Cerca del Mercado San Miguelito en San Salvador, se ubica la Asociación Cooperativa de Trabajadores Especiales de El Salvador (Acotrabes).
Acotrabes es una asociación que ayuda a jóvenes especiales – la mayoría con retardo moderado- para que salgan adelante con los pocos ingresos que obtienen vendiendo diversos productos.
Además la cooperativa los apoya con diversas actividades y oficios que aprenden y que les sirven de terapia para socializar, sentirse más seguros y aceptados en la sociedad.
Ahí están Camila, Katerene, Robin, Erick, Enrique y Sandra. Al acercarse y conversar con ellos, responden con atención, respeto, alegría y abrazos.
“Desde el 2011 ha sido toda una lucha mantener este espacio, porque la cooperativa es de producción y lo que se hace es bien mínimo y cuesta venderlo, pero no descansamos, porque ellos nos necesitan”, expresó doña Otilia Trigueros, conocida como doña Oti, la fundadora de la Cooperativa.
A Robin le gusta pintar los diseños, lo hace con dedicación, al igual que sus amigos y colegas. Foto EDH / Marcela Moreno.
Actualmente son nueve personas, cinco mujeres y cuatro hombres, entre 25 y 44 años, los que integran Acotrabes y se ven beneficiados con los proyectos que ahí se desarrollan.
El padecimiento que la mayoría tiene dificulta a varios movilizarse o desenvolverse por sí solos, pero con ayuda de sus padres y las capacitaciones que reciben en la Cooperativa, han aprendido un oficio.
Apoyo de Scotiabank
En el 2015 Scotiabank conoció el proyecto y tomó la iniciativa de brindarles apoyo abriendo un espacio, cuatro veces al año, para que estos jóvenes y adultos especiales tuvieran mayores oportunidades de vender sus productos.
Junto con la invitación, el Banco también le dio a la Cooperativa una donación de $500, contó doña Oti.
“Para nosotros esto fue un gran apoyo y compramos materia prima para prepararnos porque venía el Día de la Madre y para que los muchachos vendieran. Así seguimos 2016, 2017 y el año pasado, los trabajadores del Banco nos donaron sus uniformes y con ellos hemos elaborado cubrecamas, fundas de almohadas y cojines, fue una gran alegría”, detalló doña Oti.
Scotiabank también donó a la asociación cuatro máquinas ranas, para que ellos pudieran confeccionar más productos.
“Scotiabank conoció el proyecto y se interesó en apoyarles y esperamos seguirlo haciendo”, explicó Carolina Moreno, subgerente de Responsabilidad Social Corporativa, Patrocinios y Segmentos de Scotiabank.
“El solo hecho de abrirles espacios para que ellos lleguen y vendan y construir con cada uno de ellos una relación de amistad les ayuda en su desenvolvimiento y estamos dispuestos en mantener siempre este acercamiento”, manifestó la ejecutiva del Banco.