El huevo de Pascua se considera mundialmente como una tradición cristiana. En sus orígenes las restricciones de algunos alimentos en el tiempo cuaresmal, esto incluía carne, lácteos y huevos.
La tradición pagana de entregar huevos como símbolo de renacimiento y del inicio de la primavera fue cristianizada por la Iglesia, y se comenzaron a bendecir los huevos por parte de los sacerdotes.
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De esta forma ya que en época de cuaresma las gallinas continuaban poniendo huevos comenzaron a regalarse en Pascua.
En Francia entre junio de 1793 y julio de 1794, se prohibió la religión, por tanto, quienes regalaran huevos como símbolo de la Pascua corría el riesgo de ser asesinados en la guillotina.
Un pastelero ideó que los huevos fueran de chocolate, de esta forma los comisarios de la revolución no sospecharían nada.
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Actualmente la tradición se celebra de distintas formas, una de estas es la creación de huevos de plástico rellenos con dulces, que se dice a los niños que son escondidos por el conejo de Pascua para que ellos los busquen, esta tradición se realiza en muchas partes del mundo.
Esta tradición está amarrada al Domingo de Resurrección, ya que los huevos simbolizarían la nueva vida.