No es ningún secreto que en pleno 2022, el deporte y con más razón el futbol, se esté profesionalizando cada vez más, aunque por momentos en El Salvador, se nos nubla el juicio por la simple búsqueda o exigencia de resultados a corto plazo. Los famosos resultados se están dando cada vez menos por suerte o por la trillada frase: “En la cancha son 11 contra 11, cualquier cosa puede pasar”.
Lo podemos decir con autoridad, todo el equipo de trabajo de selecciones nacionales, que estuvimos en la última octagonal. Todos los partidos se jugaron 11 contra 11 y si bien el fútbol tiene una margen de igualdad, ahora también, tiene un margen grande en las gestiones que se hacen fuera del campo, para que esos 11 jugadores, puedan tener las mejores condiciones y herramientas para ganar.
OPINIÓN: Semana caliente, sorpresa mayúscula en el fútbol salvadoreño
En los 21 meses que trabajé como Director Deportivo de la federación, los retos fueron grandes pero muy lindos para trabajar y abordar. Empezando, en ser la primera persona en ejercer el puesto, el cual no existía en la federación. Esto trajo mucha confusión internamente, pero necesaria en el inicio de profesionalización que necesita nuestro fútbol.
No existían procesos, creación de perfiles para cada puesto, gobernanza, comunicación formal con clubes (nacionales e internacionales), acercamientos formales con jugador@s, procesos para sacar pasaportes a talentos nacidos fuera de nuestras fronteras y aún más importante en la parte deportiva, no había:
Plan de Desarrollo (Fútbol base y juvenil)
Sistema de Competencia
Plan Estratégico y Financiero de selecciones nacionales (masculinas y femeninas)
Plan de Marketing Deportivo
Plan Mundial 2026
Formación de entrenadores y dirigentes
Muchos comités, coordinadores, entrenadores o dirigentes han pasado por nuestra federación pero nadie ha podido crear, ejecutar y dejar un plan. Después de mi salida, puedo decir que construimos uno en conjunto con Hugo Pérez y
este pueda ser del gusto de muchos y criticado por unos pocos, pero finalmente un plan para mejorar nuestro fútbol.
Hace unas semanas, tuve el gusto de platicar con Margarita Echeverria, quien considero un perfil ideal para seguir tratando de sentar bases de profesionalismo en la federación. En dicha platica, muy cordial, hablamos sobre la necesidad de profesionalizar el deporte y puedo ver que han podido dar continuidad a buscar perfiles acordes, para los distintos puestos que se necesitan como Director Deportivo y Gerente de Marketing. Más adelante podrían ser Gerente Financiero, Gerente de Recursos Humanos, Director de Desarrollo, Gerente de Comunicaciones, entre otros.
Estas necesidades no deben ser únicamente de nuestra federación, sino de distintas organizaciones en nuestro fútbol como las ligas profesionales y clubes de primera división. El problema para nuestro fútbol (federación y clubes) no es el Director Deportivo, sino que es una vacante estratégica y no hay muchas personas en el medio con la capacitación idónea para hacerse del puesto.
El problema de nuestra selección no es Hugo Pérez, sino el entorno al que debe enfrentarse al día a día, con el poco profesionalismo dentro y fuera del campo. El problema no es el número de extranjeros en nuestra liga, sino los pocos jugadores elite que se forman en los equipos profesionales y encima, no hay filiales debajo de la reserva (no hay sistema de competencias, ni plan de desarrollo).
Mientras no entendamos la necesidad de profesionalizar nuestro fútbol y dejemos esta necesidad estratégica a iniciativas individuales o extranjeros que esporádicamente aparecen e históricamente no nos han dejado ningún legado, los mundiales los seguiremos viendo en la TV, nuestros equipos seguirán quedándose en las primeras rondas de torneos regionales, nuestros talentos juveniles se quedaran solo con potencial, nuestro fútbol femenino seguirá siendo amateur y las nuevas generaciones se interesaran menos en el deporte rey.
Este reto no debe ser exclusivo de las autoridades que están ahora en la federación o los clubes profesionales, sino de todos los que desde nuestro metro cuadrado, podemos aportar a profesionalizar nuestro fútbol.
Ahora, como un aficionado más, pero con una empresa y proyectos que están ligados directamente al fútbol, motivo a los que puedan y quieran, a sumar a este movimiento no solo con entusiasmo, sino con profesionalización.