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Max Mojica, abogado: "si un futbolista recibe órdenes, debe considerarse empleado"

Contrario a lo que se ha venido practicando con los contratos de los futbolistas en El Salvador, el jurista explica que la base de la diferencia con el contrato por servicio profesional radica en la naturaleza de la relación jurídica

Por César Najarro / Twitter: @cjnajarro |

Foto EDH/ Jessica Orellana

A estas horas (7:00 p.m.), el Comité Ejecutivo de la FESFUT podría estar valorando ya la respuesta que dará a la Primera División en relación a su petición de que el acuerdo federativo para que los contratos celebrados con futbolistas sean contratos laborales, y no por servicios profesionales.

Sin embargo, diversas opiniones encontradas se han dado en torno al tema, pese a que FIFA establece claramente los parámetros a seguir, y la FESFUT quiere dar seguimiento a lo que el ente rector del fútbol mundial señala, que los contratos arrancan a partir de la inscripción y que finalizan cuando acaba la temporada (un año, o 2 torneos cortos).

Mientras, la Primera insiste en que siempre han trabajado con servicios profesionales, y que el Código de Trabajo del país lo permite.

Para Max Mojica, abogado de la República, determinar qué tido de contrato debe tener un futbolista para por entender que "la diferencia está en que existe una naturaleza que es propia de cada una de las relaciones jurídicas. En el contrato de prestación de servicios no existe una dependencia laboral. Existe esa forma (servicio profesional) más para abogados, arquitectos, médicos, porque no tenés una vinculación entre profesional y a quien le prestas el servicio. Por ejemplo si soy tu abogado, no tengo que marcar tarjeta, no tengo que estar de 8 a 5, no me dan vacaciones, aguinaldo, ni seguro social ni AFP porque soy prestador de servicios, y guardo independencia, no tengo un jefe, sino que tengo un cliente.  Y, además, cuando me pagan me retienen el 10% de renta".

Max Mojica, abogado. Foto EDH/ cortesía

En cambio, "cuando soy empleado, yo me sujeto a un reglamento de trabajo, a la disciplina de la empresa. Para el caso, los deportistas, les dicen vamos a tener un partido el sábado. Desde el jueves vamos a estar en concentración en hotel, no puede beber, fumar, salir, no visitas de un pariente, sino que va a estar concentrado, vas a entrenar a las 6, vas a descansar, vas a alimentarte. Entonces, la relación entre un jugador y un club más reviste características de empleo, pues el jugador tiene que obedecer, tiene un jefe, probablemente puede ser el entrenador, o el dueño del club. Tiene que seguir ciertas directrices.  Puede haber políticas (internas, reglamento) incluso de que no puede dar opiniones políticas el jugador, no puede participar en un mitin político, no puede frecuentar un bar, porque tiene normas que debe acatar. Eso no pasa con un abogado, o un ingeniero, que puede dar su opinión política sin problemas".

Otro aspecto interesante a considerar es que "cuando despedís al ingeniero, le vas a pagar lo que ha trabajado. No lo indemnizan. No tienen que pagar vacaciones proporcional. En cambio, al empleado sí".

Para Mojica, el problema en el país pasa porque "hay muchas empresas que para ahorrarse seguridad social, AFP, aguinaldos, navegan entre una figura ambigua; en momentos determinados sos prestador de servicios, y en otras empleado. Cuando les conviene es una cosa, y otra luego". En ese sentido, les conviene que sean empleados para seguir órdenes, un régimen alimenticio, una disciplina de concentración, pero no para cuando toca el pago, ahí los tratan como servicios profesionales.

"Los clubes deberían estar claros que los jugadores revisten más características de empleado y no de prestador de servicios, y esto es, me atrevo a opinar, por una situación estacional del fútbol. A ti te interesa el jugador durante el periodo que se juega. Una vez que no se juega le dicen vaya gracias, vaya a su casa, y eso no se puede hacer con el empleado", sostiene.

Para el experto en leyes, "ahí hay un tema de conveniencias que los equipos van navegando por un área gris porque les conviene por dinero. En temporada baja (o sea cuando ya no hay torneos) les dicen vayan a su casa, lo cual no deja de ser injusticia porque comés todo el año, pagás casa todo el año.  Creo que los jugadores van despertando poco a poco, y van hablando. Los equipos deberían de tener, en un mundo civilizado, por ejemplo, un seguro para cubrir estas eventualidades, como una desgracia como la que ha ocurrido (en el estadio Cuscatlán, que derivó en la cancelación del torneo Clausura 2023), porque no sólo puede ocurrir una estampida, qué tal un terremoto, o una pandemia. ¿Cómo vas a hacer para mantener a los jugadores? Si vos exigís a un jugador, en esos tres meses que no "trabaja", debe mantenerse, no va a engordar y quedarse en una hamaca. SI estás diciéndole que se debe mantenerse y dedicarse al fútbol, debés corresponder eso aunque no esté jugando los partidos en un torneo", analiza.

Sin embargo, matiza también: "Si se adopta un régimen laboral, hay que evaluar cómo hacer frente a la planilla en los meses que hay baja; los dueños estarían buscando amistosos, mantener a los jugadores activos, porque si tienen que pagar, deben buscar cómo lucrarse. Si existiese esa obligación, entonces, los jugadores ya no pueden decir me voy a cortar café, o a charamusquear, sino a quedarse en el equipo. Debería haber un cambio actitud jugador/empleado y equipo/empleador también".

Pero insiste, todo pasa por la claridad en las relaciones: "si un deportista va a recibir órdenes de un instituto deportivo (llamese club, equipo o lo que sea), se debe considerar empleado. Y por otro lado, ponerse en los zapatos del empleador y pensar en la integralidad de la situación. Bueno tal vez con apoyo del gobierno con subvención. O que se garanticen los derechos de protección intelectual de los equipos. La gente compra las camisas 100, 150 dólares por camisa original en Europa. Pero se hace gestión con Fiscalía y PNC para luchar contra el mercado negro. No es cuestión solo de jugar, sino de diversificar su fuente de ingreso. El Barcelona genera una gran cantidad de dinero con protección intelectual de productos, acá no pasa eso".

En conclusión, para Mojica, , el tema de cambiar a contrato laboral "no es una solución enfocada nada más en el problema del salario, sino enfocada a diversos temas, piratería, relaciones equipo-empleado, problema de los estadios en cuanto a seguridad, y hasta de la calidad de los jugadores. Porque también es otra cosa, la gente no va al estadio por el nivel de fútbol, que no es demasiado elevado, o los peligros de seguridad. Pero si arreglás de forma integral todo, entonces cambia el enfoque", sostuvo.

MIRA TAMBIÉN: Presidente de FESFUT: "Hoy podríamos responder a petición de Primera por contratos a jugadores"

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