El acelerado ritmo de la vida moderna hace que las personas se mantengan en un permanente estado de estrés. De esta manera, las situaciones familiares, de trabajo, dificultades financieras y relaciones interpersonales, por mencionar algunas, se conjugan en episodios de angustia que en menor o mayor medida siempre ejercen efecto.
Una de las grandes paradojas, por ejemplo, son las vacaciones en cualquier época del año. Resulta hasta absurdo que estas pausas, destinadas al relajamiento, sean causa de ansiedad incluso antes de que comiencen.
Lo anterior resulta lógico porque las personas se enfrentan a los listados de compras, enormes filas en el supermercado y en la gasolinera, incremento en el tráfico y largas horas de viaje, todo en la búsqueda del añorado descanso. Esto sin contar con que de inmediato aparece el necio pensamiento de que pronto habrá que volver a la realidad cotidiana.
En fin, lo mismo sucede al planificar viajes de placer o una reunión de amigos, y ya no se diga si surgen inconvenientes de salud, en la escuela o universidad. El estrés está presente, sí o sí, en nuestras vidas.
Sin embargo, la psicóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Argentina Robledo Domínguez, aclara en una entrevista a EFE que el estrés es bueno en forma moderada, porque fomenta la creatividad y la satisfacción. Pero si se vuelve crónico “puede causar trastornos emocionales y enfermedades gastrointestinales y cardiovasculares”, advierte.
Esta condición, asevera Robledo, es una respuesta automática y natural del cuerpo ante situaciones desafiantes y los cambios positivos, negativos o imaginarios, pero es necesario para “tener estímulos y accionar ante la vida diaria”. Lo importante, en todo caso, es aprender a reconocerlo y tomar acciones para manejarlo de la mejor manera.
¿Cómo afecta?
De acuerdo con la Clínica Mayo, el estrés puede afectar tu cuerpo, tus pensamientos y sentimientos, así como tu comportamiento. De ahí que aprender a reconocer los síntomas comunes, puede ayudarte a controlarlo, de lo contrario también puede causar presión arterial alta, obesidad y diabetes. Los siguientes son algunos de los efectos:
En el cuerpo
Dolor de cabeza
Tensión o dolor muscular
Dolor en el pecho
Fatiga
Cambios en el deseo sexual
Malestar estomacal
Problemas de sueño
En el estado de ánimo
Ansiedad
Agitación
Falta de motivación o de concentración
Agobio
Irritabilidad o ira
Tristeza o depresión
En el comportamiento
Comer en exceso o comer poco
Arranques de ira
Abuso de alcohol o de drogas
Consumo de tabaco
Retraimiento social
Hacer menos ejercicio
Contrólalo
En pocas palabras, el manejo del estrés es necesario para tener una óptima calidad de vida. Por lo mismo puedes probar algunas de las siguientes estrategias, para mantenerlo bajo control.
Respiración. El portal northshore.org, sugiere que aprender a controlar la respiración, por medio de ejercicios, permite que el cuerpo tome más oxígeno, con lo cual se alivia la ansiedad, disminuye la frecuencia cardiaca y se estabiliza la presión arterial.
Meditación. Cantar mantras, realizar posturas específicas y usar ejercicios de respiración que fomentan la conciencia positiva del cuerpo y una sensación de paz son algunas formas de meditar. Estas te permiten relajarte y por tanto eliminar el estrés.
Yoga. La combinación de posturas con ejercicios de respiración, además de relajar tu mente te ayuda a mejorar tu flexibilidad, el tono muscular y equilibrar los diferentes sistemas de tu cuerpo.
Tai Chi. Sus movimientos lentos y circulares con respiración profunda, meditación y auto-masaje son excelentes para el ejercicio suave, y te da mucha energía.
Visualización. El portal psicologia-online describe esta como una técnica en la que se conectan una serie de imágenes imaginarias con emociones positivas. Indica, además, que con esta se consigue un mayor control de la mente, de las emociones y del cuerpo, y permite efectuar cambios en el comportamiento.
Haz ejercicio. La actividad física libera las endorfinas que te hacen sentir bien y otros químicos neurales naturales que aumentan la sensación de bienestar. De acuerdo con la Clínica Mayo, el ejercicio también te permite concentrarte en los movimientos del cuerpo, lo que puede mejorar tu estado de ánimo y calmar cualquier enojo. Intenta caminar, trotar, trabajar en el jardín, limpiar la casa, andar en bicicleta, nadar, levantar pesas o cualquier otra cosa que te mantenga activo.
Más estrategias
Por su parte, la Clínica Mayo también sugiere:
– Mantener un sentido del humor.
– Pasar tiempo con familiares y amigos.
– Reservar tiempo para pasatiempos, como leer un libro o escuchar música.
– Dormir lo suficiente y comer una dieta sana y equilibrada.
– Evitar el consumo de tabaco, el exceso de cafeína y alcohol, y el uso de sustancias ilegales.
– Es importante encontrar formas activas de controlar tu estrés. “Las formas inactivas, como son mirar televisión, navegar por Internet o jugar videojuegos, pueden parecer relajantes, pero pueden aumentar su estrés a largo plazo”, asegura la institución de salud.