Foto EDH / Jorge Reyes
“En Prados de Venecia comenzamos con la obra regalando víveres, en la época del terremoto, porque también había mucha necesidad. Aquí fue terrible porque botaron los postes, nos quitaron la electricidad, pasamos las mil y unas, pero seguimos trabajando confiadas en las manos de Dios, si Dios lo cuida a uno no puede pasar nada”, dice la religiosa.
Tiempo después, Canadá las apoyó proporcionándoles una ayuda de 117,000 colones para la obra El Carmelo, dinero con el que pudieron construir una pequeña bodega y un salón donde funcionaba la clínica, de lunes a viernes, y los fines de semana era utilizado para actividades religiosas.
“El primer benefactor de la clínica fue don Alfonso Carbonell, quien donó el terreno de siete manzanas. Él venía todos los días a ver qué necesitábamos. Luego los señores Sol Meza fueron muy buenos con nosotros. Y después mucha gente se fue uniendo; los señores Simán muchas veces venían acá y veían que en la nevera no había nada, y nos preguntaban qué comían y se preocupaban por nuestras necesidades”, dice madre Dolores.
Uno de los primeros colaboradores de la clínica, como médico, fue el doctor Héctor Castaneda, de los primeros neurólogos del país, quien hasta la fecha lleva 31 años ayudando a las hermanas de la clínica El Carmelo dando consultas de forma gratuita.
“Un día nos encontró y me dijo: ‘hermana, en dónde están ahora, yo les quiero ayudar’, y pues comenzó en la clínica a dar consultas sin cobrar y no solo eso, sino que nos dejaba un cheque para que comiéramos nosotras, y sigue ayudando todavía”, recuerda la religiosa.
Ahora la clínica cuenta con equipo de resonancia y tomografía. El primero fue comprado con una donación económica que recibió madre Dolores de un altruista, y con donaciones que recibía en especie y ella luego vendía, con lo que pudo obtener el equipo médico.
Cuando la obra de El Carmelo comenzó a construir los consultorios, la familia Simán colaboró regalándoles el equipo de tomografía.
“Nos hemos inclinado a dar atención en especialidades porque los hospitales del país no cuentan con este servicio. Los hospitales del país no tienen nada prácticamente, que me perdone el ministerio (de Salud). Aquí estamos para quienes nos necesiten y los precios son más baratos”, dice madre Dolores.
Comenta que a los pacientes que llegan con necesidades les hacen un pequeño estudio socioeconómico para conocer sus posibilidades, y a partir de esa información los pacientes pagan de acuerdo a su capacidad.
La clínica paga al mes más de $8,000 en electricidad, un gasto difícil de poder recaudar cada mes, comenta madre Dolores.
La religiosa comenta que hace varios años vinieron al país unos españoles que les ayudaron a construir un pozo, porque solo con pipas podían obtener agua.
La dificultad a la que se enfrentan ahora es que el pozo fue privatizado por la Administración de Acueductos y Alcantarillados (Anda), a pesar de encontrarse en el terreno de la clínica y con el medidor, las religiosas tienen que pagar más de $1,000 por el servicio, una preocupación más que se suma a sus necesidades, dice madre Dolores.
“Yo no solo protesto por eso, sino que sacan el agua con la electricidad que nosotras pagamos, si yo pago el agua, pues esperaríamos que colaboraran con el pago de luz, que sería lo justo, pero en Anda nos dijeron que si queríamos que no utilizáramos el agua, creo que es bastante injusto”, dice madre Dolores.
Más de 20 atenciones médicas
Actualmente, la clínica El Carmelo cuenta con especialidades de medicina interna, neumología, cardiología, pediatría, oftalmología, otorrinolaringología, dermatología, endocrinología, gastroenterología, coloproctología, ginecología, radiología, nefrología, ortopedia, cirugía, reumatología, geriatría, urología entre otras atenciones médicas.
Otras atenciones que brindan son en anestesia, nutrición, fisioterapia, psicología, radiología e imágenes, audiometría, odontología, servicio de laboratorio y farmacia, donde se pueden encontrar medicamentos a precios más accesibles.
Todas las atenciones médicas son a precios económicos, ya que la consulta general cuesta $3 y la de especialidad $7.
Recientemente comenzaron a realizar hemodiálisis con un equipo moderno.