TLC entre El Salvador y China abriría acceso a mercado de 1,400 millones de personas

El proceso de negociación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre El Salvador y la República Popular China avanza tras tres rondas profundas que, según el embajador chino Zhang Yanhui en nuestro país, están muy próximas a culminar en un acuerdo que podría firmarse en el próximo año. 

El diplomático aseguró: “China ha desarrollado tres rondas profundas de negociación; casi hemos logrado un acuerdo. Espero que el próximo año pueda firmarse y entrar en vigor”.

La importancia de esta potencial alianza radica en varios factores clave que la convierten en una oportunidad relevante para emprendedores salvadoreños, la diáspora interesada en retorno de inversión y los inversionistas globales que buscan posicionarse en Centroamérica.

¿Por qué este TLC es especialmente relevante para El Salvador?

En el marco de ese acuerdo, China busca incrementar sus importaciones de productos como el azúcar, el café y las frutas, tres rubros tradicionales de la economía salvadoreña. Ese impulso se alinea con la estrategia que China ha marcado para su próximo quinquenio, que culminará en 2030, donde destacan tres focos: mayor consumo interno, autosuficiencia tecnológica y menor dependencia de mercados externos volátiles. 

El embajador afirmó que “una de las políticas más importantes para los próximos cinco años es la estimulación del consumo interno” en China y que, dado que EE. UU. sigue imponiendo obstáculos al comercio, el gigante asiático orienta sus esfuerzos a su propio mercado de 1, 400 millones de consumidores.

Para un emprendedor o agroexportador salvadoreño, esto implica que un acuerdo con China abriría una ventana hacia un mercado enorme, creciente y con una nueva orientación estratégica. 

A nivel macro, la participación del consumo en la economía china también presenta señales de cambio: según la Economist Intelligence Unit, el consumo privado en China podría crecer en términos reales alrededor del 5.5 % anual entre 2016‑2030, elevándose cerca de un 50 % como proporción del PIB.

Otro análisis señala que China podría apuntar a un aumento de 5 puntos porcentuales de la tasa de consumo doméstico en los próximos cinco años.

Oportunidades concretas para El Salvador

1. Agroexportación diversificada: Productos tradicionales como el café de especialidad, frutas tropicales, azúcar sostenible o cacao podrían tener una mayor demanda si el TLC facilita el acceso al mercado chino, reduciendo aranceles o simplificando cadenas logísticas.
   
2. Tecnología y servicios de valor agregado: China busca desarrollar su sector tecnológico, lo que abre vía a alianzas para empresas salvadoreñas que ofrecen servicios de software, logística, agro‑tech o eco‑innovación. La dinámica de crecimiento de los ingresos de los hogares chinos de nivel medio alto aumenta a su vez la demanda de bienes más sofisticados.
   
3. Inversión y capitalización de mercados: Los inversionistas extranjeros interesados en Centroamérica pueden ver este TLC como un catalizador para proyectos de infraestructura, agroindustrias y exportación en El Salvador, aprovechando la condición de puente hacia Asia que adquiere el país.
   

Retos y consideraciones prácticas para prepararse

• Certificación y estándares de exportación: Antes de que un TLC pueda surtir efecto pleno, productores salvadoreños deben asegurarse de cumplir con estándares fitosanitarios, trazabilidad, envíos consolidados y embalajes adecuados para el mercado asiático.
  
• Logística y competitividad de coste: Aunque el mercado chino ofrece volumen, los costos logísticos, tiempos de transporte y márgenes deben evaluarse con rigor. Una buena oportunidad puede perderse si los costos internos son elevados.
  
• Dependencia de un solo mercado: Si bien abrirse a China es positivo, los exportadores deben evitar concentrarse en un solo mercado que pudiera sufrir cambios regulatorios, de demanda o de aranceles. Mantener diversificación internacional siempre es prudente.
  
• Vigilancia de condiciones del TLC: Los detalles del acuerdo (listado de productos, aranceles, reglas de origen, plazos de entrada en vigor) definirán qué tan atractiva resulta la nueva apertura. Para los inversores, conocer el calendario‑marco y las cláusulas de protección es clave.
  

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Escenario estratégico para hasta 2030

China declara como meta que, para 2030, el consumo represente aproximadamente el 60 % de su actividad económica, reforzando la dinámica de su mercado interno. Esto coincide con una fase de transición para la economía china: desplazamiento del modelo centrado en exportaciones e inversión hacia uno con mayor protagonismo del consumo. 

En ese contexto, El Salvador puede posicionarse como proveedor relevante de productos agroalimentarios y servicios para un mercado en transformación.

Para poner cifras: según la EIU, el consumo privado tenía un peso menor al 50 % del PIB en China, pero se proyecta que se aproximará a ese nivel hacia 2030.

Otro estudio de la McKinsey Global Institute estimaba que la participación del consumo en el PIB chino pasará de cerca del 38 % a niveles significativamente mayores hacia 2030.

Así, emprendedores salvadoreños que anticipen esta apertura pueden mapear planificando qué productos o servicios tendrán ventaja competitiva hacia 2030: alimentos de calidad, productos ecosostenibles, alianzas tecnológicas, etc. 

De igual modo los inversionistas globales pueden analizar la infraestructura logística de El Salvador, la cadena exportadora y los incentivos necesarios para capturar esa futura demanda china.