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¿Qué es el Silencio Cuscatlán, la iniciativa que impulsa la Barra Azul para apoyar a la Selecta?

La afición se organiza para mostrar apoyo a la Selecta y al mismo tiempo enviar un mensaje de respeto durante el partido eliminatorio ante Panamá en el Estadio Cuscatlán.

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Por Roberto Montano
Publicado el 02 de octubre de 2025

 

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El próximo viernes 10 de octubre, el Estadio Cuscatlán vivirá una noche especial con el partido de Eliminatorias entre El Salvador y Panamá. La afición implementará el **“Silencio Cuscatlán”**, una campaña contra el racismo que incluye tres minutos de silencio durante el himno panameño, seguido de un estallido de apoyo en el himno salvadoreño y 90 minutos de aliento incondicional. Aunque la FIFA sancionó al estadio con un cierre parcial del 15% del aforo, la hinchada promete llenar de pasión y respeto el Coloso de Montserrat, demostrando que se puede apoyar con intensidad y sin discriminación.

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El fútbol salvadoreño vivirá un capítulo especial el próximo viernes 10 de octubre en el Estadio Cuscatlán, cuando la Selecta reciba a Panamá en un duelo decisivo rumbo al Mundial 2026. Más allá de lo deportivo, la afición ha decidido unirse bajo una iniciativa inédita: el “Silencio Cuscatlán”, una campaña que busca crear conciencia y erradicar los actos de racismo en los estadios, luego de las recientes sanciones impuestas por la FIFA.

La idea es sencilla pero contundente: mostrar un silencio de respeto durante los himnos y al mismo tiempo llenar de presión positiva los 90 minutos del partido. La Barra Azul ya confirmó su participación en esta actividad, que promete convertir la previa y el ambiente en un mensaje claro contra la discriminación. Iván Flores, presidente de la Barra Azul, explicó en qué consiste el movimiento "Silencio Cuscatlán".

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Una previa diferente

El cronograma del “Silencio Cuscatlán” arrancará desde las 4:00 p. m., cuando la Barra Azul y otros grupos de aficionados se reúnan en las afueras del estadio para calentar el ambiente. Música, fiesta y un clima de unidad acompañarán esta antesala, que servirá para motivar al equipo nacional y recibir a los asistentes.

A las 6:50 p. m., cuando suene el himno de Panamá, el estadio guardará tres minutos de silencio absoluto, como un gesto de respeto hacia el rival. No habrá gritos ni insultos, solo un silencio simbólico que marcará la diferencia frente a comportamientos que en el pasado han derivado en sanciones internacionales.

En específico, se busca no repetir los insultos racistas que bajaron desde las gradas contra Surinam, en el último partido de eliminatoria, lo cual llevó a a una multa económica contra la FESFUT de parte de la FIFA, y a la orden de disminuir en un 15% el aforo del estadio para el juego contra los canaleros.

El Cuscatlán retumbará con el azul y blanco

Cinco minutos después, a las 6:55 p. m., será el turno de la emoción máxima. El Estadio Cuscatlán se levantará con toda su fuerza cuando suene el Himno Nacional de El Salvador. El silencio previo dará paso a un estallido de voces que, según los organizadores, será “un rugido de identidad y orgullo” para los jugadores que defenderán la camiseta azul y blanco.

La jornada culminará con el pitazo inicial a las 7:00 p. m., cuando la afición se compromete a brindar 90 minutos de presión y apoyo total a la Selecta. El lema es claro: “¡Todos a una sola voz!”, con la intención de que el estadio se convierta en un verdadero jugador número 12.

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Un contexto de sanciones y advertencias

La campaña surge tras la decisión de la FIFA de castigar a El Salvador con el cierre parcial del Cuscatlán en el próximo partido oficial de la Selección Mayor. La sanción implica que al menos el 15% del aforo estará clausurado, especialmente en las zonas detrás de las porterías, como consecuencia de incidentes con tintes discriminatorios en encuentros anteriores.

Pese a ello, la afición se ha mostrado firme en su deseo de apoyar a la Selecta sin caer en provocaciones ni conductas sancionables. La FESFUT también ha emitido un llamado enérgico para evitar cualquier manifestación racista o de violencia verbal que pueda derivar en nuevos castigos. El mensaje es claro: “apoyar con pasión, pero con respeto”.

Pese al aliento de la afición, El Salvador perdió en el Cuscatlán y quedó segundo en el Grupo A.
Pese al aliento de la afición, El Salvador perdió en el Cuscatlán y quedó segundo en el Grupo A. /Cortesía de la Selecta salvadoreña.

Más que un partido

El duelo entre El Salvador y Panamá será clave en las aspiraciones de ambos equipos en el Grupo A de las Eliminatorias. La Selecta llega en el segundo lugar con tres puntos, mientras que Panamá ocupa el tercero con dos. Ganar en casa se vuelve fundamental para mantener vivas las opciones de clasificación, y la hinchada lo sabe.

Sin embargo, el “Silencio Cuscatlán” demuestra que este partido no solo se juega en el campo. También es una batalla en las gradas, donde la afición salvadoreña quiere mostrar al mundo que puede ser apasionada, ruidosa y determinante, pero sin necesidad de recurrir a actos de discriminación.

Una cultura contra el racismo

Con la participación de colectivos como Barra Azul busca dejar un precedente positivo. Más allá del resultado deportivo, lo que se pretende es sembrar una cultura de respeto que permanezca en cada estadio del país.

El “Silencio Cuscatlán” será, en definitiva, una demostración de que la pasión y la identidad nacional pueden convivir con los valores universales de inclusión y tolerancia. Una noche para apoyar a la Selecta, pero también para dar un ejemplo que trascienda fronteras.

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