Ugly sweater, la moda que no pide permiso para brillar
Tradicionalmente celebrado el tercer viernes de diciembre, el ugly sweater une memoria, ironía y estilo festivo en una prenda que hoy se celebra globalmente cada temporada.
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Colaboración de Alejandro Handal
Publicado el 19 de diciembre de 2025
El ugly sweater pasó de ser una prenda doméstica, tejida en casa y cargada de afecto, a convertirse en un ícono cultural de la temporada festiva. Su estética exagerada y aparentemente incorrecta nace del trabajo artesanal del siglo XX y se resignifica con el tiempo desde la ironía y la nostalgia. Durante los años ochenta ganó visibilidad gracias al exceso visual y la cultura popular, y desde los dos mil se celebra como una elección consciente. Hoy, especialmente cada tercer viernes de diciembre, el ugly sweater representa humor, memoria colectiva y una forma libre de expresar estilo sin reglas.
El ugly sweater es hoy una de las prendas más reconocibles de la temporada festiva, especialmente durante el Ugly Christmas Sweater Day (Día del Suéter Navideño Feo) que cada año se celebra el tercer viernes de diciembre como una excusa para lucir diseños extravagantes y memorables. Lejos de ser solo un suéter llamativo, esta pieza resignifica el valor de lo artesanal, la ironía y la memoria colectiva. Hoy, lo que alguna vez fue considerado un error visual se transforma en una declaración consciente de estilo, cargada de emoción y sentido cultural.
En un contexto donde las tendencias cambian rápido, el ugly sweater logra algo poco común: conectar pasado y presente. Evoca recuerdos familiares, regalos hechos a mano y piezas heredadas que hoy cobran un nuevo valor simbólico. Esa carga emocional es parte clave de su vigencia y explica por qué esta prenda sigue resonando con distintas generaciones.
Más que una moda temporal, el ugly sweater propone una narrativa distinta. No busca la perfección ni el equilibrio visual, sino la autenticidad. En esa aparente contradicción, encuentra su fuerza como objeto cultural y como declaración consciente de estilo.
Del tejido doméstico al valor de lo artesanal
Las raíces del ugly sweater se remontan al siglo XX, cuando el tejido manual era una práctica habitual en muchos hogares. En ese entorno, los suéteres se confeccionaban sin reglas estrictas, priorizando la creatividad y el gesto afectivo por encima del acabado técnico. Los errores, los hilos visibles y las formas exageradas no eran fallas, sino parte natural del proceso.
Este enfoque empírico, vinculado al resurgimiento de lo artesanal, sentó las bases de la estética ugly. Lo que hoy se percibe como exceso visual era, en realidad, una expresión espontánea y personal. Cada prenda contaba una historia, reflejaba tiempo dedicado y reforzaba vínculos familiares.

El ugly sweater hereda ese espíritu y lo resignifica. En una industria dominada por la producción en serie, reivindica lo hecho con intención, incluso cuando se aleja de los cánones tradicionales del buen gusto. Ahí radica su atractivo: en mostrarse tal como es, sin filtros ni correcciones.
Exceso visual y cultura popular
Durante los años ochenta, el ugly sweater vivió una transformación decisiva. Los diseños comenzaron a incorporar relieves, aplicaciones, colores intensos y composiciones cada vez más llamativas. El suéter dejó de cumplir solo una función práctica y pasó a ocupar un lugar central dentro de la estética festiva.
Su presencia en la cultura popular reforzó esta evolución. El exceso visual se convirtió en parte del mensaje y la prenda empezó a asociarse con celebración, espectáculo y humor. Ya no se trataba únicamente de abrigarse, sino de comunicar una actitud.
A partir de los años dos mil, nuevas generaciones resignificaron el ugly sweater desde la ironía y la nostalgia. Lo que antes se veía como mal gusto comenzó a entenderse como una elección lúdica y consciente. Surgieron celebraciones donde la exageración se convirtió en un código compartido, y el suéter asumió su rol como pieza deliberadamente llamativa.
Hoy, esta prenda no es fea por accidente. Es exagerada a propósito, cargada de complicidad cultural y sentido del humor.
Un ícono contemporáneo con identidad propia
En la actualidad, el ugly sweater forma parte del lenguaje visual de la moda global. Marcas y diseñadores lo reinterpretan jugando con la memoria colectiva, la cultura pop y la ironía. Su valor no está en la armonía estética, sino en lo que comunica: pertenencia, actitud y una crítica suave a las normas clásicas del estilo.
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El ugly sweater demuestra que la moda también puede construirse desde el exceso, la emoción y el recuerdo. Es una prenda que no busca encajar, sino conectar. Y en esa libertad estética, encuentra su lugar como uno de los símbolos más potentes de la temporada.
Para quienes lo usan, no se trata solo de vestirse distinto, sino de abrazar una forma más relajada y auténtica de expresarse. Porque a veces, lo que parece incorrecto es justamente lo que mejor representa quién sos.
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