Cirujano reconstruye los senos de sobrevivientes de cáncer con tejido del abdomen o espalda

El doctor William Chicas se especializa en el tratamiento de pacientes que han perdido una o dos mamas como consecuencia de esta enfermedad.

Por Evelyn Chacón

2020-10-18 10:52:34

De acuerdo con William Chicas, especialista en cirugía plástica, el 80% de las pacientes que llegan a su consultorio fueron sometidas, entre seis meses a un año atrás, a una mastectomía o amputación de mama. En ese lapso, estuvieron en tratamiento de quimioterapia o radioterapia, por lo que han perdido el cabello y “apenas están terminando el trauma de sobrevivir la enfermedad”.

El médico explica la situación de esta forma: “Cuando a una persona le dicen: ‘tienes cáncer y hay que tomar esta decisión, si no te vas a a morir’; la persona no tiene tiempo para pensar y dice ‘sí’ y se somete a la cirugía. Entra en un remolino para salvar su vida. Cuando llegan a mí, están saliendo de ese remolino. Y llegan con miedo a someterse a otra cirugía, tienen dudas. Nadie quiere volver a entrar al quirófano, llegan con falsas expectativas sobre lo que significa una reconstrucción de mama”.

Debido a ello, el cirujano plástico debe explicar que no se trata de “abrir y meter un implante y ya”, sino de “hacer una nueva mama”, lo cual tiene un proceso complejo e incluso “hay posibilidad de fallar, pero también les explico que todas las pacientes se sienten felices después de la cirugía”, dice el doctor Chicas.

El cirujano explicó, con base en literatura médica y estudios, que las pacientes que fueron sometidas a la amputación de una o las dos mamas pasan por periodos de ansiedad, depresión y sienten síntomas de estigma e inseguridad respecto a su imagen corporal y a su vida de relación.

“Cuando llegan están en ese estado. Pero yo les digo que para la mayoría de mis pacientes valió la pena la reconstrucción”, asegura.

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Para el profesional, la mejor opción es hacer la reconstrucción del seno de manera inmediata, es decir que durante la misma cirugía se retira el seno y se hace la nueva mama. Así, “la paciente evita sentirse mutilada y, a pesar de que está preocupada por la curación del cáncer, no se le suma el estigma en la imagen corporal, que atraviesa cuando no se reconstruye”, añade.

El objetivo de la reconstrucción es recrear un pecho de una forma, tamaño y caída similar al del que se perdió.

Ese objetivo los cirujanos plásticos pueden lograrlo de dos maneras. Uno es utilizando materiales que no pertenezcan al cuerpo de la paciente, por ejemplo la silicona.

Para mí antes el cáncer era muerte, pero ahora para mí es una oportunidad, ver la vida desde otra perspectiva, valorar las cosas que no lo hacía y hacer de lado cosas que consideraba importantes, pero no lo son. Foto EDH/ Francisco Rubio

La otra opción es utilizar material del cuerpo de la mujer. “Actualmente los cirujanos plásticos preferimos utilizar tejido del cuerpo de la paciente porque produce mejores resultados a corto y largo plazo”, agrega.

El doctor Chicas explica que la mejor técnica es el colgajo DIEP. Es una cirugía donde se utiliza parte del exceso de piel del abdomen para recrear el seno. “Este es el que produce los mejores resultados y como es parte del cuerpo, el seno cambia con el cuerpo de la paciente. La desventaja es que es una cirugía demandante de recursos, se necesitan de ocho a diez horas de cirugía, instrumentos especiales y un entrenamiento especial”.

Pero esta cirugía “tiene el riesgo de que la arteria y vena, que tienen el tamaño de la punta de un lapicero, que se cortan del tejido a trasladar y se vuelven a pegar, se obstruyan. Entonces hay que entrar a cirugía a medianoche para destaparla y que el seno pueda vivir”, explica el especialista.

La reconstrucción de un seno se realiza en tres etapas. La primera cirugía es para crear el nuevo seno, y es una cirugía de ocho a diez horas en el quirófano. La segunda operación se realiza de cuatro a seis semanas después de la primera cirugía y tiene como objetivo crear el pezón. Este proceso dura unos 40 minutos y no requiere ingreso hospitalario. La tercera fase es crear la aureola, lo cual se hace cuatro semanas después de recrear el pezón.

“La mejor manera de hacerlo es con un tatuaje, usando pigmento similar al del seno, eso lo hacen los especialistas en la técnica de tatuaje”, comenta Chicas.

Pero antes de acceder a un tatuaje, las mujeres sobrevivientes han tenido la oportunidad de acceder a una reconstrucción de mamá. El doctor William Chicas, se especializa en el tratamiento reconstructivo de pacientes que han perdido una o las dos mamas a causa de la enfermedad. Foto EDH/ Francisco Rubio


Los tatuajes, una opción

En Virgin Tattoo Studio han atendido a dos sobrevivientes de cáncer de mamá, a quienes han pigmentado la aureola y el pezón del seno.

“Uno de los temas principales en cuanto a tatuajes es ayudar a las personas a que se puedan aceptar, y de repente el tatuaje ayuda a reforzar ciertos sentimientos, en estos casos ocasionados por la pérdida de una parte del cuerpo”, explica el tatuador Alexander Esquivel.

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Para Esquivel es importante poder aportar, desde su arte como tatuador, en la concienciación y prevención del cáncer de mama; especialmente porque la mayoría de sus clientes son mujeres. Además considera que su trabajo puede ayudar a la superviviente de cáncer a mejorar su autoestima “lo que queremos es que la mujer pueda verse en un espejo y les guste lo que ve”, añade.

El trabajo de ellos es tatuar la aureola y darle un color similar a la pigmentación del otro seno. “La idea es que al verlo sea como que ahí ha estado siempre”, concluye el artista del tatuaje.