Abordar un avión para viajar a diferentes partes del mundo muchas veces es sinónimo de nerviosismo, ansiedad y hasta incertidumbre para los pasajeros, pero también puede ser una experiencia donde el aeropuerto se vuelve restaurante, hotel o incluso algo similar a la sala o la habitación de una casa.
En el aeropuerto internacional Óscar Arnulfo Romero, desde hace varios años, esto es una realidad y no es exclusivo de grandes terminales aéreas de países desarrollados.
Un proyecto de la familia García, que nació de una idea luego de un viaje, hizo realidad la segunda sala VIP del país y que esperar un avión por varias o muchas horas sea algo menos pesado y más placentero.
Aeroconnections VIP nació en 2004 como una pequeña sala de espera en el aeropuerto para brindar algo de comodidad en las terminales de abordaje.
Al principio, según relata su directora y fundadora, Edith de García, el espacio solo era de 70 metros cuadrados, varios sillones, café y bebidas, pero con el tiempo se fueron aplicando estándares y tendencias globales de este tipo de servicios para modernizarlo y adaptarlo a las exigencias del mercado, sobre todo de ejecutivos y viajeros de negocios, sus entonces únicos clientes.