredes de vidrio y techos de lámina empalmados con canaletas de aluminio. En su interior se pueden observar dos niveles y al centro un carrusel del tipo "rueda de caballitos". Afuera, unas letras doradas incrustadas en la parte más alta dan nombre a la obra: "Plaza Universitaria".
Vecino de la Catedral Metropolitana y del Palacio Nacional, este cuadrante que también colinda con el Kilómetro Cero —lugar desde el que se comienza a organizar la nomenclatura del país— no existía para los años 1500, ya que la Iglesia y Convento Santo Domingo, la edificación más grande para la época, se extendía sobre un terreno que abarcaba dos cuadras, la avenida España no existía.
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Esta obra pública se construye en el mismo lugar donde estuvo el primer campus de la Universidad de El Salvador en el siglo antepasado; y en la historia reciente fue una plaza dedicada a José de San Martín, un personaje determinante para la independencia de Argentina, Chile y Perú.
Con el tiempo la plaza fue ocupada por el comercio informal, hasta que el 25 de abril de 2016 la alcaldía de San Salvador desalojó 44 puestos con más de 30 años de antigüedad. La promesa para los vendedores fue que serían reubicados en un mercado que se construiría en el predio de la exbiblioteca, pero luego de nueve años, ese lugar funciona como bodega de la comuna.

También en una de las esquinas, con la vista hacia la plaza Gerardo Barrios, sobresalía una estatua de Monseñor Romero, la cual fue retirada en marzo del 2024 y entregada a la congregación de las Carmelitas Misioneras de Santa Teresa; fue colocada en el Hospital Divina Providencia, de la colonia Miramonte, administrado por ellas.
INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS
Según el estudio "Arqueología histórica en áreas urbanas en El Salvador: una práctica en contextos intensamente transformados", elaborado por la Dirección Nacional de Antropología e Historia (INAH), de México, en el cuadrante donde actualmente se encuentra la catedral Metropolitana estaba la Parroquia Santo Domingo, la cual fue severamente dañada por un terremoto en 1873.
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La cuadra anexa fue ocupada por el colegio Nacional y posteriormente se convirtió en el primer campus de la Universidad de El Salvador, el cuál se incendió en 1955, al igual que la catedral cuatro años antes.
Del 10 de enero de 1994 hasta el 22 de febrero del mismo año, se llevaron a cabo una serie de trabajos arqueológicos a solicitud del Departamento de Arqueología de la Dirección de Patrimonio Cultural de El Salvador, en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.

En los años 1800 la composición del centro de la capital era diferente. Según la reconstrucción histórica, la iglesia Santo Domingo y el convento del mismo nombre estaban unidos, "el atrio suroeste en donde se excavó, quedó a salvo de esta intervención, por lo cual se pudo determinar que correspondía posiblemente a la sacristía de la iglesia dominica antigua y al inicio del claustro que se encontraba en el extremo poniente de esta. La actual avenida España y el parqueo Universitario (actual Plaza Universitaria) deben estar por encima de los restos del claustro del monasterio antiguo", apuntó el estudio.
El proceso estuvo a cargo del investigador Blas Román Castellón Huerta, una de las voces autorizadas más respetadas en investigación arqueológica de Latinoamérica. En su informe el experto mencionó la exploración por medio de seis pozos de diferentes profundidades
El trabajo se extendió por espacio de cuatro semanas, durante las cuales se abrieron un total de seis pozos a diferentes profundidades y fueron encontrados elementos como pisos, cimientos y ductos de drenaje, lo que permitió determinar la predominancia de la época colonial y de tradición indigenista en las edificaciones.

"Al consultar algunos datos históricos supimos que este lugar perteneció al antiguo Convento de Santo Domingo de la ciudad de San Salvador, ubica su fundación en 1551 y su final como convento hacia el año de 1830. En este lapso de casi 280 años, el lugar sufrió muchas modificaciones", dijo Huerta.
"La iglesia comenzó a ser reconstruida en parte, hasta que quedó nuevamente destruida en 1873 por otro terremoto. Se menciona que tenía a su servicio mucha plata, un gran órgano y muchos objetos sagrados que fueron saqueados por los gobiernos liberales. La parte del claustro se convirtió primero en Colegio Nacional y, posteriormente, en Universidad Nacional donde estuvo hasta 1930 aproximadamente", agregó Castellón Huerta.
ESTRUCTURA DE LA PLAZA
Durante una visita al lugar, se observó a un grupo de señores que se detuvo frente al improvisado muro de tablarroca que rodea la obra, con sus teléfonos celulares trataban de realizar unas fotografías a pesar del intenso sol del mediodía, vieron los detalles con curiosidad y desaprobaron cada parte de la construcción con un gesto.
Eran catedráticos de la Universidad de El Salvador que luego de una actividad en el centro histórico tuvieron a bien ser testigos de los avances de lo que comentan que debería ser un agregado de la casa de estudios.
Pero uno de ellos fue más allá, aseguró que al leer la frase "Plaza Universitaria" a su cabeza solo llegaron recuerdos de su época de estudiante de la UES durante los años 80 y luego como docente de Ciencias y Humanidades, en el proceso de posguerra. "Una plaza universitaria no tiene mucho sentido fuera de la universidad, esto no tiene nada que ver con el alma mater, no solo por la lejanía física, es por la distancia de las ideas", expresó el docente que pidió no ser identificado.

Desde una visión externa, el arquitecto especialista en Urbanismo Manuel Peña definió la construcción de esta obra como una especie de, "pastiche: es algo que quiere ser histórico pero es una caricatura o más bien una copia dejando de lado la calidad de la obra o la proporción de los espacios", señaló.
El profesional también sostuvo que la construcción carece de proporción y escala, en el sentido de no haber sido diseñada armoniosamente en su forma y altura.
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"Es un edificio que no tiene una relación clara con el entorno, trata de figurar pero de una manera bien agresiva con los edificios que tiene a su alrededor, porque no retoma ninguno de los elementos, no tiene una entrada clara, además que niega su sitio histórico y su valor patrimonial para una función puramente mercantilista o de entretenimiento, pero como burdo", declaró.
Añadió que es notorio que ha tenido varios vicios de diseño, "se han tardado demasiado tiempo tomando en cuenta que prácticamente entre ellos se dan los permisos de ejecución de las obras".
Peña concluyó que la "Plaza Universitaria" "no es armoniosa con su contexto, no es armoniosa en su belleza como edificación; en sí, carece de funcionalidad y belleza".

IRRESPETO AL PATRIMONIO
En 2013, el arqueólogo e historiador Heriberto Erquicia dirigió un proyecto que tenía proyectado rescatar el antiguo ayuntamiento municipal de 1789, a un costado de la actual plaza Libertad.
En dicha excavación se descubrió la existencia de materiales del periodo colonial y republicano: muros, canaletas, ladrillos, herraduras, porcelana y cerámica mayólica.
En marzo del 2017, durante el periodo de Nayib Bukele frente a la comuna capitalina, Secultura advirtió una serie de violaciones a la Ley Especial de Protección Patrimonio Cultural durante la remodelación de la Plaza Libertad.
Según información periodística recabada por este medio, la dependencia de la Presidencia insistió en la necesidad de proteger los hallazgos del estudio de 2013, pero el entonces alcalde Bukele se opuso a que se siguiera investigando y dispuso del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM) para resguardar la plaza y evitar el ingreso de los arqueólogos de Secultura.

En mayo del 2024, EDH dio seguimiento al desmontaje y destrucción de las baldosas centenarias del Palacio Nacional, durante una intervención del histórico recinto.
El piso había sido importado desde Italia a principios de 1900 y fue desmontado por trabajadores del Ministerio de Obras Públicas para luego ser desechado como ripio en la quebrada del río La Cañas, en Soyapango.
En ese mismo contexto fueron retirados algunos pinos araucarias que representaban a los países de Centroamérica y estaban colocados al centro del área verde del Palacio. Luego fueron colocados en un jardín que fue construido previo a la investidura del segundo periodo presidencial de Nayib Bukele.
SILENCIO DE LAS AUTORIDADES
El alcalde de San Salvador, Mario Durán, se refirió a la obra a inicios del 2023. Durante una entrevista radial comentó que se trataba de una especie de "mercado del café" y que sería un complemento de la Biblioteca Nacional, que para ese entonces se encontraba en construcción. "Los universitarios seguramente van a necesitar mucho café para esos días", explicó el jefe edilicio en referencia a la BINAES.
En febrero del presente año este periódico realizó una solicitud de información a la Alcaldía de San Salvador, en esta se requerían detalles de adjudicación de obras en ejecución, además de estados financieros de los distritos que integran la comuna; pero semanas después la petición fue denegada, alegando falta de información interna.
Para este artículo se intentó obtener una versión de Micultura sobre el conocimiento de la existencia de los vestigios bajo la "Plaza Universitaria" o de algún plan o protocolo de protección del patrimonio. Al cierre de esta nota, no hubo respuesta.

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