Un artículo escrito por la afrodescendiente, Erika Denise Edwards, para el Washington Post, instaló la idea de que "Argentina es mucho más diversa de lo que la gente cree, pero el mito de que es una nación blanca ha persistido".
Esto, a raíz de la "ausencia de diversidad" existente no solo en dicho país, según Edwards, sino también en la selección argentina, aprovechando su destacada participación en Qatar 2022.
Pablo Muñoz Iturrieta, un autor argentino con estudios en filosofía política, psicología política, entre otros, responde así ante el cuestionamiento de Edwards:
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Muñoz Iturrieta expone que a través del mestizaje las personas de color han perdido fuerza en la genética de la nación argentina.
Una de las causantes se debe también a la inmensa migración europea para robustecer hace décadas la población del país.
Otra de las razones, y no menos importante, expone que la selección de fútbol de Argentina no tiene esas "cuotas" de raza porque quienes dirigen al equipo no piensan en ningún momento en una paridad forzada; una que responda más a conceptos ideológicos que futbolísticos.
Es decir, según Muñoz, la elección de los jugadores para la selección argentina en Qatar 2022, va en función de méritos deportivos. Un argumento que parece contundente para liquidar especulación sobre el tema.