Guía moderna para sobrevivir a la fiesta navideña del trabajo

La fiesta navideña de la empresa puede parecer el momento perfecto para relajarte, reírte con tus colegas y mostrar tu lado más auténtico. Y lo es… hasta cierto punto. Porque, spoiler alert: sigue siendo una actividad laboral. Así que antes de lanzarte a bailar como si estuvieras en un concierto, leé estas reglas de oro para disfrutar sin convertirte en la anécdota viral del lunes siguiente.

Como bien advierten desde Dreams in Detail, "la fiesta navideña es una gran oportunidad para reforzar relaciones, pero también un momento en el que podés perder credibilidad si no actuás con criterio". Traducido: divertite, pero con cabeza.

Vestite bien, sin parecer que vas a una gala de alfombra roja

Si el código de vestimenta dice "cocktail" o "business casual", no significa que tenés que disfrazarte de celebridad. Tampoco es excusa para usar el suéter con luces de reno. Buscá un look equilibrado: elegante, cómodo y con un toque festivo. Pensá en algo que diga "tengo estilo" pero también "soy funcional después de las 10 p.m.".

Desde U-Storage recomiendan evitar transparencias, brillos extremos o ropa demasiado informal. Menos es más. Y si tenés dudas, andá por lo seguro: camisa, blazer, vestido sobrio o conjunto chic. Siempre sumá puntos por estar presentable sin exagerar.

También aplicá puntualidad básica: ni muy temprano como para ayudar a poner las sillas, ni tan tarde como para perderte el brindis. Mostrá que sabés manejar el tiempo, incluso en modo fiesta.

Cuidado con el brindis…

Sí, habrá bebidas. Y sí, una copa está bien. Dos, puede ser. Pero tres ya te ponen en zona de riesgo. Dreams in Detail lo deja claro: "aunque el consumo esté permitido, nunca debe perderse de vista que se está en un contexto laboral".

El abogado Juanma Lorente lo dijo clarito en AS.com: "una cena de Navidad no es un bar: puede acabar escrita en una carta de despido". Así que andá tranquilo. Si sabés que sos de lengua suelta después del segundo coctel, equilibralo con agua o retirate a tiempo. Nadie quiere ser recordado como el/la que terminó bailando arriba de la mesa.

En la mesa también aplican los modales. No hables con la boca llena, no arrasés con los bocadillos como si fueran los últimos del planeta y, por favor, dejá algo de postre para los demás.

Charla sí, chisme no

Las fiestas son una excelente oportunidad para hablar con colegas que normalmente solo saludás con un emoji. Pero atención: no es momento de hablar de aumentos, quejarte del jefe o debatir sobre política internacional.

Desde Comunidad RH recomiendan mantener las conversaciones en un terreno neutral: viajes, hobbies, películas, la playlist del DJ. Lo ideal es que la charla fluya, no que termine en un debate encendido o en comentarios que luego tengas que explicar en Recursos Humanos.

Y por favor, evitá el chisme. No sabés quién está escuchando ni a quién le llega tu comentario..

Bailá, reí, disfrutá… pero reconocé cuándo parar

¿Hay pista de baile? ¡Genial! Movete con soltura, pero sin imitar pasos de TikTok que requieren flexibilidad de acróbata. La idea es que te vean simpático, no fuera de control.

Protocolo.org aconseja mantener la energía sin pasarte: "Participar está bien, pero con mesura". Sumate a los juegos, animate al karaoke si tenés talento (o autoconciencia), y sé parte de la fiesta sin robarte el show de forma negativa.

Y si te aburrís, no hace falta anunciar tu salida como si fuera una boda. Despedite con educación, agradecé a los organizadores y andate con estilo. Nada de desaparecer sin dejar rastro (ni sin recoger tu abrigo).

Usá la fiesta a tu favor (sin que se note demasiado)

Sí, podés aprovechar para hablar con ese jefe buena onda o ese colega con el que querés trabajar. No hace falta que le presentés tu biografía completa, pero un saludo, un elogio sincero o una buena charla pueden abrir puertas.

HRMorning lo explica así: "una actitud positiva y participativa durante estas fiestas puede tener un impacto duradero en la percepción que los demás tienen de vos". Es como sembrar buena vibra para el próximo año laboral.

Y si querés sumar puntos extra, al día siguiente podés enviar un mensaje corto agradeciendo el evento o destacando algo positivo. Poised Proper dice que "una nota amable puede marcar la diferencia entre ser olvidado o recordado con aprecio".

La fiesta navideña de la empresa no es solo un cierre de año, es una postal de cómo te manejás en contextos informales dentro del mundo laboral. Y sí, podés relajarte, brindar y pasarla bien. Pero sin perder de vista quién sos y hacia dónde querés llegar.