La huella de un intelectual colombiano en El Salvador
Algunos autores le atribuyen ser el autor del concepto América Latina (1856), para oponerlo al de América Hispana. José María Torres Caicedo fue un intelectual de mucho renombre y una parte de su obra aún funciona en El Salvador del año 2019.
Nacido en Santafé de Bogotá (Colombia), el 30 marzo de 1830, fue bautizado por el ritual católico como José María Torres Caicedo. La orfandad en que lo dejó la muerte de sus padres, el matemático Julián Torres y Peña y su esposa Tadea Caicedo Villegas, le destinó pobrezas de las que logró levantarse gracias a la protección de monseñor Manuel José Mosquera, quien lo tuteló hasta obtener el doctorado en Derecho Civil (1853) en el Colegio de San Bartolomé.
Activo y de carácter fogoso y violento, desde los 17 años escribió literatura, fundó varios periódicos en Colombia y se batió a duelo en diversas ocasiones, en algunas de las cuales resultó herido de cierta consideración. Se marchó a vivir a la capital francesa en 1864.
El poeta y orador salvadoreño Dr. Francisco Esteban Galindo (1850-1896) dedicó su drama en verso Dos flores o sea Rosa y María, publicado por la revista El correo de ultramar (París, 1872) y reproducido por El pensamiento (San Salvador, 1896), órgano de difusión mensual de la sociedad científico-literaria La nueva generación. La parte literaria de El correo de ultramar (importante revista de pretensiones universales, con multitud de grabados en metal, publicada en castellano en París, entre 1842 y 1886), la dirigía el propio Torres Caicedo, contratado por el director general y empresario financista Xavier de Lasalle y Mélan.
Del 18 al 22 de julio de 1875, coordinó el Primer Congreso Internacional de Americanistas (Nancy, Francia), mientras que del 23 al 27 de julio de ese mismo año hizo lo propio en el Congreso de Propiedad Literaria (Viena, Austria).
Durante una estadía en la ciudad de San Salvador, el doctor Torres Caicedo fue uno de los fundadores de la Academia de la Lengua de Centro-América, germen de la primera Academia Salvadoreña de la Lengua, establecida el 17 de noviembre de 1875 y aprobada por la Real Academia Española el 19 de octubre de 1876.
Por esas mismas fechas, fue designado representante diplomático salvadoreñoante Francia y la Santa Sede y socio honorario de la Universidad Nacional de El Salvador por el Consejo Superior de Instrucción Pública, como se denominaba desde el 6 de septiembre de 1859 al ahora conocido como Consejo Superior Universitario de la Universidad de El Salvador.
Asentado en París como representante diplomático de casi todas las naciones de Centro América, en 1878 recibió el diploma que lo acreditaba como miembro de honor de la Sociedad Literaria El porvenir, con sede en la ciudad de Guatemala. En colaboración con Joseph Laferrière, en ese mismo año redactó en francés el cuaderno Noticia histórica y estadística de la República del Salvador. Exposición Universal de 1878, escrito e impreso en París.